Puertos de Tenerife: momento decisivo

El Centro de Inspección Portuaria, la instalación del escáner y la concesión de la nueva terminal de contenedores del Dique del Este darán más garantías y facilidades a nuestra actividad de importación y exportación y nos introducirá con más brío en el trasbordo internacional de contenedores.

No está de más hacer un repaso de la actividad de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife en un cuatrienio que se inició con la conmemoración del centenario de esta institución y que ha estado marcado por la crisis económica. Efectivamente, el tráfico portuario se ha resentido, especialmente por la paralización de la construcción y el descenso del consumo interno, pero Puertos de Tenerife ha sabido plantar cara a la adversidad y establecerse unos objetivos capaces de restituir la actividad a nuestras instalaciones y de modernizarlas hasta alcanzar cotas de excelencia. La austeridad, la iniciativa y la cooperación han sido nuestras divisas para este cometido. Quizá la muestra más evidente para nuestra población ha sido el crecimiento en el tránsito de cruceros de turismo, que se ha duplicado en este período hasta convertirnos en una potencia de primer orden en este tráfico en Europa. Y que seguirá creciendo en los años venideros.

Su importancia, sin embargo, no es tanta por los ingresos de la entidad que presido como para la economía de la provincia. Esto ha generado el redescubrimiento de Santa Cruz de Tenerife como ciudad turística, pues a Santa Cruz también se puede venir por mar. Se ha compartido este beneficio, además, con el resto de islas de la provincia. Todo ello fruto de un importante esfuerzo de planificación y gestión que se traducen en importantes inversiones por nuestra parte para elevar la competitividad de nuestros puertos. A este respecto, cabe añadir que, para satisfacer las necesidades y demandas de este tráfico, ya se han realizado importantes obras de mejoras en las instalaciones de Santa Cruz de La Palma, San Sebastián de La Gomera y La Estaca, en El Hierro, tanto en diques como en terminales, que se verán completadas con una nueva y moderna terminal de pasajeros en la capital tinerfeña.

Pero los cruceros no merman la preponderancia de la actividad logística e industrial de nuestras instalaciones, que tienen una importancia de primer orden tanto para esta Autoridad Portuaria como para el conjunto de nuestra sociedad por su contrastada capacidad de creación de economías de escala y de generación de empleo. Así, la reciente entrada en funcionamiento del Centro de Inspección Portuaria y las próximas instalación del escáner y concesión de la nueva terminal de contenedores del Dique del Este darán más garantías y facilidades a nuestra actividad de importación y exportación y nos deberá introducir con más brío en el trasbordo internacional de contenedores, segmento del negocio portuario en el que nos hemos introducido hace apenas tres años. Además, el trasbordo de contenedores deberá alcanzar un mayor aumento en su desarrollo en años venideros, cuando el puerto industrial de Granadilla, complementario de las instalaciones capitalinas, vea terminada su construcción, que comenzamos en julio del pasado año de 2010. Esta actividad y la instalación de la planta de gas permitirán la significativa creación de puestos de trabajo directos e indirectos.

Asimismo, y a pesar de la recesión, la entrada en funcionamiento de la Zona Franca tipo II en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, que inicio su actividad también el año 2010, comienza a concretar sus primeros resultados, que darán lugar a la instalación de nuevas empresas en nuestra isla. La Zona Franca, sin duda, es un acicate en el crecimiento de nuestro sector industrial y, en consecuencia, contribuye a una mayor diversificación de nuestro tejido productivo. El acometimiento de todas estas iniciativas, hay que destacarlo, ha permitido que la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife continúe sólidamente establecida en el séptimo lugar de España a resultas de la suma de todos sus tráficos y con importantes expectativas de futuro. Estas últimas son diáfanas y esperanzadoras y están incardinadas a una cada vez mayor internacionalización de nuestra actividad, que se impone como objetivo prioritario.

Nuestras gestiones con las más importantes navieras del mundo y nuestros crecientes programas de cooperación con África, hombro con hombro con el Cabildo de Tenerife, nos consolidan a cada paso como una de las más destacadas plataformas logísticas del Atlántico Medio. Afrontar este reto con perspectivas de éxito ha recomendado también la creación, todavía en trámites, de la Fundación Puertos de Tenerife, desde la que se desarrollará, entre otras actividades, una gestión comercial proactiva que deberá consolidar este propósito desde criterios de competitividad y calidad. Todas estas acciones aquí apenas esbozadas no sólo nos han mantenido firmes durante este período en la senda de la recuperación, sino que han permitido abrir el camino que al medio plazo deberá traducirse en que la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife y, especialmente, el puerto de la capital tinerfeña alcancen una nueva etapa como puerto hub, y que hacen del presente, lógicamente, un momento histórico y decisivo en aras de esta meta.

Así pues, este objetivo, sin duda alguna de primer orden para la provincia y sus puertos, se traduce, poco a poco, en hechos constatables que no podrían alcanzarse sin la rendida colaboración de instituciones como el Gobierno de Canarias y los cabildos y ayuntamientos afectados y, especialmente, por el conjunto de la comunidad portuaria. Estibadores, prácticos, consignatarias, transitarios… Todos ellos han realizado importantes sacrificios en momentos de recesión y han contribuido abnegadamente con la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife por el presente y el futuro de nuestros puertos y de nuestra sociedad.

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