Bases para enfrentar la crisis

La pauta general a la conclusión de 2008 ha estado marcada, sin duda, por la coyuntura económica adversa que se ha extendido prácticamente por todo el mundo. Nuestras Islas no podían permanecer ajenas a un fenómeno de naturaleza global que afecta de forma directa a las sociedades que, como ocurre con la nuestra, poseen un elevado nivel de desarrollo. Aunque su origen hay que buscarlo lejos de nuestras costas, sus consecuencias, sin embargo, nos resultan ciertamente apreciables y más cercanas de lo que hubiésemos deseado.

Ante una situación semejante sólo cabe la adopción de una actitud constructiva y la voluntad de empeñar el esfuerzo por superarla con la mayor celeridad posible. Es necesario, por tanto, reconocer primero la realidad que debemos enfrentar y, a continuación, decidirse a hacerlo con racionalidad en la ejecución y esperanza en el resultado. En estas circunstancias es fundamental aplicar desde la administración unos criterios de gasto que primen la actuación en aquellos ámbitos que representan los principales sectores de producción, así como en el cuidado de las necesidades más perentorias de los ciudadanos.

En el caso de Tenerife y de su Corporación insular, estas líneas de acción se centran, por lo que respecta al primer apartado, en la promoción exterior, dado el carácter de pilar principal que posee el turismo en la Isla. Además, también se orientan hacia la garantía de atención quienes requieren el apoyo de las entidades públicas para desenvolverse con el mayor grado de normalidad posible. Porque son precisamente las personas el factor primordial que ha de mover el interés de las administraciones.

Ese capítulo social es una constante en las políticas dirigidas por el Cabildo y así ha quedado una vez más reflejado a lo largo de este año tan pródigo en vicisitudes de muy variada naturaleza. Así, hemos podido continuar avanzando por la senda de las dotaciones de orientación social, como ocurre con el Centro Sociosanitario Santa Cruz, ubicado en el que un día fue el Hospital Militar, cuyas obras se encuentran ya prácticamente en su última etapa de realización.

Este establecimiento, que vendrá a proporcionar un servicio especializado a los mayores que lo precisen, se unirá a los que ya se encuentran repartidos por el conjunto de la Isla, tanto destinados a ese sector de población como a los menores desamparados, las mujeres víctimas de violencia, las personas con discapacidad, etc.

También para los ciudadanos están dirigidas otras actuaciones que este mismo año hemos tenido la oportunidad de poner en marcha. Tal es el caso del TEA (Tenerife Espacio de las Artes), una obra emblemática que sitúa a nuestra Isla en un lugar de privilegio en el concierto cultural europeo. Su creación nos permite acceder a unos circuitos anteriormente muy lejanos y, al propio tiempo, nos abre infinitas posibilidades para el fomento del conocimiento y la formación.

De seguro, este centro demostrará al poco la necesidad de su dotación, de la misma manera que ha ocurrido con otras infraestructuras de gran envergadura, como el Auditorio de Tenerife, que cada día expone la necesidad que había de construirlo para atender una demanda creciente. Son espacios que contribuyen extraordinariamente a dotar de personalidad y modernizar la Isla, al igual que sucede con otras creaciones que nos ha traído este año. Tal es el caso de la renovación de la Plaza de España de Santa Cruz y el nuevo estadio de atletismo de Tíncer. Son dos realizaciones que hablan mucho del nivel que hemos logrado alcanzar, algo totalmente imprevisible hace escasas décadas, cuando los presupuestos socioeconómicos eran muy diferentes.

En ese plano cabe también situar el nuevo paso que hemos logrado dar en el terreno de la movilidad, con el proyecto de la segunda línea del tranvía del área metropolitana. Cuando entre en funcionamiento en los próximos meses permitirá ampliar las conexiones y facilitar el acceso a más medios públicos de transporte a numerosos residentes, como el taxi y la guagua, que también ha visto cómo la empresa TITSA ha pasado a titularidad insular. Ese hecho facilita la integración de un sistema en el que también está llamado a incorporarse el tren. En este punto hemos conseguido igualmente avanzar con la aprobación del proyecto de la línea que se extenderá hacia el Sur. Su ejecución dependerá, no obstante, de que desde Madrid se atienda como corresponde las necesidades de la Isla y las demandas de sus habitantes.

Y es que esta tierra nuestra requiere más atención estatal para que no sea sólo la iniciativa y la acción local la que procure su desarrollo y favorezca la superación de la crisis y con ello la seguridad de un mejor futuro. Desde aquí estamos trabajando en facetas como la diversificación de la economía y en el fomento de actividades ligadas a las nuevas tecnologías, el comercio interno y exterior y la industria.

Tampoco nos olvidamos del territorio, primordialmente de aquellas áreas naturales que contribuyen a enriquecerlo. Como en las campañas anteriores se ha llevado a cabo una gran labor de repoblación y recuperación de zonas boscosas que, además, este año no han sufrido el azote de las llamas. Esa satisfacción la debemos a la labor impagable de los miembros del servicio de prevención y extinción, cuyo esfuerzo ha permitido preservar un patrimonio de valor incalculable.

Ese mismo afán es el que hemos de poner en juego para encarar las pruebas que el nuevo año nos ha de traer. Entre todos vamos a lograr superarlas.

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