De la desaparición de Yéremi a una nueva mayoría de Matos

Santa Lucía estuvo marcada durante 2007 por dos acontecimientos: la desaparición del niño de siete años Yéremi Vargas Suárez, el 10 de marzo, y las elecciones locales del 27 de mayo, donde los nacionalistas lograron su octava mayoría absoluta consecutiva.

Esta ciudad del sur grancanario, consolidada ya como el tercer municipio de la provincia de Las Palmas, con más de 56.000 habitantes, se ha visto trastocada por la desaparición, al parecer a través de un rapto, de un menor mientras jugada cerca de su casa en el barrio santaluceño de Los Llanos. Todo el mundo se volcó en la búsqueda en los primeros 15 días y, después, de las fuerzas de seguridad y de emergencia del municipio y del Estado han seguido rastreando diversas pistas. Pero nada se ha descubierto sobre su desaparición. Ni en el primer mes ni en los ocho siguientes, a pesar del gran despliegue que hubo, seguido del rastreo de todos los barrancos y de más de 150 pozos de Santa Lucía y Agüimes. Ese terrible acontecimiento afectó enteramente al colegio y a un buen grupo de familias que vive una psicosis del miedo, incrementándose la vigilancia de sus hijos.

A esa desaparición se sumó la denuncia de varias madres de que sus hijas habían sido perseguidas por una persona de Vecindario, que fue detenida y puesta posteriormente en libertad con la condición de estar alejado de las menores que intentó dañar. Tras estos acontecimientos, y ante la psicosis que se extendió por el municipio, unos ochenta colectivos sociales, culturales, deportivos y parroquiales de Santa Lucía firmaron una declaración afirmando que el municipio no es inseguro y que no hay alarma social como se recoge en algunos medios de comunicación. Tal situación fue certificada posteriormente en unas jornadas de prevención de seguridad ciudadana. De hecho, Santa Lucía vio bajar los delitos en 2006 y es uno de los municipios en que los índices de delincuencia están por debajo de la media insular, regional, nacional y europea, entre 10 y 30 puntos. Además, en una encuesta realizada a todos los estudiantes de Educación Secundaria, el 80% del alumnado manifestó que se sentía seguro en el municipio.

El otro acontecimiento que marcó la vida municipal fue la confrontación electoral, después de que el anterior mandato los tres grupos mayoritarios sufrieran sendas crisis. Así, al PP se le fueron dos de sus seis concejales, creando Centro Ansite, que concurrió con el CCN a la cita del 27 de mayo. A Nueva Canarias, que se constituyó a mitad del anterior mandato después de escindirse de Coalición Canaria, se le creó un sector crítico, produciéndose así la primera crisis de dicha nueva organización, formándose otro nuevo partido: La Fortaleza de Santa Lucía. Por último, también el PSOE sufrió una crisis interna que terminó con la dimisión como secretario local y portavoz municipal de Carmelo López. Esas crisis presagiaban unas reñidas elecciones e incluso la pérdida de mayoría absoluta de los nacionalistas, que habían gobernado desde el inicio de la transición, aunque con diferentes nombres. Además, Santa Lucía estrenaba un pleno de 25 concejales, al contar con más de 50.000 habitantes. Pero, a pesar de los pronósticos, el elector dio una holgada mayoría absoluta de Nueva Canarias, convirtiendo a Silverio Matos en el alcalde con más apoyo entre los municipios canarios de más de 25.000 habitantes.

Tal respaldo provocó que Nueva Canarias se hiciera con seis concejales más que en el anterior mandato: los cuatro nuevos de la Corporación, uno del PSOE y otro del PP, sumando un total de 17 ediles de los 25 del Pleno. También perdió apoyos la formación independentista Unidad del Pueblo, cuya única acta fue a parar a los escindidos de Nueva Canarias, es decir a La Fortaleza de Santa Lucía. Así, el Ayuntamiento quedó conformado por 17 ediles de NC, cinco del PP, dos del PSC-PSOE y uno de La Fortaleza de Santa Lucía. Los nacionalistas gobiernan así con gran comodidad, siendo el único grupo de Gran Canaria que lleva al frente de una corporación local ya más de 28 años. Le sigue Roque Aguayro, en Agüimes, que, aunque siempre ha obtenido mayoría absoluta, vio en la primera legislatura como su alcalde les dejaba y no permitió que gobernara todo el mandato.

Santa Lucía de Tirajana, además, ha estrenado, con casi un año de retraso, el centro comarcal de urgencias y de salud de Doctoral; y logró, de forma sorpresiva también, que el Consejo de Ministros adjudicara la creación de un Registro de la Propiedad en Vecindario, creando una tensión dentro de la Mancomunidad del Sureste, que había propuesto que tal entidad fuera en el municipio de Agüimes. El tercer municipio de la provincia de Las Palmas también contará en Vecindario con un Partido Judicial de cuatro juzgados para Santa Lucía y Agüimes, en el que también se quiere integrar a Ingenio, tercera localidad de la comarca del Sureste; así como una Comisaría de la Policía Nacional. Por otro lado, Santa Lucía sigue su desarrollo económico y social, esperando verse favorecida por el concurso eólico, ya que cuenta con una de las zonas potencialmente mejor situadas para la potenciación de energías renovables.

Además el municipio está pendiente de la construcción de las naves de la zona industrial de Doctoral, la puesta en marcha de un proyecto de impulsión de agua desalada hasta el casco histórico y la creación del mayor parque urbano, que contará con 400.000 metros cuadrados y llevará el nombre de Alcalde Camilo Sánchez.

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