Una ciudad sin Plan

Lanzarote cerró 2008 con una aparente tranquilidad política, sólo alterada a comienzos del año por la moción de censura que en febrero levantó del asiento a José Francisco Reyes como alcalde de Yaiza. No obstante, se vivieron días intensos en varios municipios, con Arrecife como primer escaparate, a consecuencia de pareceres divergentes entre el alcalde, el socialista Enrique Pérez Parrilla, y el teniente de alcalde, el insularista Antonio Hernández.

La batalla política de Arrecife dejó secuelas y Hernández acabó claudicando, dejando incluso la política y permitiendo que se retirarán los trámites avanzados en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se deberá redactar de nuevo durante este 2009. En el enfrentamiento tuvo que ver la figura de Dimas Martín, a pesar de estar encarcelado por un delito de malversación de fondos en el Complejo de Teguise. El fundador del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) impulsó desde la prisión de Tahíche un pacto electoral, de cara a las generales, con Coalición Canaria (CC).

Como buen peón, Hernández actuó en consecuencia, debilitando así las relaciones institucionales. Este punto de partida, de inicios de 2008, varió según se iban desgranando las encuestas que advertían de la solidez electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El pacto PIL-CC, sin el argumento principal del fomento de la unidad nacionalista en Lanzarote a través de un representante compartido en el Senado, se cobró como víctima al concejal de Urbanismo y presidente teórico del PIL, quien en marzo decidió dejar la política y su papel al frente de los insularistas.

Con este paso, Ubaldo Becerra se convirtió en el nuevo referente del PIL en la capital, de modo que ya en plena primavera era seguro que Enrique Pérez Parrilla salvaba su puesto como regidor. Para ello sirvió la desvertebración mostrada por la oposición. Partido Popular (PP), Coalición Canaria (CC), Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL) y Alternativa Ciudadana 25 de Mayo no supieron articular un frente común para aliarse con el PIL o con el PSOE, de cara a constituir nuevas mayorías en las instituciones.

Baste decir que 2009 ha comenzado con el pacto PSOE-PIL más que vigorizado en el Cabildo y en los consistorios de Teguise, Tías, San Bartolomé y la propia capital lanzaroteña. Influyeron, además, las cuitas internas que PP, PSOE y CC vivieron, con congresos insulares para nada aburridos. Eso sí, salvado el riesgo para el pacto municipal, otro gran sello identificativo para Arrecife en 2008 fue la marcha de varios jóvenes concejales, llamados todos en principio a convertirse en la nueva generación de políticos lanzaroteños, para encargarse de sanear la mala imagen que los partidos despiertan entre los lanzaroteños.

Las bajas se dieron desde varias filas. Al margen de Hernández, dijeron adiós los socialistas Miguel Ferrer, Marcos Bergaz y Fayna Álamo y la popular Aurora Pérez. A ellos hay que sumar las marchas de María Isabel Déniz, la ex alcaldesa, y la de Manuel Pérez Gopar, quienes dejaron las actas de CC al poco de saberse los resultados de las elecciones de mayo de 2007. Sólo PNL y Alternativa conservan a sus munícipes de inicios del mandato.

Con estos fundamentos, es comprensible que 2008 fuera un año de transición para el futuro desarrollo de la ciudad. En el ejercicio vencido no salieron grandes obras, si bien al menos se pudieron abrir el pabellón de Argana y la piscina cubierta, acabadas en fechas anteriores pero pendientes de trámites. Igual pasó con la remodelación del Islote de Fermina.

De este modo, para 2009 quedaron para resolver las salidas para la Rocar, para la construcción del nuevo centro de salud de Argana, para el arreglo de la Casa de la Juventud, para la apertura de la guardería municipal o para la construcción del Palacio de Congresos, entre otras demandas constantes por parte de los agentes sociales y económicos, consecuentes con el hecho de que Arrecife deja mucho que desear en el contexto de la tercera potencia financiera del conjunto del Archipiélago que se presume que es Lanzarote.

Con todo, hay que reconocer que la ciudad mantuvo en 2008 algunas excelencias que permitieron que el censo se siguiera incrementando, de modo que Arrecife ya cuenta con una población de derecho próxima a los 60.000 habitantes, con representantes de unas setenta nacionalidades diversas. A fin de cuentas, baste decir que más del 25% de los ciudadanos de Lanzarote nació fuera de España, con un asentamiento no muy alejado en el tiempo. Y en este escaparate, la capital no se queda al margen.

Fruto de esta configuración, se prevén necesidades sociales acuciantes por cubrir muy a corto plazo, máxime cuando la crisis financiera ha hecho que Lanzarote abra 2009 con la presencia de cerca de 13.000 desempleados, de los que más de la mitad guardan relación directa con el centro administrativo insular. Y con muchos visos de que la situación empeore, con Arrecife como estandarte principal a la hora de padecer los efectos negativos de la desaceleración.

Sin duda, argumentos sobrados para que Pérez Parrilla y los demás políticos cumplan con su trabajo y se dejen de componendas palaciegas.

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