La lucha canaria no es ajena al estado de alarma social que preside el día a día. Y no lo es porque le alcanzan de lleno los efectos colaterales y, lo que es peor, porque padece galopante crisis generada desde dentro. La idea del firmante cambió desde que aquel programado pensamiento de hacer una exposición didáctico-promocional de esta manifestación deportivo cultural se vio sesgado por la cruda, dura y triste realidad.
La crisis es una cosa y lo que le pasa al primer deporte de los canarios es lo siguiente a la crisis. La lucha canaria cayó en desgracia con la llegada de un personaje arribista y crecido al que le programaron en bandeja la Presidencia del ente federativo de ámbito regional. Y se lo creyó tanto que olvidó que no está preparado para gobernar una disciplina noble. Llegar a la poltrona puso en jaque su capacidad y limpieza y redescubrió la barriga donde guarda la terapia para tanto desatino. Germán Rodríguez es un mini presidente que, cuatro años después de su inmerecida presencia en el sillón que ha nicotinado, solo deja ineficacia, trampas y viajes en sus polvorientas alforjas.
El apoltronado ha hecho que la lucha canaria retroceda 30 años. La unificación de los Reglamentos, el sentido de los Estatutos, la pureza de las normas de competición y demás están, según él, para pasárselos por ahí. Como la imagen de la lucha canaria es la que da su principal dirigente, el resultado es una crisis institucional de tres pares con aquel trabajadísimo y bien ganado crédito ahora en la valoración cero de su gestión. El panorama pinta mal y no solo porque el futuro se anuncie empobrecido por el afeado presente con el que la visten. Tres decenios después de la constitución reglada de la Federación de Lucha Canaria (FLC), esta vuelve a no saber qué es, lo que quiere ni adónde va.
Esta versión de lucha canaria es un producto desanimado que malvive en estado vegetativo por una incapacidad presidencial tan reconocida como opuesta a su condición de espabilado más de la cuenta, cuando se trata de mirar para el ombligo. El incapaz (de gobernar con fundamento y fundamentos) va desarmando la estructura piramidal de la lucha canaria. Y encima, viéndose venir, la credibilidad cero a la que la ha conducido Rodríguez es lo que ha aprovechado este gobierno de canariedad por demostrar para darle con la puerta en las narices. Por uno y otros asistimos a tan lastimosa puesta en escena.
Eso sí, Germán Rodríguez y el Ejecutivo regional no han estado solos en este vernaculicidio. La tercera pata había que buscarla en la prensa y el socio ideal, por otro lado único candidato, reúne todos los requisitos para compañero de viaje: sin pudor, parcial y carente de toda ética. A este emborronador, el impersonal y mal mandamás de la FLC obsequia con permanentes genuflexiones pese a que se pasa media vida mintiendo y otra media atentando contra el honor de las personas incluso sin estar documentado. No hay que olvidar que su irresponsable conducta abrió la puerta de salida a fieles y generosos patrocinadores. Fue el principio del fin.
Y en esas buscan ejecutar el sacón que dé en tierra con la lucha canaria. Luego, si fuese necesario y ante la falta de una política preventiva y con la cantera en vías de extinción, se auto convencerán de que la culpa es de la crisis. El Gobierno de Canarias ha dejado de lado incluso aquel indisimulado interés oportunista por la lucha canaria, hasta el punto de ignorarla para la televisión, una herramienta para la divulgación y promoción del deporte con el que tantas veces se llenan la boca o utilizan incluso para fines no deportivos. El desafecto y la deslealtad presiden la intencionalidad de un grupo que no muestra mínimo respeto y cariño por una de nuestras principales señas de identidad.
Germán Rodríguez, por si fuese poco con los reiterados conflictos en las devaluadas competiciones, no solo ha convertido a esta manifestación deportivo cultural en una oferta a la baja sino que se ha permitido el lujo de ser el único gobernante que hace la sede federativa nómada por primera vez en casi medio siglo de existencia. En menos de dos años, de La Laguna a Tegueste y de ahí a La Victoria. Para que la lucha canaria recupere su autenticidad hay que erradicar la hipocresía y apartar a aprovechados, adulones y chantajistas, además de contar con un gobierno que no mienta cuando diga que es más canario que el gofio. Menos mal que 2012 dio algo más que germanadas.
Elieser, campeón mundial.- Elieser Gutiérrez (Valle de Guerra, 6/10/1984) fue investido como ganador del torneo de lucha ssirum destinado a extranjeros. La competición individual celebrada en Corea reunió, en ese apartado, a 60 luchadores de doce países. Casi una decena de ellos tuvieron que rendirse a la habilidad, pericia y destreza de quien se ganó además el reconocimiento y la admiración del poblador del graderío. Elieser, sesudo analista del agarre al estilo asiático, que ha ido perfeccionando en distintas presencias, puso compatibles fundamentos de lucha canaria al servicio de la causa para conseguir el objetivo. De paso, en su currículo se subraya la obtención de un más que meritorio quinto puesto en la clasificación general del campeonato absoluto que se celebró de manera paralela, incluyendo a los formidables atletas anfitriones. El vallero fue todo un regalo para la vista de los espectadores y organizadores orientales que, como uso y costumbre para distinguir a los elegidos para la gloria, le rindió honores entregándole presentes y ornamentos nativos. La gesta, como no puede ser de otra manera pese a la pobre importancia que se le dio por estos lares, se considera otro gran paso al frente de la lucha canaria firmado por uno de sus hijos que mejor la interpretan.
Tenerife domina la base.- La cantera tinerfeña no dejó pasar la oportunidad de reivindicarse e hizo pleno en las tres competiciones oficiales de ámbito regional. De tal manera que a sus acostumbrados éxitos en las categorías infantil, cadete y juvenil les dio una vuelta de tuerca para enmarcar con letras de oro un triplete histórico y muy difícil de igualar. Los pupilos de Jeremías Hernández y Cristo Mesa, responsables técnicos de los tres grupos de edades, conquistaron sendos títulos exponiendo en la arena la ratificación del trabajo bien hecho en los cimientos de sus clubes respectivos. Y en todos los casos sumando triunfos. Por ejemplo, mientras que en juveniles alcanzó su decimocuarto título (de 27 y tras sequía en las seis últimas ediciones), en cadetes firmó el séptimo de nueve (cuarto seguido) por los seis de seis en los más noveles. Esto les lleva a un global de 27 entorchados. De esa inigualable trayectoria y abrumadora superioridad cabe apuntar que la siguiente federación insular en la clasificación general es Gran Canaria con ocho. Un pero (con estos dirigentes siempre hay más de un pero) es que los infantiles compitieron bajo el ajado y permeable manto de la ineficaz y aprovechada Dirección General de Deportes por supuesta falta de recursos económicos de la malgastadora y pusilánime Federación de Lucha Canaria.
Fiesta en Mirca.- Merecida fiesta la del Candelaria de Mirca, equipo del barrio luchístico por excelencia de Santa Cruz de La Palma, por la cosecha de su éxito más relevante en 38 años de historia. La entidad, fundada en febrero de 1975, sorprendió a propios y extraños haciéndose acreedor al título de campeón de la competición regional más prestigiosa. Los palmeros, apuntalados por un canterano, lograron el título de campeones de la Liga DISA Gobierno de Canarias de Primera Categoría ante escuadras más potentes y con el cartel de favoritas que ellos no tenían. Esta conquista, obviamente, deja pequeño haber ganado la Liga Gobierno de Canarias de Segunda Categoría en verano de 2007. La fecha 20 de julio de 2012 quedará grabada en la afición y comprometidos gestores por haber significado el colofón que, de paso, oxigena sus ganas de seguir compitiendo desde la austeridad, modestia y humildad que les viene caracterizando cada temporada. Y en el papel de brazo ejecutor sobre la arena del terrero (neutral) Antonio García, de Breña Alta, Fanfi Martín, el penúltimo gran producto de su buen hacer con las categorías base, ejerció de hijo pródigo para gloria de la entidad. En el cruce decisivo con el Victoria de Tenerife (12-10), Fanfi derribó a Álvaro Déniz y contó con la notable colaboración de Alberto Cabrera Tense e Iván Luis el Turbo.