Bien es la nota que se da a quien aprueba pero no sobresale en la materia puntuada. Está resultando difícil sobrevivir a la crisis, sobre todo a aquellos sectores acostumbrados a tirar de subvenciones o presupuestos institucionales. Las exposiciones se prolongan en el tiempo disminuyendo así los gastos y el número de muestras. Cualquier fórmula que propicie la dinamización de cultura es bienvenida, ¿pero, es la dilatación de lo expuesto una solución?
“Me resulta cada vez más claro que el arte no es una actividad elitista, reservada al aprecio de unos pocos: el arte es para todos…”
Keith Haring
Las salas privadas, en su mayoría más acostumbradas a los fenómenos de crisis, buscan la manera de continuar abiertas y llamar la atención de coleccionistas en potencia. Unos y otros, forman parte del sector cultural que en estos momentos lucha por sobrevivir. Por eso, metidos ya en el terreno de comentar las distintas muestras plásticas realizadas durante el año 2010, hablaríamos de una apuesta maniquea del sector del arte que da como resultado una coexistencias entre instalaciones de artistas contemporáneos de aquí o allá y muestras menos contemporáneas de artistas que en su momento rompieron moldes, con obras de los ya clásicos entre los que se encuentran a Tiziano, Rodin, Velázquez o Goya.
Comenzaremos hablando del espacio de Manuel Oraá, Centro de Arte La Recova, donde se mostraron las siempre esperadas obras de Pedro González. Además, también en Santa Cruz, al aire libre y ante la mirada de los transeúntes, las esculturas de Julio Nieto comenzaron su andadura por distintos lugares de la Isla. Hierro, acero y bronce de gran formato, en contacto con el público de a pie. Y de las calles y plazas, pasamos a las salas de exposiciones del Gobierno de Canarias. En la sala del Instituto Cabrera Pinto de La Laguna, la exposición que contó con gran número de visitantes fue la dedicada a Felo Monzón con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento. Junto a ésta, sobresalieron otras muestras como la de Juan José Gil y la colectiva de artistas emergentes.
Por otro lado, el siempre controvertido espacio cultural El Tanque acogió como suele ser frecuente los montajes artísticos menos convencionales con distinto número de visitantes, que varía según “la fuente informativa”. Destacó entre otros el Festival Keroxen, que ofreció diferentes propuestas al público que allí acudió; las instalaciones de Jaume Plensa; así como el espectáculo mutidisciplinar Refinado o La isla emocional. Mientras, la programación de la Sala de Arte Contemporáneo estuvo dominada por artistas canarios como Pipo Hernández, Cristina Temes o Alby Álamo entre otros, además del catalán David Ferrer.
CajaCanarias comenzó el 2010 celebrando su centenario. Para festejarlo, en el transcurso de este año se llevaron a cabo distintas exposiciones en las que pudimos disfrutar de obras de grandes artistas como El Greco, Rembrandt, Antonio Moro o Sorolla. Las piezas de tan ilustres invitados reclamaron el interés de un gran número de visitantes. Nuevamente, si el éxito de una exposición se cuantifica en personas que asisten a verla, no se puede dudar que las de CajaCanarias se llevaron el premio al ser una apuesta por un valor seguro. Comenzó la andadura de esta entidad La era Rodin, muestra retrospectiva del escultor francés que rompió con la dinámica de las pautas escultóricas de la etapa que le tocó vivir. Por primera vez se les dio la oportunidad a los presentes en la Isla de poder ver obras tan destacadas como El Pensador, El beso o Los burgueses de Calais.
Exposición de clásicos
Rembrandt grabador: obra y vida fue otra exposición que despertó una gran curiosidad por parte de los espectadores y en la que se presentó, junto a las obras de este artista holandés, piezas de otros grandes pinceles como Van Dyck y Rubens. Otra de las muestras protagonistas fue El retrato español en el Prado, cuatro siglos de obras maestras del retrato español producido por el Museo del Prado para la celebración de este centenario. Además, dejando a un lado la sede capitalina de CajaCanarias, se llevaron a cabo diferentes exposiciones en los distintos espacios pertenecientes a esta institución entre los que destacó la muestra Arte de la naturaleza oriental en la Fundación Cristino de Vera;o la exposición Premiados Artes Plásticas 2009, en la Sala Juan Cas de La Laguna.
A través de la colaboración del TEA y la Fundación Pablo Ruiz Picasso Museo Casa Natal de Málaga, pudimos conocer in situ las influencias del continente africano en la obra del genial artista malagueño. Aunque el número de originales no fue lo más destacable de la exposición, siempre es de agradecer un montaje diferente y apropiado haciendo suyo lo de “calidad mejor que cantidad”. En esta exposición se mostró el Cuaderno nº 7 de dibujos de Picasso, preparatorios de Las señoritas de Avignon, además de un conjunto de objetos rituales y máscaras africanas pertenecientes a la colección Tribal-Ready. Este cuaderno fue realizado a principios de siglo XX, etapa en la que las representaciones africanas despertaban mucha curiosidad a los artistas europeos. Dibujos a lápiz y tinta china, un total de 84, que fueron clave para la realización de obras célebres de este autor que marcaron un antes y un después en el panorama artístico mundial.
Continuando en el mismo Espacio de las Artes, nos llamó la atención la Nueva tripulación para el Pequod, formada por veinte artistas de procedencia diversa que, a través de 26 obras pertenecientes a la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación La Caixa, tocaron todos los palos: instalaciones, videoproyección, fotografías, pinturas y escultura en busca de sus particular monstruo. Y como siempre se ha dicho que cada uno ve el arte de manera distinta, es preciso resaltar la visión particular del arte contemporáneo que se generó en Área 60, la sala B de este inmueble del Cabildo Insular.
Estancias, residencias, presencias fue el título escogido para una muestra visual elaborada a partir de los fondos artísticos de la colección privada Los Bragales, una de las más importantes de España en el ámbito del coleccionismo particular. Área 60, con nueva cabeza dirigente, apostó por su particular remesa de artistas que propusieron su personal visión del arte. Redes latentes, Estructuras no acotadas o Celebración fueron algunos de los títulos mostrados en este espacio.
Reinventarse o morir
Nadie piensa que es tarea fácil dar vida con exposiciones o distintos montajes artísticos a inmuebles con siglos de antigüedad o de nueva construcción. Para una buena salud cultural no basta con bonitos expositores y macroproyectos. El continente no es excusa suficiente para que una muestra plástica tenga o no calidad. En los últimos años son muchos los edificios que se han levantado para llevar a cabo prácticas culturales producto de una evolución ansiosa que comenzó aproximadamente a finales del XX y que, de manera pausada pero constante, se paralizó en el XXI. El tiempo, que es el único que pone cada cosa en su sitio, ha servido de crisol y hoy estas nuevas construcciones son las más afectadas por la crisis. Y digo las más, porque generaron en su momento muchas expectativas. A estos espacios se suman en la actualidad los ya existentes, dando lugar a un gran número de salas que se encuentran cerradas y vacías porque a las instituciones u organismos varios les sale más a cuenta que utilizarlas para lo que en un principio fueron creadas o restauradas. Mientras, de manera paralela, se sigue hablando de arte, de cultura y de dar oportunidades a los jóvenes talentos. ¿Hasta cuándo serán jóvenes? ¿Tendrán la oportunidad de mostrar su obra antes de que finalice su período de artistas emergentes?
Hay necesidad de renovar, abrir ventanas y que entre el aire fresco para generar una mirada distinta. Construir el patrimonio futuro, toda una obligación, se está convirtiendo en una tarea difícil.