Cultura: primera víctima en años de crisis

La primera víctima inocente en tiempos de crisis es la cultura. Y 2010 y lo que llevamos de 2011 demuestra que el dicho convertido ya en tópico siniestro no es equivocado. El Gobierno de Canarias ha ido recortando el presupuesto destinado a la Viceconsejería que dirige -en ocasiones con sorprendente arte malabar- Alberto Delgado, quien dentro de sus posibilidades ha intentado dar coherencia a su gestión, encargando el año pasado la elaboración de un Plan Canario de la Cultura.

El Plan Canario de la Cultura, con todas sus inquietantes ausencias, que las tiene, debe servir de hoja de ruta para reformar -y algunos esperan transformar- las relaciones que el Gobierno de Canarias ha mantenido hasta ahora con artistas y gestores. Relaciones que aún arrastran la pesada losa de una forma de hacer política clientelar que urge, por necesidades obvias, erradicar. Esta al menos es una de la reflexiones de uno los asesores de dicho Plan, el profesor Lluís Bonet (*). En tiempos de vacas flacas como vivimos, la que antaño fue la apetitosa tarta de la cultura oficial ha terminado por convertirse así en un pastel de rica miel que no puede satisfacer a todos. Por eso, urge que el Gobierno de Canarias sea selectivo y sobre todo imparcial y transparente a la hora de repartir las subvenciones.

Pese a los malos tiempos y al natural recelo que muchos creadores sienten hacia la Viceconsejería al sentirse ninguneados, con razón o sin ella, en el Archipiélago se está produciendo un curioso y atractivo fenómeno que sólo puedo explicar porque estamos precisamente en crisis: colectivos de artistas y gestores han decidido arriesgarse creando espacios netamente privados donde ofrecer una alternativa cultural sin ayuda oficial. Entre otros, destacaría la labor que en estos momentos desempeñan en la isla de Tenerife grupos como el Equipo Para, en la capital tinerfeña; El Semillero, en La Laguna; o pubs y cafeterías que han abierto sus espacios a la música en directo, exposiciones, recitales de poesía, presentaciones de libros y expresiones teatrales que están dotado a la agenda cultural de las islas de un notable y renovado protagonismo.

Estas apuestas han contado con el respaldo del público y significa un interesante oasis en el que están dando a conocer su talento numerosos profesionales que quieren dedicar su vida al arte. Es como si en tiempos de crisis la cultura regresara a la calle. Libre y sin ataduras, mientras ayuntamientos y cabildos miran hacia otro lado y la Viceconsejería de Cultura no se molestara en intentar explicarse un fenómeno que se ha multiplicado gracias sobre todo a las redes sociales y a blogs especializados donde parece que por fin se ha perdido el miedo a criticar lo que se ve y a señalar lo que, razonablemente, se intuye que están haciendo mal las administraciones públicas.

Otro aspecto a señalar del 2010 fue la oportuna candidatura de Las Palmas de Gran Canaria, entre otras cinco capitales españolas (Burgos, Córdoba, San Sebastián, Segovia y Zaragoza), a Capital Europea de la Cultura 2016. De obtener este título, huelga enumerar los enormes beneficios culturales, sociales y económicos que reportaría no solo a la capital grancanaria sino también al resto de las islas que conforman el archipiélago.

Desde la perspectiva oficial y pese a los recortes presupuestarios que ha provocado la retirada de ayudas a certámenes que ya estaban consolidados como Mueca y el renacido por un año Festival de Cine Ecológico, ambos en el Puerto de la Cruz, y la desaparición de la Dirección General del Libro que ha terminado absorbida por la de Patrimonio (¿?), la gran apuesta de la Viceconsejería de Cultura fue y continúa siendo su polémico programa Septenio, una buena iniciativa que se ha visto empañada por algunas decisiones erróneas y una forma de hacer las cosas que no termina de convencer a muchos creadores de las islas.

Críticas al margen, Septenio 2010, dedicado a Islas en el Mundo, logró al menos la promoción de determinadas actividades culturales canarias en el exterior, tras apoyar 43 proyectos -27 de nueva creación y 16 iniciados en años anteriores-, que generaron unas 180 convocatorias culturales en Canarias y en el exterior. En ellas intervinieron de forma presencial o través de su obra 440 profesionales del sector, de los que cerca de 300 lo hicieron en el marco de iniciativas desarrolladas en el exterior de las Islas: en una decena de ciudades españolas y en quince países de todo el mundo. Además, el departamento que dirige Alberto Delgado, pese a la catastrófica situación económica que maneja, continuó respaldando 94 festivales de música, cine y artes escénicas, así como el patrocinio de 22 nuevos proyectos audiovisuales y setenta trabajos discográficos, según se desprende de su Memoria de Gestión 2010.

En cuanto a Canarias Crea, y siempre según este análisis, la Viceconsejería de Cultura, consiguió que un total de 180 propuestas de las Islas participasen en actividades que se desarrollaron en la Península y en el extranjero. “Esto ha sido posible al asumir el Gobierno de Canarias el coste que cubre el gasto de traslados, una circunstancia que había impedido hasta hace pocos años la presencia de los artistas de todas las disciplinas fuera del archipiélago”, explican. Además, el pasado año Canarias acogió también el VII Campus Iberoamericano de Cooperación Cultural, cita bianual de la cooperación cultural que reunió en Las Palmas de Gran Canaria a unos 200 expertos.

En el sector audiovisual la Memoria de Gestión de la Viceconsejería destaca el respaldo económico a 28 nuevos proyectos (seis cortometrajes, nueve audiovisuales con destino a televisión y trece largometrajes); y el estreno de un largometraje, seis documentales y quince cortos que desgraciadamente no han tenido el impacto deseado fuera de las fronteras canarias. Eso sí, aquí es preciso reseñar que parte del sector audiovisual puso el grito en el cielo en 2010 cuando en las convocatorias para acceder a estas subvenciones se detectó que los proyectos presentados por el Laboratorio de Escritura Audiovisual de Canarias (LEAC) obtenían medio punto de ventaja con respecto a los que participaban por libre. La Viceconsejería, pese a recibir un escrito de cineastas y productores abogando por la igualdad, no ha solucionado aún esta molesta controversia.

Asimismo, en este resumen anual merece ser recordada también la labor que lleva a cabo la Filmoteca Canaria en sus políticas de recuperación de material audiovisual relacionado con las islas y la exhibición de ciclos de películas en las dos capitales canarias. Igualmente, ya en 2011, hay que resaltar la edición en dvd de la versión en color de Tirma (Paolo Moffa, Carlos Serrano de Osma, 1954), un título histórico, pese a su escaso interés cinematográfico, del cine rodado en Canarias.

Teatro, música y festivales

En colaboración con los siete cabildos insulares continúa el Circuito Canario Islas de Música, Teatro y Danza y se han podido grabar, gracias a las subvenciones que reparte la Viceconsejería, setenta nuevos trabajos discográficos de intérpretes canarios tanto de larga duración como de promoción. Y ello dentro de diferentes géneros: folclore-música tradicional, jazz-blues, música clásica, músicas del mundo, nuevas músicas, pop-rock y música coral.

En cuanto a festivales, se estimuló económicamente a 94 certámenes que se celebraron en las diferentes islas a lo largo del año. De esto, la cifra más elevada correspondió a los de Música (65), Audiovisual (12), Artes Escénicas (12) y otras disciplinas (5). En este ámbito hay que destacar el Festival de Música de Canarias, que ofreció 62 conciertos distribuidos en todas las Islas, incluida La Graciosa. Y en la nómina de festivales tenemos que recordar que en 2011 se ha sumado CineEscena, celebrado en marzo en La Laguna y que propone un curioso mestizaje entre cine y gastronomía.

El campo del arte mostró 67 exposiciones tanto en las salas propias del Gobierno de Canarias (Espacio Cultural El Tanque, Sala de Arte Contemporáneo de Santa Cruz, el Instituto Cabrera Pinto de la Laguna, Centro de Arte La Regenta de las Palmas de Gran Canaria y la Casa de los Coroneles de Fuerteventura) como en las salas concertadas (Círculo de Bellas Artes, Gabinete Literario, Centro Juan Ismael, etc). Y en Patrimonio Histórico se dio en 2010 “el último paso para la tramitación del texto del Proyecto de Ley del Patrimonio Histórico y Cultural”.

Concluyendo: que pese a los malos tiempos para la lírica en Canarias todavía algo se mueve culturalmente hablando. Con crisis o sin crisis. O sin crisis o con crisis.

(*) Entrevista con Lluis Bonet en El Perseguidor, nº38 (26 de marzo de 2011), suplemento cultural de Diario de Avisos.

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