El camino no fue fácil y fueron muchos los que criticaron, incluso calificaron como “una locura” el proyecto del Cabildo de Tenerife para que el área metropolitana contase con un tranvía que uniese Santa Cruz y La Laguna. Sin embargo, los resultados y la satisfacción de los ciudadanos parece que han demostrado que este transporte sólo ha traído ventajas… aunque algunos no estén muy de acuerdo con lo que cuesta el billete.
Eso sí, el avance que ha supuesto la llegada del tranvía no oculta que el transporte público sigue siendo una asignatura pendiente en la isla de Tenerife. Porque la realidad es que el tráfico no deja de ser un problema, así como la falta de aparcamientos. Pese a ello, los ciudadanos no quieren dejar el coche en casa porque aseguran que no existe un transporte público rápido, eficaz, puntual y cómodo, que llegue a todos sitios. Y cuando lo dicen, se refieren especialmente a las guaguas.
En cualquier caso, la realidad es que del trío de opciones ofertado como transporte público, el taxi sigue siendo una alternativa que se puede utilizar sólo de manera puntual por su elevado coste, la guagua mantiene muchísimas carencias (falta de puntualidad y rapidez, principalmente) y el tranvía sólo llega a donde llega y sólo pasa por donde pasa… aunque el Cabildo ha anunciado que a la línea 2 –que se ejecuta actualmente y que llega hasta La Cuesta y Tíncer– se sumarán más proyectos en un futuro.
Así, desde la corporación insular se prevé la que el tranvía llegue hasta la playa de Las teresitas, al tiempo que se ampliaría la línea 1 hasta Los Rodeos y se llegaría también hasta La Gallega. Eso sí, esto ocurrirá, cuando ocurra (que no será este año, ni el próximo, ni…), en el área metropolitana, mientras al resto de la Isla le sigue quedando la esperanza de que finalmente se consiga dinero del Estado para construir los trenes del Sur y del Norte. Y también le sigue quedando la esperanza de que Titsa cree líneas comarcales.
El propio Cabildo de Tenerife, administración que gestiona Titsa después de que ésta le fuese transferida por el Gobierno de Canarias, ha reconocido el deterioro que sufre la empresa, que se viene manifestando desde el año 2004 y que se verifica en las cifras decrecientes de pasajeros, acompañadas de crecimientos importantes en los déficit operativos. Por esta razón, no le ha quedado otro remedio que elaborar un Plan de Impulso y Saneamiento de la compañía de guaguas, en el que se invertirá 150 millones de euros, aportados por el propio Cabildo, el Ejecutivo regional y el Estado. Además, la propia compañía tendrá que redactar una propuesta de mejora para poder escapar de esta situación, pues Titsa ha tocado fondo.
Con este Plan de Saneamiento, el Cabildo pretende realizar distintas inversiones en infraestructuras y flota, para que la compañía quede totalmente saneada en 2012. Eso sí, el deterioro de la compañía obliga a seguir aumentando el precio del billete, al tiempo que se deberá reducir el consumo de fuel, incrementar la velocidad comercial y eliminar los kilómetros improductivos, por lo que se producirá una reordenación de las líneas. Asimismo, se tendrán que disminuir los ratios de siniestralidad y dotará a Titsa de un porque móvil dimensionado y homogeneizado a la oferta del servicio.
Eran muchos los que predecían que el tranvía ocasionaría mucho daño a Titsa, aunque hay que reconocer que esta empresa tiene problemas en cuanto a sus ingresos y costes financieros desde antes de que se comenzara a construir este nuevo transporte. No se trata de echar la culpa a nadie, sino de actuar inmediatamente. Los trenes del Sur y del Norte son necesarios y los ciudadanos lo piden a gritos; también lo son más líneas del tranvía; y, como no, no sólo es necesario, sino urgente, que las guaguas ofrezcan un servicio digno, que también pasa por crear más carriles exclusivos para este transporte.
Tenerife puede presumir de muchas cosas, pero no de su transporte público. O al menos, no todavía.
