Un año en cifras, noticias y opiniones

Ser periodista significa, entre otras servidumbres, mantener una relación crítica permanente con una realidad cambiante, interpretable y vertiginosa. Si en algún tiempo este oficio, esta profesión, ha exigido los mayores esfuerzos de responsabilidad y dedicación es precisamente en éstos años que vivimos donde la globalización de las comunicaciones ha aumentado la dimensión del mundo que percibe cada uno de los ciudadanos y ciudadanas que se informan y son informados. Nunca como hoy las fronteras se habían expandido con tal magnitud. A través de la ventana de los medios, fundamentalmente de la TV y de Internet, nos podemos asomar de forma casi inmediata a cualquier rincón del planeta para ver la tragedia de un atentado terrorista, desde el centro de Manhattan hasta el corazón de Bagdad. A través de la radio y la prensa podemos escuchar en directo los testimonios de lo que está ocurriendo o el análisis más sosegado de quienes opinan en el papel impreso de los acontecimientos que sucedieron apenas unas horas atrás.

Este cúmulo de medios, esta floreciente industria de la comunicación, está provocando una hiper información que, por la esencia misma de la actividad, a veces puede resultar contradictoria o chocante. Aunque lo que ocurre es sólo una cosa, necesita ser comunicada y, por lo tanto, en cierta forma requiere ser interpretada. Esto nos indica que nuestra sociedad -y nuestros medios- son cada día más capaces de tener un criterio, una opinión; que en tanto que es más sólida es capaz de elegir qué canales de comunicación desea activar, qué mensajes desea recibir y que opiniones desea confrontar. En un mundo mucho más reducido, como el de Canarias, ese fenómeno se constata, aunque a otra escala, con igual intensidad. Nuestros medios de comunicación son cada vez más y mejores. Nuestros profesionales desarrollan técnicas y trabajos acordes con los nuevos instrumentos que los tiempos han puesto a su disposición. Y nuestra sociedad, por lo tanto, está mejor informada de lo que ocurre dentro y fuera del Archipiélago.

La especialización informativa de la prensa, radio y TV locales, medios extremadamente cercanos a la realidad insular, al entorno más inmediato de los ciudadanos, les ha vuelto competidores muy ágiles que han demostrado una enorme capacidad de resistencia frente a los fenómenos de absorción de los medios informativos locales por las grandes cadenas que se han dado en otros lugares. Lo que se recoge en esta segunda edición del Anuario de Canarias editado por la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife es precisamente una visión exhaustiva pero breve de lo que ha constituido el núcleo de la información y la opinión de la vida en Canarias a lo largo del pasado año. Desde una lectura de Canarias a través de sus indicadores económicos hasta el repaso de los grandes asuntos que han concitado el interés de los medios de comunicación (y por lo tanto de los ciudadanos), el Anuario de Canarias nos ofrece la posibilidad de movernos durante un año a través de las páginas donde se recoge la crónica de lo que pasó.

Los autores de éste trabajo han realizado, como el pasado año, una labor excepcional y rigurosa que no hubiera sido posible sin la colaboración de muchos profesionales de los distintos medios de comunicación de Canarias. A todos ellos, queridos compañeros, quiero expresarles, desde estas páginas, mi agradecimiento. Un agradecimiento que hago extensivo a empresas y organizaciones del Archipiélago, que han colaborado en este Anuario a través de la publicidad. Nada se puede hacer si no es económicamente viable y resulta reconfortante que tantas firmas comerciales e instituciones, públicas y privadas, hayan querido colaborar en una iniciativa que no persigue otro lucro que el fortalecimiento del movimiento asociativo de los periodistas. Este anuario ya viaja hacia la estantería donde, con su antecesor y sus predecesores, formará una colección que nos permitirá ver, año por año, cómo fue nuestra historia, qué pasó en un año determinado y qué se opinó en su día sobre esos acontecimientos.

La dimensión de estas recopilaciones de información y datos socioecómicos sólo se verá con el paso de los años y es una apuesta a largo plazo de la que la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife se siente legítimamente orgullosa. Constituye una muestra a escala archipielágica de ese gran volumen de información que se genera en nuestra sociedad y del excelente trabajo que día a día han desarrollado los medios de comunicación canarios y sus profesionales, a veces no suficientemente bien valorado. A todos los que de una manera u otra han colaborado, nuestro agradecimiento. A usted, lector, nuestro deseo de que este libro sea una herramienta útil para lograr entender -si es que tal cosa fuera posible- este país nuestro donde, como podrá ver a lo largo de esta publicación, pasan tantas cosas tan distintas y, en ocasiones, tan distantes.

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