Nuestro modelo de gestión social constituye una nueva seña de identidad y uno de los pilares de nuestra estrategia, dirigida a seguir contribuyendo al crecimiento sostenible de nuestras Islas, situando al cliente en el centro sobre el que gravita nuestra actividad financiera y, especialmente, la social.
2010 fue un año intenso, que se desarrolló dentro de un escenario complejo para la actividad económica en general, y financiera en particular. El Producto Interior Bruto (PIB) no acabó de reactivarse, pese al ligero repunte del último trimestre, y se mantuvieron las restricciones en los flujos de capital. A estos dos factores se sumaron importantes cambios legislativos dirigidos al sector del ahorro y que han requerido de una gran flexibilidad y capacidad de adaptación, para poder ajustarnos en muy poco tiempo tanto a los nuevos requisitos normativos y requerimientos de capital, al objeto de aportar confianza y credibilidad a los mercados.
Podemos decir que el pasado año las Cajas de Ahorros se reinventaron y pusieron las bases para, al menos en nuestro caso, garantizar el mantenimiento de una Obra Social centenaria, que ha contribuido, especialmente en la última década, al avance social y económico del Archipiélago Canario. Entre los procesos de concentración e integración del sector ocupa un lugar destacado Banca Cívica, el grupo creado por CajaCanarias, Caja Navarra y Caja de Burgos, que, con la incorporación en el último tramo del año de Cajasol, se posicionó entre los primeros del país.
La solidez y fortaleza de nuestro proyecto nos ha permitido hacer frente al contexto económico, financiero y regulartorio desde una posición saneada y solvente, con un balance de gestión cualitativamente mejor que la media en los parámetros más representativos, especialmente en eficiencia, productividad, captación de recursos, morosidad, coberturas, posición de liquidez y calidad de los activos. Nuestro modelo de gestión social constituye ya una nueva seña de identidad y uno de los pilares de nuestra estrategia financiera, dirigida a seguir contribuyendo en el futuro al crecimiento sostenible de nuestras Islas, pero, sobre todo, a potenciar la función de Responsabilidad Social inherente a toda Caja de Ahorros y que sitúa al cliente en el centro sobre el que gravita no solo nuestra actividad financiera, sino también, y especialmente, la social.
De forma paralela a todo este proceso, 2010 fue también el año de la celebración del centenario de nuestra fundación, bajo el nombre de Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife. A lo largo de todos estos años, diferentes generaciones han conseguido mantener vigentes valores como el esfuerzo y la constancia, claves en la creación de esta entidad financiera y social, que a lo largo de la historia se ha configurado en un bien social compartido por cientos de miles de canarios y una fuerza motriz que financia millares de proyectos de pequeñas y medianas empresas, que facilita el acceso y el equipamiento de un hogar a muchísimas familias, que organiza y apoya cada año miles de actividades sociales y culturales.
Nuestro proyecto ha evolucionado de forma paralela a las necesidades de la colectividad y ha ido enriqueciendo, progresivamente, la vida de la región, a través de la Obra Social y Cultural, que sostiene en la actualidad una red próxima al medio centenar de bibliotecas públicas (la cuarta mayor de España), catorce salas de arte, dos guarderías infantiles, un colegio, una escuela de música y llega a centenares de miles de personas en actividades como conciertos, exposiciones, espectáculos, cursos, ediciones, conferencias, convocatoria de premios literarios y de investigación, entrega de ayudas sociales, fomento del deporte, así como en apoyo a la investigación y al desarrollo socioeconómico. Todas estas propuestas constituyen la mayor labor social y cultural de iniciativa privada que se ha realizado en Canarias en la actualidad y durante las últimas décadas.
Nuevos retos siguen moviéndonos a abrir horizontes de expectativas y de compromiso, de reflexión y de iniciativas para mejorar la realidad social y cultural de Canarias, especialmente desde el espíritu y la sensibilidad solidaria y medioambiental. Hemos cumplido cien años, pero seguimos creyendo que los sueños siguen siendo el mejor motor para cambiar el mundo. Nunca hemos permanecido pasivos ante el devenir de la historia, sino que hemos sido partícipes activos de muchos de los cambios acaecidos durante todo este tiempo. Por eso, nuestra trayectoria nos impulsa ahora a seguir buscando nuevos horizontes dentro de Banca Cívica, desde donde ponemos las bases para garantizar la permanencia en el tiempo de un proyecto de primer nivel, comprometido con el avance social y económico de nuestras Islas, cumpliendo así el compromiso que motivó nuestra creación en 1910 y con la solidez necesaria para materializar proyectos de calado no sólo nacional, sino también internacional, que contribuyan al progreso de nuestra sociedad y de nuestros sectores productivos.