Este año voy a dejar a un lado el análisis de la gestión de nuestras diferentes instituciones para centrarme en el nuevo proyecto que me ocupa, La Gaceta de Canarias, que, por cierto, saldrá a la calle próximamente con nuevo formato y cabecera independiente, y con vocación de seguimiento real de la actualidad pública del Archipiélago. La Gaceta, justo cuando cumple sus 18 primeros años de vida, revalida su compromiso de erigirse en el periódico de todos los canarios, en el diario de Canarias, nuestra bella tierra que, pese a figurar salpicada físicamente en el azul oceánico, mantiene un espíritu único, una misma esencia.
Como medio independiente, y con el valor añadido de ser el único diario de ámbito autonómico, presentamos una línea informativa y editorial tendente al progreso y desarrollo de las siete islas y sus gentes, lejos de conductas pleitistas o separatistas, en el seno de España y de su orden constitucional, y de la Unión Europea, aunque sin perder de vista la especial ubicación del Archipiélago, que le convierte en una plataforma intercontinental idónea para el desarrollo de diferentes iniciativas políticas, económicas y sociales.
Así figura en nuestro código interno para las dos ediciones diarias. El encuentro con los lectores seguirá una línea carente de compromisos partidistas, al tiempo que velará por las libertades individuales de los ciudadanos, la libertad de empresa como vía de creación de empleo y desarrollo social, el respeto a la ley y al medio ambiente, además de la atenta vigilancia sobre la gestión de las instituciones públicas, cuyas arcas se nutren con el dinero y el esfuerzo de todos los canarios de bien. La investigación, por tanto, se convierte en la fórmula idónea para desvelar aquellos aspectos de la realidad más desconocidos o controvertidos, erigiéndose en parte intrínseca del desarrollo de la labor periodística diaria.
Otro valor ya existente, y que reforzamos, es no perder jamás de vista al lector como objetivo último de todos los esfuerzos de la maquinaria humana y tecnológica que conforma el diario. Tal planteamiento puede parecer obvio pero, sin embargo, su aplicación no resulta tan frecuente como pueda creerse. En no pocas empresas, los desvelos de quienes elaboran las informaciones persiguen la satisfacción de las propias fuentes y olvidan que el lector debe centrar en todo momento la labor. El lector, el receptor de La Gaceta, es primordial. Por ello, este periódico establecerá canales directos de denuncia vecinal que posteriormente quedarán reflejados en la edición impresa y en la página web. La Gaceta de Canarias combinará su carácter regional con la información más próxima, uno de los valores más importantes del periodismo moderno, con lo que el objetivo es mantener las dos ediciones provinciales para que lleguen a todos los rincones del Archipiélago, sin excepciones.
La cohesión de Canarias
No es tiempo de confrontación entre canarios, ni de individualismos, ni de escarceos partidistas. Es la hora de Canarias, de converger y de presentarnos ante el Gobierno del Estado como una comunidad sólida, pese a su diversidad, fuerte y seria. Es el camino adecuado para negociar en Madrid las mejores partidas presupuestarias e inversiones en busca del progreso y del futuro del Archipiélago. Las negociaciones particulares, las ambigüedades políticas y las reivindicaciones pleitistas otorgan ventaja y poder estratégico al Ejecutivo del Estado frente a las Afortunadas, frontera sur de España y Europa que, por su lejanía e insularidad, merecen un trato distinguido y especial. Pero busquémoslo desde la serenidad y la sensatez, desde el diálogo, la racionalidad y la argumentación, explicando, paso a paso, las necesidades y problemas de los canarios.
Las Islas han evolucionado en los últimos veinte años, qué duda cabe, pero aún soportan graves problemas sociales y económicos que impiden su pleno desarrollo y la consecución de la calidad de vida anhelada. Amén del desmesurado incremento demográfico, que provoca un colapso del mercado laboral, es preceptivo enumerar las deficiencias del sistema educativo, que nos emplazan a la cabeza europea en fracaso escolar, la deficiente gestión de nuestro sistema público sanitario, el desgaste que sufre el frágil territorio insular y, cómo no, la inmigración irregular. También nos aquejan la crisis turística y dificultades de índole global, como el enfriamiento económico o el encarecimiento del precio del dinero de las hipotecas y de los productos básicos, lo que redunda en un desmoronamiento de las economías familiares.
Considerable labor espera a los nuevos gobernantes canarios, al pacto CC-PP, que ya han culminado el periodo de prueba y que deberán echar mano de la imaginación, el trabajo y el ingenio para salvar tanto obstáculo propio y extraño. Los canarios, lo sabe el presidente, no tenemos otra posibilidad que caminar juntos de la mano, agregando cada uno un granito de arena para construir este hermoso edificio que son las Afortunadas. Tinerfeños, grancanarios, majoreros, palmeros, conejeros, herreños y gomeros estamos abocados al éxito si fijamos como horizonte Canarias, un archipiélago alejado del continente, peculiar pero con una esencia común. Canarias es un solo pueblo y los canarios, cada uno por nuestro lado, no vamos a ninguna parte.
Hay que apostar por la cohesión de Canarias, trabajar para lograr generar conciencia de un solo pueblo y de que los intereses de la gente que vive en este Archipiélago son los intereses de todos, con equilibrio, al margen de ideologías o de enfrentamientos partidistas. Esa posición nos procuraría las vitaminas necesarias para crecer como pueblo, para enderezar la conciencia de Canarias. Y viajaríamos a Madrid con más ambición y presencia. Y posibilidades de lograr los objetivos.