Adiós VII Legislatura. Bienvenida, VIII

Las conmemoraciones de hitos básicos de nuestra historia han servido para recapitular sobre los avances de nuestra articulación política y administrativa, que trajo las mayores cotas de desarrollo a nuestro Archipiélago y, también, para reclamar el mejor encaje de Canarias en el Estado y la Unión Europea.

Desde el 21 de diciembre de 1982, cuando se constituyó el Parlamento provisional, han transcurrido más de diez mil trescientos días, veintiocho largos años y siete legislaturas. Al principio de las actividades, compartimos espacio con los alumnos del Conservatorio Superior de Música y, durante dos periodos, abandonamos este emblemático lugar para las obras de restauración de un inmueble, de grandes valores históricos y artísticos pero con problemas graves que hubo que resolver en el menor tiempo posible.

En nuestra primera salida nos acogimos a la hospitalidad de CajaCanarias y, en este periodo, donde los riesgos de seguridad aconsejaron una actuación urgente, pudimos mantener nuestras actividades dentro del complejo parlamentario, sin tener que abandonar nuestra sede, determinada por el Estatuto de Canarias. No se esconde a la opinión pública las dificultades que rodearon este mandato. A la problemática de un territorio singular y a su encaje en el nuevo escenario dibujado por la globalización, se agregó una indeseable invitada, la crisis económica que, a partir del fiasco de las hipotecas subprime, castigó la economía mundial y puso en jaque la propia estabilidad de los estados.

La depresión que aún nos afecta, que multiplicó el paro y extendió los umbrales de la pobreza de la población, que lastró los programas de actuación y recortó las posibilidades de actuación de las corporaciones, imposibilitó inversiones urgentes y puso en peligro el mantenimiento de los servicios al ciudadano. Aún en esas circunstancias difíciles, las actividades parlamentarias se cumplieron con normalidad y, fuera del ruido que siempre acompaña a las nueces, se aprobaron 42 leyes, se debatieron 284 proposiciones no de ley (una cifra que supera ampliamente la de anteriores legislaturas) y se tramitaron más de 2.200 solicitudes de peticiones de datos, informes y documentos.

En paralelo con estos cometidos principales, el Parlamento de Canarias ha aumentado su labor de representación y de apertura a todos los sectores de la sociedad, mediante actos culturales, visitas guiadas por nuestras instalaciones, encuentros con colectivos sectoriales y un amplio programa cultural que ha compensado el recorte de actividades de otras instituciones y que ha mantenido, en el corazón de Santa Cruz de Tenerife, un lugar de privilegio para exposiciones artísticas y temáticas, sin interés de lucro y abierto a organizaciones culturales y solidarias. En ese capítulo se contabiliza un largo centenar de exposiciones, conferencias, presentaciones de libros y, a través de convenios con prestigiosas sociedades y colectivos profesionales, se organizaron ciclos que revelan el compromiso de la sociedad civil con la realidad actual y el futuro de Canarias.

En el cuatrienio 2007-2011 conmemoramos los hitos básicos de nuestra historia contemporánea. Desde el XXX aniversario de la Constitución de 1978, que reconoció las singularidades canarias, hasta el primer cuarto de siglo de la publicación del Estatuto de Autonomía de 1982, la formación del Parlamento provisional en diciembre de ese mismo año y, sucesivamente, las primeras elecciones autonómicas, la formación del Primer Parlamento de Canarias, la Declaración del Día de Canarias y los aniversarios de las instituciones dependientes de nuestra cámara legislativa. Estas conmemoraciones sirvieron para recapitular sobre los avances de nuestra articulación política y administrativa, que trajo las mayores cotas de desarrollo a nuestro Archipiélago y para reclamar el mejor y definitivo encaje de Canarias en el Estado y en la Unión Europea.

No son tiempos para la autocomplacencia por cuanto la crisis ha impuesto prioridades, adjetivadas con el imperativo de urgencia social, pero tampoco –ahora que termina la legislatura– nos podemos permitir la frivolidad de olvidar cuantas reformas necesitamos para desarrollar las potencialidades de Canarias en un orden nuevo determinado por la globalización. Al nuevo Parlamento le toca completar temas pendientes y actuar, con la misma voluntad y empeño que los anteriores, en facilitar y mejorar los mecanismos de participación ciudadana, acelerar las leyes para la ordenación del territorio -un asunto capital en las metas de desarrollo sostenible que todos defendemos- mejorar las normas de contratación y buscar, con la mayor generosidad y ahínco, los grados máximos de diálogo y consenso en una sociedad madura.

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