El mejor periodista canario de su generación

Cosme Orta Galindo, periodista, nació en La Orotava (Tenerife) el 16 de julio de 1975 y murió en La Orotava (Tenerife) el 20 de mayo de 2007.

Periodista de raza poseedor de una capacidad innata para entresacar de la vida diaria la historia más destacada y elevarla a la categoría de noticia, Cosme Orta Galindo hizo de su profesión, a la que respetaba y adoraba a partes iguales, su razón de vivir. Siempre supo que había nacido periodista, aunque le llevara algunos años reconocer que atesoraba el talento y la habilidad para desempeñar esta labor con la pericia y dedicación que el ponía en todo lo que hacía. Pero fue un informador atípico para los tiempos que corren. Ajeno a los devaneos mediáticos que tanto enturbian una profesión en la que los periodistas -al menos en Canarias- cada vez más se dejan embriagar por cantos de sirenas serviles y vanidosos, y asumen responsabilidades políticas que nada tienen que ver con un trabajo tan vocacional, Cosme supo mantener a salvo su dignidad y respetarse a sí mismo. Nada ni nadie, a pesar de las numerosas y tan variadas aventuras profesionales en las que se involucró a lo largo de sus 31 años de vida, le hicieron perder de vista cuál debía ser su lugar en el mundo.

Quizás por eso fue tan respetado y admirado en vida como recordado aún después de su muerte. Muy amigo de sus amigos de siempre, muchos de los cuales llevaba consigo en su maleta de viaje desde la infancia y a los que jamás dio la espalda, Cosme encontraba en los momentos de reencuentro y reunión el motor de su existencia. Colgaba por unas horas su vestimenta de periodista y abría a sus amigos su corazón enorme y daba rienda suelta a una generosidad superlativa. De la misma forma, su familia completaba su ideario vital. Adoraba especialmente a sus abuelos, a los que llegó a dedicarles algunos de sus artículos. Pero sin duda su hermana Elisa, a la que se sentía tan unido y a la vez tan distante al vivir ella en Alemania, su padre Cosme y su madre Rita -él la llamaba cariñosamente Mama Rita- y, por supuesto, su novia Marta Rodríguez, conformaban su entorno más cercano. Un medio vital que no sería el mismo sin la playa de Los Patos, en La Orotava, “el mejor lugar del mundo”, según Cosme, y en el que pasó, con seguridad, los momentos más felices de su vida.

Cosme fue siempre un estudiante aventajado y brillante, anticipo sin duda del extraordinario periodista que luego se dio a conocer. Licenciado en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra en 1997 -durante ese tiempo realizó prácticas en El Día y en la emisora musical Trak Pamplona-, Cosme decidió comenzar su singladura profesional al otro lado de Atlántico. Durante un año fue redactor del diario de ámbito nacional El Expreso de Guayaquil, en Ecuador, en el que se dio de bruces con la realidad de un mundo muy distinto del que conocía, lo que le permitió desarrollar su fino olfato y perfilar su hábil estilo periodístico. De vuelta a su tierra en 1999, trabajó unos meses en el gabinete de prensa de la consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias antes de recalar en Diario de Avisos, donde iniciaría su periplo como redactor de una página dedicada a los barrios en la sección de Local, de la que terminaría siendo jefe de sección hasta su marcha del rotativo en 2001.

Su destino sería entonces el programa Buenos Días Canarias, de Televisión Canaria, en el que realizaría labores de editor adjunto entre el año 2001 y 2003. De forma paralela y durante ese mismo periodo asumió la función de redactor colaborador del diario digital Atlanticocanarias.com (2001-2002), elaborando las informaciones de la sección de Economía y la de redactor colaborador del periódico gratuito TF Press (2002-2003). Tras su salida de Televisión Canaria, el espíritu aventurero de Cosme lo llevó a aceptar una oferta de la agencia de noticias Acn Press para convertirse en redactor jefe en la provincia de Las Palmas entre 2003 y 2004. Fue entonces cuando la Televisión Canaria volvió a llamar a su puerta reclamándolo como editor de Informativos, función que desempeñó desde 2004 hasta que en 2006 fue ascendido a subdirector de Informativos, trabajo que desarrolló con brillantez y entrega desmedida hasta su muerte.

Nunca sabremos hasta dónde habría llegado este magnífico profesional de la comunicación si un accidente de tráfico no se hubiera cruzado en su vida. A buen seguro estaríamos hablando del mejor periodista canario de su generación y nos haría sentir muy orgullosos de su labor informadora. Su legado, en cualquier caso, permanece más vivo que nunca.

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