La isla de los volcanes hizo honor a su nombre en 2009 por las enormes sacudidas que tuvieron lugar a lo largo del año. Tragedias humanas como la muerte de 25 inmigrantes a pocos metros de la costa, operaciones judiciales y policiales contra la corrupción política y urbanística, la continua inestabilidad de las instituciones y una crisis diplomática entre España y Marruecos por la activista saharaui Aminetu Haidar convirtieron a Lanzarote en centro de la actualidad.
Becerra y Rodríguez habían reconocido ante el juez que cobraban comisiones ilegales a empresarios, pero antes de irse impusieron el cambio de alcalde. Tal vez por eso el primer año de mandato de Reguera no fue precisamente tranquilo. Se quedó en minoría en varias ocasiones, todas por dimisiones de concejales del PIL, y se tuvo que enfrentar a una huelga del servicio municipal de guaguas por la pretensión, rectificada después, de privatizar el servicio. También vio cómo su empeño de firmar un convenio para levantar “un edificio icono” proyectado por un arquitecto de prestigio como Calatrava o Herzog, en el Islote del Francés, propiedad del empresario Jaime Cortezo, no fructificaba, al igual que el ansiado puerto deportivo, cuyo concurso, al que se habían prestado dos empresas locales, anuló la Autoridad Portuaria de Las Palmas.
Eso sí, la bomba informativa cayó en el mes de abril con la segunda fase de la operación Unión, llamada operación Jable. La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil detuvo a 25 personas: siete políticos, dos funcionarios y el resto empresarios o intermediarios. En esta ocasión se centró en el mandato de la ex alcaldesa Isabel Déniz, que fue detenida y encarcelada durante un mes, acusada de cohecho; y en los servicios que prestaban dos grandes empresas: FCC y Urbaser, de la que se llegó a detener hasta cinco directivos. También fueron detenidos los concejales Luisa Blanco y Antonio Machín o el empresario más influyente de la Isla, Juan Francisco Rosa; y ya en el mes de octubre, su abogado y ex secretario del Ayuntamiento de Arrecife, Felipe Fernández Camero.
Otra parte de la investigación se centró en Dimas Martín, a quien la Guardia Civil le atribuye un patrimonio de unos ocho millones de euros oculto a través de siete testaferros, que también fueron detenidos. El caso Unión, finalmente, no sólo fue noticia por los imputados, sino también por el traslado, voluntario, del juez a Tenerife y los problemas para que el Consejo General del Poder Judicial le concediera una comisión de servicios para continuar con el caso.
Aún en el capítulo judicial, el 4 de mayo, el ex senador y ex alcalde de Haría, Juan Ramírez, ingresó en la cárcel de Tahíche para cumplir una condena de tres años y medio por falsedad documental por un delito cometido cuando estaba en la alcaldía. Y en 2010 también fue noticia otro caso de corrupción, el que se investiga por la concesión de licencias a hoteles y apartamentos por parte del ex alcalde de Yaiza, José Francisco Reyes (PNL), que salió de la cárcel a finales de 2009. Por el Juzgado desfilaron un buen número de empresarios, como testigos o imputados. Este caso tiene su vertiente política, ya que hay 27 sentencias firmes que han anulado otros tantos hoteles y complejos de apartamentos en Yaiza y Teguise, y cuya ejecución ha solicitado la Fundación César Manrique. En julio, Financial Times dedicó un artículo a la situación de estos hoteles y las subvenciones europeas que recibieron.
En el Cabildo, el presidente Pedro San Ginés (CC) presentó el avance del Plan Insular de Ordenación, que suscitó críticas por parte de la propia Fundación y del Partido Socialista. La actualidad cabildicia, sin embargo, la acaparó la mala situación económica de dos empresas públicas: los Centros de Arte, Cultura y Turismo y la empresa de aguas Inalsa, que empezó y terminó el año en situación de proceso concursal. En enero los administradores judiciales presentaron un expediente de regulación de empleo que afectó a 33 trabajadores, pero la deuda, de unos 40 millones de euros, no ha ido descendiendo. En los Centros Turísticos, la nueva consejera delegada, Astrid Pérez (PP), aprobó un plan de viabilidad para enjuagar la deuda a la que se llegó en la anterior etapa, gestionada por el secretario insular del PSOE, Carlos Espino, que pasó en 2010 de denunciante (del caso Unión) a denunciado, por parte del consejo de administración, por su gestión en los Centros.
También ocupó muchas páginas la polémica por la deuda de los Centros Turísticos al Ayuntamiento de Haría, gobernado por el nacionalista José Torres Stinga, que escenificó una guerra con el Cabildo Insular, y más en concreto con su compañero de partido Pedro San Ginés, en la que se libraba también la lucha por el poder dentro de Coalición Canaria, dividida tras la decisión de pactar con el PIL, PP y PNL en todas las instituciones posibles. La lucha interna en CC hizo que ese mandato de la dirección insular (presidida por el alcalde de Tinajo, Jesús Machín) no se acatara a finales de 2009 ni en Arrecife, ni en Yaiza ni en Tías, y que se alargara el conflicto todo el año siguiente. En Tías dimitieron dos concejales para no presentar una moción contra el socialista José Juan Cruz, y la tercera, Jéssica Suárez, tomó posesión de su acta e hizo justo lo contrario, sumándose al grupo de gobierno del PSOE. En Yaiza, el grupo de CC sí había presentado en diciembre una moción, pero contra la pilista Gladys Acuña, para aupar al edil del PNL, Ángel Domínguez, que acabó pasándose, junto a sus compañeros, al grupo de no adscritos y posteriormente a CC.
Al PIL tampoco le fueron muy bien las cosas, sobre todo por los problemas con la Justicia de algunos de sus miembros más destacados. Fabián Martín, el hijo menor de Dimas Martín y vicepresidente del Cabildo, accedió a la presidencia del partido en un Congreso celebrado en abril, el mismo día en que la Guardia Civil detenía a su hermana Susana dentro de la operación Unión. En el PP dimitió su número dos, José Pablo Lemes, pero el partido recibió la visita de dos pesos pesados: Soraya Sáenz de Santamaría en enero y Mariano Rajoy en diciembre, quien intentó abandonar la Isla, sin éxito, el día que se inició la huelga salvaje de controladores aéreos.
Otros ‘protagonistas’
Pero si 2010 tuvo un protagonista singular, también lo tuvo plural. Es más, multitudinario. El 31 de diciembre, el paro ya afectaba a 16.243 personas, tres veces más que hace cuatro años. Arrecife se alzó con el dudoso honor de ser la ciudad española de más de 50.000 habitantes con mayor índice de paro, el 32 por ciento. El desplome de la construcción, la crisis financiera y el descenso de los precios y del gasto turístico han ahogado a Lanzarote. Aún así, al aeropuerto llegaron más de dos millones de turistas. Unos miles, eso sí, no pudieron hacerlo por los desvíos causados por el cambio, por parte de AENA, de la maniobra de aproximación, que luego tuvo que volver a cambiar. También fue noticia en Guacimeta la reivindicación política y empresarial de la ampliación de la pista. De los desvíos, acompañados de temporal del Sur, tampoco se libró este año el puerto de Los Mármoles, provocando la ira de los empresarios, que reclaman hace tiempo un dique de abrigo que garantice su operatividad todos los días.
El capítulo de sucesos se abrió en febrero con la detención de seis militares galeses que arrasaron un restaurante argentino en Costa Teguise, dejando varios heridos. Estuvieron encarcelados cuatro meses, hasta que en junio se celebró el juicio, se conformaron con la pena solicitada y volvieron a su país. En octubre desapareció, mientras buceaba en la Isla, Bosco Fernández Tapias, uno de los hijos del conocido empresario madrileño. Nunca se encontró el cuerpo, que acabó posiblemente a 300 metros de profundidad, pero sí su coche aparcado en una zona costera de Puerto del Carmen. Ese mes de octubre llegaron a la Isla dos de las pocas pateras que alcanzaron las costas de Lanzarote durante el año y dejaron en evidencia que uno de los radares del Sive llevaba averiado más de un mes.
Finalmente, en 2010 falleció el vecino más ilustre de la Isla. José Saramago, escritor portugués Premio Nobel de Literatura, puso el punto final a su obra y su vida el 18 de junio, en su casa de Tías, donde escribió sus últimos libros. En su biblioteca se abrió la capilla ardiente hasta que fue trasladado a Lisboa para su funeral. Un mes después, la Fundación César Manrique (FCM), de la que era patrono de honor, trajo a la Isla al juez Baltasar Garzón para presentar, junto a Pilar del Río, el libro José Saramago. La consistencia de los sueños’, escrito por el director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera. El acto, que sirvió como homenaje al Nobel, fue la primera aparición pública de Garzón desde su inhabilitación. Por último, la viuda de Saramago anunció en un acto organizado por la asociación Mararía de defensa de la mujer que la casa del escritor se convertiría en museo.