Canarias, en el buen camino

Podemos decir alto y claro que Canarias está saliendo de la crisis antes que el resto del Estado porque así lo confirman todos los indicadores. En situaciones como ésta no hay lugar para los triunfalismos, pero los datos comienzan a reflejar la consolidación de una tendencia positiva para la economía canaria.

Cualquier balance que se pretenda realizar del año 2010 quedaría incompleto si no se retrotrae el análisis al comienzo de la legislatura, porque es precisamente a finales de 2007 cuando se detectan los primeros síntomas de la que se convertiría luego en la crisis económica más profunda vivida por Occidente desde la Segunda Guerra Mundial. Efectivamente, el último trimestre de ese año voces autorizadas alertan al mundo de las nefastas consecuencias del crack de las hipotecas subprime en Estados Unidos y su eventual contagio a los mercados financieros internacionales. Países como España, cuyo crecimiento pivota básicamente sobre el sector inmobiliario, comienzan a sufrir las convulsiones propias de una crisis global que terminará por devastar los cimientos -quizás frágiles- de sus economías.

A partir de ese momento, los responsables públicos se enfrentaron a la siguiente disyuntiva: negar la evidencia y continuar con políticas contrarias a una necesaria contención del gasto público o, por el contrario, tomar conciencia de la situación y comenzar a diseñar políticas para paliar los efectos de esa catástrofe económica. El Gobierno de Canarias se colocó desde el principio entre las administraciones que llamaron a las cosas por su nombre, hasta tal punto que su política desde entonces ha estado orientada casi exclusivamente a combatir la crisis. A nadie se le escapa que la acción de un gobierno autonómico tiene efectos limitados para dar solución a un problema de dimensiones planetarias, pero eso no ha impedido que en la medida de nuestras posibilidades hayamos puesto en marcha una amplísima batería de medidas para atenuar su impacto en las economías familiares, especialmente aquellas más débiles y frágiles.

Desde el consenso, aprobamos un Pacto por la Economía y el Empleo, recientemente renovado, y libramos una importante cantidad de recursos para que las familias en apuros pudieran hacer frente al pago de sus hipotecas o a los recibos del alquiler, de luz o de agua. También tomamos una iniciativa de claro carácter estratégico en relación con nuestra industria más importante, al firmar con el resto de administraciones públicas y agentes del sector un Acuerdo por la Competitividad y la Calidad del Turismo con un horizonte temporal fijado para el año 2020. Son sólo algunos ejemplos de la actividad que ha desarrollado este Gobierno para intentar colocar a Canarias en la mejor de las posiciones a medio plazo, cuando ya nada será igual a lo vivido hasta ahora y cuando esa realidad emergente nos demanda ya una mejora de la competitividad de nuestra economía. Efectivamente, hemos tomado decisiones de carácter coyuntural, pero también hemos apostado por otras de tipo estructural que darán sus frutos en los próximos años.

Porque así lo confirman todos los indicadores, podemos decir alto y claro que Canarias está saliendo de la crisis, y que lo está haciendo antes que el resto del Estado, como también había pronosticado. En situaciones como ésta no hay lugar para los triunfalismos, pero no lo es menos que los datos comienzan a reflejar la consolidación de una tendencia positiva para la economía canaria. Por un lado, tenemos la entrada de turistas: diez millones nos visitaron en 2010, un 10% más que el año anterior. Ese dato, por sí solo, debería llenarnos de optimismo en cuanto a nuestra capacidad para remontar circunstancias adversas. Pero hay más, porque ese dato no es, en modo alguno, una cifra aislada ni fruto de la casualidad. Hemos trabajado muy firmemente para impulsar la recuperación económica del Archipiélago potenciando su principal motor, la industria turística, que este año consolidará esos buenos augurios alcanzando el récord histórico en llegadas y ocupación hotelera.

Medidas como la reducción de las tasas aeroportuarias, por las que el Gobierno de Canarias ha dado una batalla incansable, han posibilitado en buena medida la incorporación de nuevos mercados, en especial Francia, Italia y los países del Este de Europa, así como incrementar y consolidar los ya existentes, como Reino Unido, los países nórdicos y Alemania. Esos logros nos sitúan en la senda de la recuperación económica, en la dirección correcta. Y nos animan a continuar impulsando acciones que aprovechen este buen momento para convertirlo en un revulsivo de la crisis y hacer del liderazgo turístico de Canarias una situación permanente. Estamos trabajando, por ejemplo, para mejorar nuestra competitividad con una mayor calidad de la oferta que tiene como premisa la modernización integral del sector y la rehabilitación de la planta obsoleta. De esta manera también incentivamos al sector de la construcción, uno de los que mayor volumen de empleo ha generado tradicionalmente en Canarias, pero orientado a esa rehabilitación, sin más consumo de suelo.

Pero, además, estamos poniendo en valor nuestro producto con profesionales más y mejor cualificados y con una apuesta clara por la introducción de la inteligencia, el conocimiento y la innovación como el más fiable camino para mejorar la productividad y dar estabilidad a nuestra recuperación económica. Porque el turismo contribuirá, sin duda, a que Canarias logre superar la coyuntura de crisis antes que otros territorios que no cuentan con una herramienta tan potente como esa. Por eso, es fundamental que trabajemos todos, tanto administraciones como agentes económicos y sociales, para aprovechar ese impulso y generar una conciencia colectiva sobre nuestras fortalezas.

Los últimos datos del paro apuntan en esa dirección. Canarias registró 4.429 desempleados menos en abril de 2011, lo que supone un descenso del 1,7% respecto a marzo. En el conjunto de España, el paro también bajó, excepto en País Vasco, pero lo hizo menos que en Canarias. Y en la evolución interanual el desempleo también ha bajado en las Islas, un 3,48% (9.269 personas). Es el segundo descenso interanual consecutivo que se registra en Canarias desde que comenzó la crisis y es, además, muy significativo. La media nacional interanual crece un 3%. Sólo Canarias, Baleares y Madrid registran descensos, pero el de Canarias es el más importante. Se ha demostrado que podemos combatir la crisis y que tenemos la capacidad, el talento, la herramienta y el rumbo fijado. Y, lo que es más importante, estamos unidos en ese objetivo. Hemos plantado cara a la crisis y los datos confirman que lo hemos hecho en la dirección correcta, en el buen camino.

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