La ola democratizadora del Magreb

Desde Canarias, al igual que desde toda Europa, se viene siguiendo con asombro el afán de democratización que expresan los pueblos de Túnez, Egipto, Siria y tantos otros. La evolución de Mauritania, Marruecos y la de estos países a buen seguro nos afectará social y comercialmente

En los sucesivos Anuarios de Canarias de los últimos años he tenido la oportunidad de dejar reflejados en sendas colaboraciones, síntesis respectivas del trabajo parlamentario de los diputados socialistas canarios en el Congreso de los Diputados. En esta ocasión he optado por llevar a cabo unas breves consideraciones ante la espectacular transformación social que están experimentando los países del Magreb. Desde Canarias, al igual que desde toda Europa, se viene siguiendo con asombro el afán de democratización que expresan los pueblos de Túnez, Egipto, Siria y tantos otros. Es cierto que son miles las referencias periodísticas en todos los medios que reflejan las ansias de modernización que expresan los pueblos árabes y que en países como Egipto aún está por ver que deparará su nueva Constitución o qué tipo de gobierno surgirá de las primeras elecciones libres, al igual que Siria, que juega un papel importante ante la futura creación del estado palestino y que viene dramáticamente avanzando de manera lenta hacia un estatus democrático.

En esta primavera de 2011 también nos ha llegado la noticia de un terrible atentado terrorista en Marraquech, en el que fallecieron cerca de una veintena de personas, unos marroquíes y otros ciudadanos de diversos países europeos. Este atentado desgraciado nos ha hecho recordar al de hace unos cuantos años en Casablanca y nos recuerda de nuevo que Marruecos es un país vecino al que no podemos dejar de observar y con el que debemos colaborar. Mucho más en una nueva etapa en la que tal como claramente expresaba Youssef Amrani, secretario general del Ministerio de Exteriores y Cooperación de Marruecos en un excelente artículo publicado en El País, afirmaba que Marruecos se dispone a dar el paso definitivo en el proceso, iniciado hace ya años, de la consolidación de un Estado de Derecho democrático y moderno, en un contexto regional a la vez agitado y prometedor.

Me ha resultado ilusionante la lectura del referido artículo periodístico de tan alto representante gubernamental que con el título de Marruecos, un socio de confianza describe la reforma constitucional lanzada por el rey Mohammed VI y en el que también recuerda las medidas ya adoptadas como la instalación del Consejo Nacional de Derechos Humanos, la instancia central de prevención contra la corrupción, el Consejo Económico y Social, la Institución del mediador (El Defensor del Pueblo), el Consejo de Competencia… Es de destacar el desideratum expresado por el señor Amrani en lo referente a las relaciones futuras con la UE a las que el Gobierno de Marruecos pretende prestarle una atención singular con la aspiración de compartir valores comunes de democracia, derechos humanos y de relación comercial más sólida que la actual.

Siempre hemos creído que la seguridad en el Magreb es merecedora de un enfoque y de una amplia visión. Hablamos de un espacio geográfico de intercambios e interfase entre la África Subsahariana y Europa que de hecho se ha convertido gracias a su posición geográfica, sus riquezas humanas y energéticas, en una región esencial para la seguridad del mediterráneo y de una manera muy especial para la de la Unión Europea. Las problemáticas de la lucha contra la inmigración clandestina y los riesgos asociados a la amenaza terrorista, hacen de la orilla meridional del Mediterráneo una región particularmente sensible desde el punto de vista de la seguridad. La inestabilidad del conjunto de la zona del Sahel en la que prosperan y se entrecruzan traficantes y grupos terroristas no puede ser considerada como problemas locales que han de ser resueltos por cada uno de los gobiernos, sino que ha de ser objeto de un proyecto común compartido con la Unión Europea. Por otro lado, para Canarias, calificada por la Unión Europea como región ultraperiférica, la evolución de Mauritania, Marruecos y la de los países de su interland a buen seguro nos afectará de forma notable social y comercialmente.

Asimismo, hemos de poner en valor la movilización social de la que da fe el hecho de que 16 organizaciones europeas se estén movilizando para apoyar la transición democrática en el Norte de África. En efecto, en los últimos días se han celebrado en Madrid unas sesiones de trabajo organizadas por la Red Solidar (a la que pertenecen cinco ONGs españolas e integrada por una red europea de 52 organizaciones procedentes de 25 países), fundada en 1948 con el objetivo de promover la justicia social tanto en Europa como en el resto del mundo. En el referido encuentro se han analizado los cambios políticos y sociales producidos en los últimos meses en los países del Norte de África y en los que se ha marcado el punto de partida para un trabajo conjunto de la sociedad civil en las dos orillas del Mediterráneo. Así pues, queda por delante una extraordinaria etapa de transformaciones sociales que a todos nos ha de beneficiar.

Facebook
Twitter
LinkedIn
COrreo-e
Imprimir

Patrocinadores

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad