María Belén Pérez, Óscar Rey, Miguel Ángel Agüero, Francisco Javier García, María Eneida Arbaizar, Sergio Ruiz, María de los Ángeles Zabala y María Auxiliadora Díaz. No son artistas, deportistas o empresarios de postín. Son los nombres de los ocho magistrados que en 2008 han ejercido su función en Telde y que han terminado por convertirse en cotidianos para un municipio doctorado ya en Derecho.
El ejercicio de 2008 no ha supuesto el punto de inflexión que todos esperaban. En el balance final, la ciudad se ha sacudido parte del mal fario que tenía encima. Pero, sin haber ya tempestad, tampoco se puede decir que reine la calma. Los juzgados han vuelto a marcar la pauta. Las miserias de Faycán han continuado aflorando por obra y gracia de una instrucción a la que todavía nadie le ve el final. A día de hoy, el marcador recoge a 52 imputados –incluyendo a los encartados por filtraciones– y una nueva prórroga para García, que ya lleva más de tres años tirando del hilo. En abril imputó a Guillermo Reyes, otrora hombre fuerte de Ciuca en Urbanismo, y esto destapó la caja de los truenos entre sus seguidores. El edil llegó a acusar a la Policía y al juez de “montarle un circo”, lo que le generó la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía, finalmente archivadas.
En abril también se procedió a la apertura del secreto del sumario del caso Doramas, que husmea presuntas irregularidades en la concejalía más codiciada. Lo que hasta ahora ha trascendido tiene toda la pinta de ser un pequeño grano en toda una montaña de expedientes. Pero Faycán es mucho Faycán. La ciudadanía quedó expectante por la retirada de fianzas y, sobre todo, por el incidente protagonizado por la ex concejala María Antonia Torres en la ventana de su casa. Con un poco de suerte, la pesadilla de las presuntas comisiones habrá acabado en 2009 con un macrojuicio que debe celebrarse en la capital.
A los cuatro días de arrancar el año, Telde se convirtió nuevamente en el epicentro informativo de la isla. Marcos R., con su furgoneta blanca, su crematorio de animales, su presunto intento de rapto a una niña en La Garita y sus antecedentes judiciales tuvieron la culpa. Su detención desató todas las alarmas. El registro de un espacio tan lúgubre como el jardín de un horno incinerador puso con el alma en vilo a muchísimos canarios. Los nombres de Yéremi Vargas y Sara Morales se hicieron más presentes que nunca. No se descubrió nada, si bien el arrestado continúa en Salto del Negro por la supuesta agresión a la niña y las cuentas que tenía pendientes.
Los juzgados cerraron el año con otro asunto de gran trascendencia: la detención de 10 de los 16 guardias civiles adscritos al servicio de Aduanas del Aeropuerto por, siempre supuestamente, exigir comisiones a empresarios africanos para facilitarles la entrada de capital y de comida hasta suelo español. En medio de todo esto, se prosiguió con las instrucciones de los casos Yrichen, Los Alisios, Taprada, Grúas Barrios y La Mareta, con varios concejales del actual gobierno de por medio. En el primero de ellos, el fiscal pide dos años de cárcel para el alcalde Francisco Santiago ante la irregularidad urbanística detectada en la construcción de un centro de atención a drogodependientes. Los tribunales capitalinos decidirán.
La crisis económica
Con todo, hay vida más allá de la judicatura. En el Ayuntamiento se volvió a recrudecer la ya de por sí crítica situación económica. Las concejalías recortaron su presupuesto en un 30% y hasta las fiestas de San Gregorio se quedaron por primera vez sin feria de ganado ni concierto estelar. El tripartito –que se sostiene con sus tiras y aflojas– apostó por la venta de parcelas, pero ganó la banca. A día de hoy, cero euros. La recesión afecta lo que no está en los escritos.
El líder socialista, José Antonio Perera, presentó su dimisión como concejal de Urbanismo en enero. De fondo, su enfrentamiento con otra edil de su partido, Teresa García, hija del histórico Salvador García Carrillo, quien se niega en redondo a entregar su acta tras ser despojada de sueldo y funciones. García sigue fiel en los plenos, pero Perera sólo quiere que se vaya. Le echó un pulso al partido amagando con su salida del gobierno –retiró su dimisión apenas 24 horas después de anunciarla– pero a día de hoy aún no se sabe quién ha salido victorioso en la pugna porque a la munícipe tampoco se le ha expulsado de la formación.
El colofón a la crisis vivida en seno del PSOE de Telde –con encontronazos con otro concejal, David Halaby– lo puso el anuncio de Perera de no presentarse a su reelección como secretario general de la agrupación local. En la ciudad no ven a nadie válido para reemplazarlo, así que, como en épocas pasadas, suena con fuerza el nombre de José Alcaraz como futuro pacificador.
En la calle, el paro y la basura hicieron de las suyas. El primero se disparó hasta los 11.500 desempleados. Más de 3.000 altas en un año. Jamás se vivió una situación tan negativa. Ni siquiera la apertura de la primera fase del parque marítimo comercial de Jinámar –el más grande del Archipiélago cuando se termine en 2010– contribuyó a mitigar el aumento del desempleo. Para colmo, el complejo abrió sin licencia de apertura –lo que le granjeó críticas a Perera y al alcalde– y los comerciantes de San Gregorio se pusieron en pie de guerra ante la falta de aparcamientos.
Por otro lado, los empleados de Caseur estuvieron cinco días en huelga al no cobrar sus nóminas. El resultado, más de 700.000 kilos de residuos amontonados por los suelos. Otro tipo de basura, los vertidos de aguas residuales, motivó el cierre durante varios días de La Garita y Playa del Hombre.
Las buenas noticias
También se registraron buenas noticias. El Ayuntamiento logró reactivas obras de envergadura con la ayuda del Cabildo. A la rehabilitación de la Basílica de San Juan –que recupera sus cubiertas tras 11 años–, el arreglo de la plaza del barrio y de su calle principal y el comienzo de los trabajos del viaducto colgante de San Gregorio se sumó la salida a concurso de la tercera fase de las obras del Palacio de la Cultura. También se rescindió el contrato para el mantenimiento de vías y se adjudicó el de Parques y Jardines, por el que la empresa mixta Aguas de Telde cobrará 49 millones de euros a lo largo de diez años.
Y finalmente, la ampliación del Aeropuerto. Los vecinos de Ojos de Garza continuaron con sus reivindicaciones. Madrid lanzó los expedientes de expropiación, el Cabildo y el consistorio local siguieron a su ritmo –lento, muy lento– y esto volvió a motivar las iras de los afectados. Hubo hasta amenazas de huelgas de hambre. El retraso en la declaración de interés general de los suelos afectados por la reconstrucción de un barrio de 4.000 personas fue la gota que colmó el vaso. A ello se añadió el hecho de que se filtrase el lugar más deseado para el realojo: la tranquila zona de Piletillas. Y ahora son los vecinos de este pequeño enclave los que no tienen muy claro la idea de que el vecindario aumente…