Con las personas, ahora más que nunca

El Gobierno de Canarias ha completado el primer tramo de la actual legislatura, meses que han estado marcados, sin duda, por una complicadísima coyuntura económica que ha provocado un auténtico maremoto del sistema financiero en los mercados internacionales. El Ejecutivo que presido fue el primero en llamar a la crisis por su nombre y en actuar en consecuencia. Desde septiembre de 2007, meses antes que cualquier otro Gobierno, nos pusimos manos a la obra. Con realismo, responsabilidad y diálogo, los distintos departamentos han trabajado en la definición y ejecución de medidas para ayudar a las economías más frágiles, así como a las empresas y profesionales que mayores dificultades están atravesando.

Lejos de mirar hacia otro lado, hemos afrontado la situación cara a cara. Eso sí, la crisis no ha alterado los principios básicos enunciados en mi discurso de investidura, de ahí que la agenda del trabajo del Gobierno haya tenido, tiene y tendrá en lo más alto el inquebrantable compromiso de ofrecer más y mejor educación, sanidad, viviendas, seguridad o empleo a las mujeres y hombres de nuestra tierra. Hemos demostrado con hechos que seguimos al lado de las personas y de sus preocupaciones. Cerca de la gente. Sobre todo, cerca de quienes más lo merecen y más lo necesitan. Y sin duda, la tragedia del accidente de Barajas que conmocionó a nuestro pueblo merece un recuerdo especial.

Los canarios hemos vivido un 2008 tremendamente exigente, de ahí que en todo momento el Gobierno haya invitado al trabajo, la unidad, los consensos y el diálogo social para hacer frente a una crisis económica que, como así ha ocurrido en otros momentos de nuestra historia, se empezó a manifestar en las Islas antes que en el resto de España. La crisis se ha colado en la cesta de la compra, en el empleo, en las hipotecas o en el acceso a una vivienda digna. Quienes más sufren son los que menos tienen. Por eso, una de las primeras medidas que tomamos fue concretar una partida de cuatro millones de euros para aliviar de cargas a las familias más desfavorecidas, aquellas que no tenían para pagar el recibo de la luz, del agua o que se enfrentaban a un desahucio inminente.

La vivienda y el empleo han sido desde el principio asuntos prioritarios para este Gobierno, más aún en un escenario económico como el actual, lo que nos obliga a redoblar esfuerzos para mitigar los efectos de la crisis. Así, hemos impulsado una deducción del IRPF para compensar la variación del euríbor en las hipotecas y pusimos en marcha ayudas de 300 euros para el alquiler de viviendas por parte de jóvenes de 18 a 35 años, una subvención que puede llegar a los 6.000 euros para los propietarios que destinen su vivienda al alquiler al menos durante cinco años. No nos hemos quedado ahí. También hemos impulsado otras ayudas para la compra de vivienda, que pueden llegar a los 12.000 euros para el mercado libre y a los 22.000 euros en el caso del mercado protegido, con la firma de hipotecas en condiciones muy favorables.

En materia de empleo, la Estrategia que hemos puesto en marcha se ha revelado como un instrumento útil para crear puestos de trabajo en unas condiciones tan adversas como las actuales. La Estrategia, pensada para dar trabajo a los canarios y avalada por Bruselas después de que algunas voces hablaran de su posible contradicción con la normativa europea, nos ha permitido crear unos 12.000 empleos. Queda mucho camino por recorrer, mucho trabajo que generar. Pero, a la vista está, hemos echado a andar en la dirección correcta. Una Estrategia de empleo que va más lejos, estableciendo los llamados cheques transporte y cheques guardería -los primeros permiten pagar el transporte a aquellos desempleados que consigan un trabajo a más de 20 kilómetros de su domicilio; los segundos, están dirigidos a sufragar parte de los costes de la guardería a las madres desempleadas que se hayan incorporado al mundo laboral-.

De la misma manera, el Gobierno ha atendido la petición de los transportistas y agricultores para aprobar una deducción del 30% del impuesto del gasóleo profesional, cuyo incremento derivado del alza del petróleo provocaba no pocos problemas a este sector. Medidas todas ellas que pretenden, desde el ámbito de responsabilidad del Gobierno de Canarias, atenuar los efectos de una crisis económica internacional cuyo fin, desgraciadamente, no está cercano. Nuestro margen de maniobra es, como ocurre con el conjunto de las Comunidades Autónomas, limitado. Pero no nos hemos cruzado de brazos. Muy al contrario, hemos hecho –y estamos haciendo– todo lo que el marco legislativo y competencial nos permite.

Educación y Sanidad

De cualquier forma, la relación anterior –auténtico balance de este primer tramo de legislatura– no significa en modo alguno que el Ejecutivo haya descuidado otros aspectos que no están relacionados directamente con la crisis y que constituyen aspectos fundamentales en su acción de gobierno. Es el caso de la educación y, concretamente, de la mejora de la calidad de la enseñanza. Así, hemos conseguido que más de la mitad de los colegios de las Islas abran a las siete y media de la mañana, de manera que podamos conciliar el trabajo de los padres con la atención escolar temprana de los niños. De la misma manera, han comenzado a impartirse las clases de refuerzo en horario de tarde, en la que ya están involucrados el 23% de colegios de Primaria y el 15% de centros de Secundaria. Era nuestro compromiso y hemos cumplido con la palabra dada.

En materia sanitaria, los planes aprobados para reducir las listas de espera, dotados con 48 millones de euros, están dando resultados. Tal es así, que después de seis meses de aplicación, por primera vez son más las personas que salen de las listas de espera que las que entran. Es más: Uno de cada cuatro canarios en lista de espera quirúrgica de más de seis meses ya ha salido de ella. ¿Debemos sentirnos satisfechos? Estamos orgullosos de los avances que hemos logrado, pero somos conscientes de que es mucho lo que todavía queda por hacer para ofrecer a los canarios la sanidad que demandan y merecen.

Volviendo la vista sobre estos últimos meses, cabe recalcar que la iniciativa legislativa del Gobierno también ha tenido reflejo en la aprobación de la ley para la creación de la Policía Canaria, que pretende ofrecer más y mejor seguridad a los ciudadanos canarios. O con la remisión al Parlamento del proyecto de ley de Medidas Urgentes en Materia de Ordenación Territorial para la Dinamización Sectorial y la Ordenación del Turismo, un proyecto, este último, que pretende dinamizar y diversificar la economía canaria, creando empleo sin consumir más suelo, apostando claramente por la rehabilitación de la planta hotelera.

Asimismo, el Gobierno también ha ultimado un proyecto de Ley de Medidas Fiscales, que incluirá modificaciones en el Impuesto Especial sobre Carburantes, en el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, así como en el de Sucesiones y Donaciones. Por lo demás, la proyección exterior de Canarias también se verá acrecentada en los dos próximos años con la presidencia de las Regiones Ultraperiféricas (RUP), en un momento muy importante para estos territorios, pues se está definiendo la estrategia de la Unión Europea para el futuro, y se debe afianzar la idea de que las RUP necesitan de adaptaciones legislativas a una realidad política, social y geográfica particular.

A la vista está, el Gobierno está trabajando. Mucho. Nunca, y menos aún en una coyuntura como la actual, el Ejecutivo que presido va a despilfarrar un solo minuto en polémicas estériles o en responder a los ataques con los que la oposición intenta ocultar la ausencia de ideas e iniciativa por su parte. Tenemos los cinco sentidos puestos en nuestra agenda de trabajo y ni mil titulares nos van a distraer. Estamos volcados en políticas que ayuden a cohesionar territorialmente las Islas, en iniciativas que contribuyan a aumentar la justicia social y la igualdad de oportunidades. Queremos dar más y mejores servicios públicos. Estamos avanzando en la proyección exterior de Canarias. Siempre desde el diálogo. Convencidos de que, desde la lealtad institucional, el Gobierno debe defender el interés general de Canarias, nuestras demandas históricas, con firmeza y convicción.

Resumir 2008 es repasar el trabajo realizado. En estas líneas he dejado constancia de esas pautas de actuación. Hemos avanzado. Pero queda mucho por hacer. Siempre con responsabilidad. Desde el diálogo, pero con firmeza. Ocupándonos de las cosas que preocupan a la gente de a pie. Siempre del lado de las mujeres y hombres de esta tierra. Ahora más que nunca.

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