Un fantasma recorrió la vida política y parlamentaria en Madrid durante todo el 2010. O, para ser más exactos, un fantasma de dos cabezas que acabó por dominar toda la escena de la capital, donde los partidos y las instituciones apenas lograron desterrar el ambiente de crispación que viene dominando el libreto político en los últimos años. Intervención de la economía española y adelanto electoral fueron las dos claves sobre las que giró la política nacional.
Aunque ninguna de las dos amenazas llegó a concretarse, la intervención de la economía española y el adelanto electoral marcaron todo el devenir de la vida parlamentaria durante el año 2010 y hasta de las propias relaciones entre Canarias y el Estado en uno de los años más tensos e intensos desde la época de la Transición. Mientras la crisis económica seguía golpeando con fuerza los indicadores españoles, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero intentaba desplegar toda una estrategia para parar la sangría tanto en el ámbito económico como en el político. En el año de las reformas legislativas orientadas a cambiar el ADN de la economía y del sistema productivo español, el 2010 pasará sin embargo a la historia como el del gran ajuste presupuestario y del Estado del bienestar bajo la atenta mirada de los mercados internacionales y de la UE. La famosa votación del 27 de mayo en que se aprobó por un solo voto de margen el decretazo de los recortes, gracias a la abstención de CiU, CC y el diputado de
UPN, marcó todo el año y alargará su sombra prácticamente hasta el final de la legislatura.
La aprobación del decreto, que contó sólo con los votos a favor del PSOE y que rechazaron tanto el PP como el PNV y los grupos de izquierda (IU-ICV, ERC, BNG o Nafarroa Bai), dio aliento a un Zapatero que apenas si se sostenía en esos momentos sobre el alambre. Evitó la más que probable intervención de la economía española por parte de la UE y una crisis política que avocaba al adelanto de las elecciones generales y quizá a una crisis social sin precedentes. Esta circunstancia, junto al hecho de que los partidos miraban constantemente por el rabillo del ojo a las próximas citas electorales (la de Cataluña en noviembre, así como las Autonómicas y locales de mayo de 2011), ha mantenido a los grupos parlamentarios en una dinámica de confrontación permanente. Y con las filas cada vez más prietas en el ámbito interno. De esta forma, los diputados apenas han despuntado sobre las estrategias respectivas de los partidos y cuando lo han hecho ha sido precisamente para incidir en esa dinámica.
Poco margen de maniobra
En este marco, los diputados y senadores canarios han tenido muy poco margen de maniobra para llevar hasta el Parlamento asuntos de interés regional y tanto PSOE como PP desplegaron una estrategia de insistir en sus respectivos discursos en torno a la crisis económica y las reformas que planteaba el Gobierno central. Por su parte, CC dio un paso al frente en su apuesta de apoyo a Rodríguez Zapatero hasta el punto de que éste le llegara a considerar como el socio preferente. No en vano ha sido el único grupo que primero permitió con su abstención la aprobación del decreto de recortes, en este caso junto a CiU, y que posteriormente también apoyó los Presupuestos Generales del Estado de 2011, aquí junto al PNV como ya ocurriera el año anterior respecto a los de 2010. De esta forma, Ana Oramas y José Luis Perestelo, sobre todo la primera en calidad de portavoz del grupo, han vuelto a destacar en la acción política de parlamentarios canarios en Madrid, no solo por sus intervenciones en los grandes debates de índole nacional, sino también a través de las preguntas e iniciativas que le corresponden a CC en el seno del Grupo Mixto.
Oramas se ha significado en este marco como una crítica contumaz de la gestión de la crisis por parte de Zapatero, pero defensora de las medidas que al final el Gobierno se ha visto obligado a tomar. Con todo, el apoyo al gobierno y la nueva etapa de colaboración entre Canarias y Madrid desde el año anterior, ha hecho que CC se haya mostrado en esta etapa como un grupo colaborador y no fiscalizador de la acción gubernamental. Paradójicamente, el discurso de los nacionalistas ha sido con frecuencia más crítico con el PP, su por entonces aún socio de Gobierno en Canarias, que con el PSOE. De hecho, la ruptura del pacto entre CC y el PP en noviembre estuvo precedida por numerosos rifirrafes entre ambas formaciones en el debate nacional e incluso en el Parlamento en asuntos tan diversos como el desarrollo del Plan Canarias, la subida del IVA, los recortes presupuestarios, los planes turísticos o las aguas canarias.
Como telón de fondo en esta disputa cabe destacar que mientras el PP apostaba por un adelanto electoral, que reclamó con insistencia durante todo el año, CC no quería ni oír hablar de unas generales antes de las autonómicas de 2011 y menos aún de que ambas coincidieran. El Plan Canarias ha sido uno de los asuntos que más debates e intervenciones han provocado a los largo del año en ambas Cámaras y siempre con los mismos argumentos de debate: mientras el PP negaba que tuviera dotación presupuestaria, el Gobierno y el PSOE trataban de responder con cifras. Entre los populares, el diputado Guillermo Mariscal ha sido el más incisivo en la fiscalización de estas cuentas al Gobierno e incluso propuso enmiendas al respecto no sólo en los Presupuestos Generales del Estado de 2011, sino en asuntos que nada tenían que ver como el de la proposición de ley sobre el reconocimiento de las aguas canarias.
Precisamente, el de la delimitación de los espacios marítimos canarios fue otro de los debates más controvertidos del año. Tras el pacto entre CC y PSOE sobre presupuestos, el Gobierno aceptó por fin impulsar una propuesta que llevaba meses bloqueada. Pese a que el texto pendiente de tramitación había sido aprobado por unanimidad en Canarias, ahora el PP se demarcó, descalificó el proyecto y lo consideró irrelevante desde el punto de vista práctico y probablemente irregular desde el punto de vista jurídico. Turismo, tasas aéreas, conflicto de los controladores aéreos, reforma de AENA y gestión e inversión aeroportuaria han sido otros de los asuntos sobre los que más han incidido algunos de los 28 parlamentarios canarios como los socialistas José Segura, Gloria Rivero, Pilar Grande, Aurelio Abreu o Nina Santana; los nacionalistas José Luis Perestelo, Alfredo Belda y Narvay Quintero; y los populares Guillermo Mariscal, Pablo Matos o Antonio Alarcó. El proyecto de instalación en La Palma del Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT) también produjo diversos debates e iniciativas que a la postre no impidieron que el organismo impulsor, el Observatorio Europeo Austral (ESO), decidiera ubicarlo en Chile.