Sesenta millones de vidas. Esas fueron las que se cobró la Segunda Guerra Mundial, el conflicto más atroz de la historia universal. Los más afortunados, aquellos que esquivaron la muerte y dejaron atrás el odio, hicieron florecer un capullo lleno de pétalos de paz. Las secuelas del enfrentamiento sanguinario y el hambre de olvido invitaron al fortalecimiento del deporte adaptado, el inicio de un camino que hoy ofrece muchas alegrías al deporte canario.
El deporte adaptado premia la voluntad por rozar la igualdad, cambia el concepto de la sociedad y convierte en arte unos juegos que nacieron para tolerar el dolor que había dejado la II Guerra Mundial. Largo fue el camino para que llegara el reconocimiento de los organismos públicos y privados. Quince años después del fin del conflicto bélico se celebraron en Roma (1960) los primeros Juegos Paralímpicos. Fue la declaración definitiva por la superación. Medio siglo después de aquellos Juegos Paralímpicos de Roma, en Canarias habitan alrededor de 136.000 de personas que tienen alguna discapacidad diagnosticada. Cerca de un dos por ciento de ellas practican alguna de las 28 modalidades deportivas que actualmente tiene reconocidas la Real Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad. Por cifras, es un continuo desafío a la estadística. Y en ese reto sobresalen varias figuras canarias.
La cima la alcanzó Enhamed Enhamed (discapacidad sensorial). El nadador grancanario conquistó cuatro medallas de oro y una de plata en el Mundial de Natación Adaptada que se celebró en Eindhoven. Sus cuatro preseas en las Juegos Paralímpicos de Pekín en 2008 era un anticipo de más éxitos y aunque pudiera invitar al conformismo, fue un verdadero desafío de repetición. Logró más, iguales y mejores, como diría el periodista Salvador Martín Mateos. Esa búsqueda de nuevos estímulos le hizo más grande. Por ese mismo camino va Héctor Santana (síndrome de down), campeón del Mundo de 50 metros mariposa y tercero en 100 metros de la misma modalidad. Además, el nadador del Santa Lucía fue el único isleño que representó a España en el Europeo de Southampton y allí se colgó cuatro medallas, una más de las conseguidas en el Campeonato de España.
La natación significa éxito en Canarias. De hecho, es la modalidad deportiva más practicada en las islas por personas con discapacidad. El incesante trabajo les ha premiado con más de un centenar de medallas en los últimos Campeonatos de España. Ricardo Alexis Lucena, Francisco García, Víctor de León, Dácil Cabrera y David González se bañaron de oro (más de una veintena entre ellos). La colección de metales la completaron Michele Alonso, Alejandro Muñoz, Agustín Expósito, Moisés Aguilar, Sergio Guzmán, Adrián Ávila, Zebenzuí Pérez, Ángel Cruz, María del Cristo Suárez, Borja de Castro, Francisco Montesdeoca, Masahiro Yamaguchi, Melania Casimiro, Isabel Morales, María Rosa Batista, Israel Hernández, Isaac Juliá, Laura Báez, José Antonio Aráez, César Frías, Carlos Baz, Isaac Martín, Andrés Dévora, Néstor Rodríguez, Kevin Reyes, Patricia Pérez, Ninivé Ramos, Isaac Martín, Alejandro Rojas, Guillermo Miquel y Estefanía Hernández.
Espíritu de mejora
El afán de superación les une como una familia. Sólo eso justifica los resultados colectivos. Canarias revalidó el título nacional de selecciones autonómicas Absoluto (el tercero consecutivo que logra), dominando en las categorías masculina y femenina. Además, la selección Infantil fue subcampeona en Madrid. A ello hay que añadir que tres clubes insulares coparon el podio del Campeonato de España: Tensalus, CN Las Palmas y Hermano Pedro. Así, la teoría de la probabilidad sale fortalecida con la natación: cuantas más licencias, más posibilidades de éxitos. Aunque siempre hay excepciones que rompen la regla, como es el caso del parataekwondo, que permitió a Canarias alcanzar la cima pese a su escasa representación. Aythami Santana (discapacidad física) sumó su segundo Mundial en San Petersburgo en el mes de mayo. La trayectoria del grancanario no tiene límites y sólo su edad (apenas supera los 20 años) ha sido un obstáculo para figurar entre los grandes de este deporte. Incluso logró el título nacional sub 21 e
n taekwondo convencional. El futuro, a buen seguro, lo situará entre los mejores.
En atletismo tampoco fueron mal las cosas para los deportistas insulares. Canarias finalizó octava en el Campeonato de España Adaptado (12-13 de marzo, Gijón), conquistando dos oros y cuatro platas. Carlos Javier Pérez, en la clase F46 para personas con discapacidad en extremidades superiores, se colgó la medalla de oro en salto de longitud y en lanzamiento de jabalina, quedando segundo en 4×100 metros lisos por equipos -compitió con Asturias-. Mientras, Norberto Chávez (silla de ruedas) se alzó con la plata en 400, en 800 y en 5.000 metros lisos. Estos resultados se ampliaron en mayo en Jerez de la Frontera, cuando Chávez también logró la plata en 100 metros lisos en el Campeonato de España Adaptado para ciegos. Allí, el atleta palmero Víctor Gutiérrez (T44: amputados tibiales) logró dos oros: en 100 y 200 metros lisos.
En el resto de deportes hubo también pinceladas de gloria, como el oro del teldense Miguel Rivero en tenis de mesa para personas con discapacidad. Tampoco se puede restar mérito al ECONY Gran Canaria y al Ademi Tenerife, máximos representantes de baloncesto, que continúan compitiendo con éxito en la División de Honor y en la Primera División en silla de ruedas, respectivamente. Además, Canarias logró la segunda posición en el Campeonato de España de baloncesto de selecciones autonómicas celebrado en Córdoba, sólo superado por Andalucía. El Ademi Tenerife, precisamente, destacó en 2010 por un ambicioso trabajo en todas sus disciplinas deportivas. Otra de sus alegrías la consiguió Carlos Correa, que con 125 kilos se proclamó campeón de España de halterofilia adaptada en Oviedo.
Y entre medalla y medalla, entre halagos y reconocimientos, se colaron las hermanas Beatriz y Raquel Villamandos que gracias a su participación en las Olimpiadas de Tenis para Sordos en Taipei de 2009 (Beatriz logró la medalla de plata) representaron a las islas en la gala del Premio Nacional del Deporte 2010, recibiendo un diploma acreditativo de manos de Juan Carlos I. Todos estos méritos, sin embargo, no han logrado que el deporte para personas con discapacidad despegue por completo. Indudablemente, el avance ha sido importante, pero a la vez insuficiente. Queda hacer autocrítica. Hace apenas unos meses que se constituyeron las federaciones que rigen a estos deportistas, instituciones que caminan en solitario en lugar de ir de la mano de las federaciones convencionales. Sería mucho más fácil para todos si el deporte para personas con discapacidad no tuviera que caminar en solitario.