Un año entre acuerdos para la esperanza… y el huracán Delta

Las negociaciones para definir la protección al plátano, el acuerdo pesquero con Marruecos que permitirá la vuelta a su caladero, las plagas, olas de calor y lluvias, el empuje del sector vitivinícola, el huracán Delta… El año 2005 ha vuelto a constatar el cúmulo de sabores y sinsabores a los que se debe enfrentar el sector primario canario de forma tradicional para mantener un lugar privilegiado en la economía canaria.

El plátano canario ha vivido un año lleno de incertidumbres, propiciado especialmente por el resultado de las negociaciones mantenidas entre la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio (OMC) para fijar las condiciones arancelarias de los países extracomunitarios, que aspiran a poner la mayor cuota posible de sus producciones en las estanterías de los comercios de los países europeos. A pesar del choque entre los planteamientos, toda vez que por un lado estaban las posturas para proteger la producción europea y por otro las propuestas aperturistas que planteaban las multinacionales latinoamericanas, el acuerdo del cobro de176 euros por tonelada que deberán pagar estas naciones extracomunitarias satisface en parte las reivindicaciones del sector local.

De esta forma, el sector platanero del Archipiélago se reserva un nuevo margen de continuidad para las cerca de 18.000 personas que de forma directa e indirecta dependen en estos momentos de esta actividad agrícola en las Islas. Pero también supone una buena noticia de trascendencia social, cultural y medioambiental, ya que garantiza la conservación de un paisaje característico de gran interés, como han defendido las grandes organizaciones, al tiempo que se evita la huida del campo como forma de vida y, con ello, se frena el riesgo de erosión del terreno. En definitiva, la preservación de un patrimonio único, que en los últimos tiempos ha logrado esquivar los tradicionales problemas de sequía y elevados precios del agua de etapas pasadas, que mermaron las producciones en el campo. Todo ello, gracias tanto a las plantas desaladoras como a las lluvias regulares que se han registrado en los últimos tiempos.

Las lluvias, las esperadas lluvias han vuelto y donde más se ha vuelto a agradecer en este último año es en las medianías de las islas, con sus cultivos alternativos. Eso sí, las ocasionales olas de calor han mermado algunos cultivos, obligando en muchos casos a adelantar la recogida para evitar las pérdidas por su rápida maduración, como es el caso de las vendimia de la uva a finales del pasado verano. En cuanto a los resultados económicos, los expertos hablan de un año atípico para los empresarios plataneros, ya que la baja producción (la disminución ronda el 18%) ha sido compensada por la existencia de unos precios de venta elevados a lo largo de todo 2005, según admiten los productores canarios.

En el plano institucional, desde Europa llegó otra noticia esperanzadora en el año 2005, como fue el acuerdo que garantizará las ayudas a Canarias como Región Ultraperiférica dentro del presupuesto hasta el año 2013. Eso sí, las buenas noticias que recibió a final de año el sector se han visto en parte empañadas por el Delta, ese temporal que asoló muchas de las fincas en explotación en el Archipiélago y que afectó al plátano y al resto de los sectores agrarios. Este fenómeno natural provocó a su paso un reguero de damnificados, que confían en el anunciado apoyo institucional para devolver sus fincas a la plena actividad, a pesar de que muchos de los cultivos se vieron asolados por el viento y la lluvia.

El tomate y otros cultivos

Sin abandonar el campo, el tomate ha estado de celebraciones este año. Dentro de las habituales incertidumbres que amenazan a las empresas, a finales de noviembre de 2005 se celebraron una serie de actos para conmemorar el 120º aniversario del primer envío de tomate canario al Reino Unido. De las dos cajas iniciales que se llevaron en una experiencia novedosa en aquellos momentos se ha pasado a unas 80.000 toneladas de tomates y de otras producciones hortofrutícolas frescas de las Islas desembarcadas en el puerto de Southampton, la vía de entrada al mercado anglosajón. Eso sí, el sector tomatero ha tenido que compartir estos festejos con las dificultades de una actividad que sigue sufriendo todo tipo de sobresaltos, recurriendo para ello a la implantación de las nuevas tecnologías, nuevas formas para recubrir las fincas, y técnicas novedosas, como es el uso de abejorros para la polinización. En definitiva, invernaderos de última generación controlados por los sistemas informáticos.

Gracias a este esfuerzo, durante el año 2005 se ha seguido incrementando el rendimiento de la producción, que ya oscila entre los 80.000 y los 150.000 kilos por fanegada. Y es que la permanente introducción de nuevos sistemas de producción se ha convertido hasta la fecha en la mejor herramienta para combatir esta inestabilidad, al tiempo que se mantiene una fiel clientela en las plazas europeas, a pesar de la fuerte competencia que llega tanto de dentro del continente como del Norte de África. Mientras, las plagas siguen siendo uno de los mayores lastres a los que se enfrenta el conjunto del campo canario. Estas enfermedades no sólo están afectando a los tomates, sino que también tienen efectos en las producciones de papas y arrastran a numerosas palmeras en distintas islas, poniendo en serio peligro las especies autóctonas. Todo ello ha impulsado la puesta en marcha a finales de 2005 de una serie de iniciativas para su protección.

Los retos y la pesca

El reto del sector agrícola a partir de ahora será la recuperación de muchos de esos terrenos que se han ido olvidando hasta quedar en desuso, así como la búsqueda de mayor mano de obras para atender las plantaciones, toda vez que, cada vez más, los empresarios deben recurrirse a inmigrantes para cubrir esta demanda. Y es que los estudios de 2005 vuelven a constatar una nueva reducción del número de empleados en el sector primario, al igual que la población activa. Y ello, a pesar de que cultivos como la vid ganan protagonismo con la aparición de nuevos cultivos al amparo de las denominaciones de origen. Mientras las producciones de las distintas islas se han ido consolidando en los mercados locales y exteriores, las dos denominaciones de origen de Gran Canaria han cerrado su unificación. Y mientras, surgen y se consolidan nuevas variedades de explotación en el campo local, como es el cultivo del café y las plantaciones de aloe, que emergen como una alternativa a los cultivos tradicionales de Canarias.

La pesca vivió en este último ejercicio un año esperanzador, que supone un alivio tras tantas amarguras. Si los pescadores han logrado este año repartirse cuantiosas cantidades de dinero para la renovación de la flota, el sector ha recibido con un gran optimismo la firma definitiva de un nuevo acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos para que los buques vuelvan a partir del 1 de marzo al caladero norteafricano que abandonaron en el año 1999. De momento, esta noticia ha dejado un buen sabor de boca a los profesionales con el cierre del año 2005. Mientras, la acuicultura sigue en su proceso de expansión y los centros de investigación buscan nuevas especies que sean rentables dentro del litoral canario, como es el caso del camarón de profundidad, que se presenta como una de las alternativas rentable para los profesionales del mar. Además, el desembarco de pesca congelada sigue mostrando buenos signos en los últimos años y la industria vinculada a la acuicultura mantiene su línea de crecimiento, que le hace ser la actividad del futuro gracias a las particulares condiciones de temperatura y del mar que nos rodea.

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