35 detenidos, un gobierno que dimite y una compleja investigación que no ha finalizado: Telde vivió en 2006 su particular annus horribilis, que aún sobrevive en tiempo de prórroga. Y es que el presente no es alentador: las arcas municipales sólo reflejan deudas (hasta 80 millones de euros) y las operaciones judiciales siguen abiertas.
Una denuncia un tanto extraña; un juez que no se arredra y se conjura para llegar hasta el fondo. Operación Faycán. Nuevos casos: operación Taprada, operación Doramas. Detenidos, imputados, sobornos, comisiones, pinchazos, obras, registros, interrogatorios, cárcel, dimite el alcalde, elecciones… Hablar de Telde en los dos últimos años es hablar de un escándalo político sin parangón alguno en la historia de nuestra Comunidad. Con estos mimbres, la ciudad de las brujas, la patria de José Vélez, se ha hecho famosa en toda España.
Para honra y desgracia de quienes hacemos vida aquí, el 7 de noviembre se ha convertido en la fecha más emblemática de la ciudad de Telde. El 7 de noviembre de 1351 los mallorquines fundaban Telle, la primera ciudad europea más allá de las fronteras en las que se abrazan Atlántico y Mediterráneo gracias a la bula Coelestis Rex Regum del papa Clemente VI y el empeño de unos monjes al parecer franciscanos. Y también el 7 de noviembre, pero de 2006, la imagen del municipio tocaba fondo, se arrastraba sin remisión por el fango y encumbraba definitivamente a Telde hasta las cabeceras de los telediarios nacionales tras la detención de su máximo representante, el alcalde Francisco Valido, y cinco de sus concejales.
Si en 2005 esta localidad vivía como hibernada, en 2006 la falta de tranquilidad fue la nota predominante. Las campanadas del fin de año no fueron las detonantes de este espectacular cambio, pero también en un día primero, el de marzo (para ser más concretos, a las 7 y 37 de la mañana), se comenzó a reescribir la historia reciente de esta urbe. Cuando la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional llegó al domicilio de la ex concejala de Obras Públicas de Telde, María Antonia Torres (Partido Popular), y de su marido, el ex interventor Enrique Orts, para proceder a la detención de ambos se inició la mayor operación judicial y policial que contra la corrupción se ha puesto en marcha en Canarias.
El nombre ya es por todos de sobra conocido, Faycán, y tras de sí se esconde una tupida red de presuntas prácticas ilegales encabezadas presuntamente por Torres, su esposo y sus familiares destinada a sacar tajada mediante el cobro de comisiones ilegales por las compras de materiales en el Ayuntamiento y, sobre todo, la adjudicación de obras públicas financiadas con fondos municipales y de otras administraciones. En la investigación, cuya apertura del secreto de sumario ha servido para poner a más de uno los pelos de punta, no sólo han caído cinco miembros de la familia Torres. El saldo hasta el momento arroja 35 imputados: desde el ex alcalde Francisco Valido -al que su arresto le costó la dimisión- y la mayor parte de su gobierno, hasta una decena larga de empresarios pasando por un grupo de funcionarios, asesores y técnicos de la corporación que aún hoy asisten desde la distancia a la continuación de la instrucción del caso.
Torres y su mano derecha, el ex asesor Francisco Gordillo, fueron los únicos que pisaron la cárcel, pero también el propio PP se vio implicado en la trama. Mientras los imputados esperan con ansias que se fije el juicio, el fantasma de la corrupción no ha dejado de cebarse con una ciudad herida casi de muerte. Las investigaciones abiertas por otra magistrada y la Guardia Civil han llevado al cuartelillo a una veintena de taxistas y al ex jefe del negociado municipal de Tráfico. También por presuntas comisiones ilegales. Y esto, según se mire, no deja de parecer la punta del iceberg o los cimientos de un escándalo aún en ciernes, pues haciendo honor al refrán de que “no hay dos sin tres”, también son conocidas desde hace meses las pesquisas que tienen a la Concejalía de Urbanismo, en otro tiempo gobernada por Guillermo Reyes, en el punto de mira. Las operaciones Taprada y Doramas, así se llaman, amenazan con hacer sombra a la archiconocida operación Faycán.
Crispación y elecciones
El escándalo político en el que se ha visto envuelto Telde, el clima de crispación social ejemplificado con la respuesta ciudadana en forma de manifestaciones, el temor de los funcionarios a tramitar expedientes y la desfragmentación paulatina del pacto convirtieron en los albores de 2006 al Ayuntamiento en un enfermo terminal al que el PP logró mantener como pudo las constantes vitales en los seis meses que restaron entre el adiós de Valido y la colocación de las urnas encima de las mesas.
El 27 de mayo de 2007 la ciudadanía teldense apostó por el cambio del cambio. Quizás lo más llamativo del recuento electoral no fue la victoria de Francisco Santiago y sus huestes nacionalistas, reagrupadas ahora bajo Nueva Canarias, sino el hecho de que el PP tan sólo perdiese un concejal (de 8 pasó a 7) y que Ciuca, su viejo aliado, experimentase un gran retroceso (de 5 a 3 ediles) sin estar sus cargos imputados, al tiempo que el PSOE se convertía en el gran vencedor moral de los comicios (de 2 a 5 concejales) y Marcelino Galindo, histórico dirigente comunista de las Islas, se quedaba por primera vez fuera del salón de plenos tras 28 años de municipalismo democrático.
El nuevo grupo de gobierno (NC, PSOE y CCN) disfruta ahora de una holgada mayoría. Desde mediados de junio no ha cesado en dar todos aquellos pasos y tomar todas aquellas iniciativas posibles que, a juicio de Francisco Santiago, José Antonio Perera y Juan Francisco Martel, sirven para devolver la calma a la cuarta ciudad del Archipiélago. Pero el panorama no es fácil. Ni siquiera alentador. Las arcas municipales sólo reflejan deudas (hasta 80 millones de euros); las operaciones judiciales siguen abiertas, con frecuentes visitas al Ayuntamiento de policías de paisano que no cesan de reclamar expedientes; y los presupuestos del presente ejercicio tan sólo aspiran a poder garantizar que los vecinos tengan sus calles y parques limpios.
Los funcionarios imputados por los jueces han sido trasladados, la empresa municipal Urvitel también ha requerido amparo a la Justicia y hasta el PSOE ha tenido que hacer frente a sus primeros incidentes. Santiago, que dice que no quería volver al sillón de mando hasta que los suyos le convencieron, sólo promete transparencia y trabajo. Con la ampliación del Aeropuerto parada, el avance de la revisión del Plan General en capilla y la solución a la regularización de las viviendas ilegales en paradero desconocido, el único ápice de optimismo lo aporta el imparable crecimiento del cinturón comercial e industrial que flanquea a la autovía GC-1. Como es de imaginar, de la mano del inversor privado.
Y frente al optimismo, la pesadumbre en la que se hallan sumidos, también desde hace algo más de un año, los dueños de los 27 dúplex de la urbanización Hoya Pozuelo que se enfrentan, cómo no, a una sentencia judicial y un Ejecutivo inflexible. En el plano deportivo, para concluir, la cosa tampoco ha mejorado. Pero francamente, las penurias de los clubes teldenses pasaron totalmente desapercibidas ante los aspavientos y vergüenzas de Faycán y de todo aquello que se habló después de que aquellos jóvenes policías saludasen a María Antonia Torres y a su esposo aquella fría mañana del 1 de marzo de 2006 (recuerden, 7 y 37 minutos de la mañana) con una orden de detención y registro en su mano y dos periodistas de La Provincia en la calle como únicos testigos…