El recorte del único regalo: el Posei adicional

El campo canario se las prometía muy felices tras la puesta en marcha en 2009 del programa extra de ayudas de Estado bautizado como Posei adicional, un recurso público directo, previamente autorizado por Bruselas, que fue muy aplaudido por el sector agrario local y que sólo dio alegrías con los pagos vinculados a derechos adquiridos en el primer ejercicio de funcionamiento, el del año 2009.

Con cargo a esa campaña del año 2009 se transfirió el 100% del valor establecido para las ayudas integradas en ese plan, que, en esencia, compensaba los peores niveles de apoyo público directo en actividades agrícolas como la tomatera de exportación y la producción de uva para la vinificación de calidad, además de determinadas labores pecuarias vinculadas a la producción de leches de vaca, de cabra y de oveja, con subsidios destinados a los propios ganaderos, no a la industria. Pero como ya se dijo, la alegría duró poco, casi nada.

Y es que la Consejería de Agricultura, la institución que gestiona aquel programa, como también hace con el Posei comunitario (financiado al 100% por la UE y éste sin problemas en la disponibilidad de fondos), ya no pudo, el año siguiente, pagar la totalidad de las ayudas del Posei ampliado por los derechos consagrados en 2010 debido a que se impuso la aminoración en los abonos unitarios, esta vez porque sólo puso su parte de dinero el Estado, y nada Canarias. De ahí el tajo lineal, cifrado en casi el 30%, que afectó a todas las ayudas de ese año 2010 (que se pagan al cierre del ejercicio, en este caso en 2011).

De ese momento en adelante, para los años 2011 y 2012, ambos ya finiquitados, lo que ha habido es cero euros, nada de nada. Éste es, sin lugar a dudas, el principal fracaso que se ha producido en política agraria en las Islas, una derrota que ha tenido un impacto tremendo. Y eso que se pensaba, al menos en 2009, cuando el caramelo ya estaba en la boca del sector, que su dulzura iba a saborearse de forma mucho más duradera. Se creyó en la política, pero… En efecto, no ocurrió así, que la crisis, y bien que ya se sabe, es profunda y longeva.

Hoy en día, con la que está cayendo, el restablecimiento del programa Posei adicional, que pasa por que las administraciones estatal y canaria cumplan en la financiación al 50%, o sea, que pongan en conjunto unos 30 millones de euros al año, no es algo creíble a corto o medio plazo, así que el caramelo, que ya se diluyó en la boca del sector, ahora hay que ver cómo se repone, y nada se sabe en este caso de luces al final del túnel o de brotes verdes.

Este problema es el más grave que hoy afecta al campo canario, al menos en el capítulo de los apoyos públicos directos. Pero no es el único, como se detalla en adelante. Hay otras amenazas potentes, que son las siguientes:

— La compensación al transporte de mercancías. Se trata de otro capítulo en el que se han producido ajustes con enorme impacto, en especial para la actividad tomatera de exportación y para los envíos al exterior de flores, plantas y esquejes, con reducciones insostenibles en los porcentajes de ayuda al transporte, muy por debajo de los máximos que fija la norma. Y todo por reducciones en las partidas presupuestarias del Estado para los años 2011 y 2012, lo que tampoco se resuelve en 2013. En la actualidad, los pagos están en la horquilla 25-35%, que fue la previsión para las compensaciones de 2011 (abonadas a finales de 2012). El real decreto que regula estas compensaciones fija como niveles máximos para 2012 el 65%, con el 70% para 2013. Se trata de un auténtico desastre al que hay que buscar solución. Esto hoy es responsabilidad exclusiva del PP, como el anterior punto lo es de los tres partidos con más apoyo en las Islas (CC, PP y PSOE).

— La consolidación de la orden que regula la entrada de productos vegetales en Canarias por cuestiones fitosanitarias. Madrid, el Gobierno central, ya ha comunicado sus intenciones de someter a revisión esa norma, lo que ha sido rechazado de forma unánime por el sector agrario local. Las Islas no se pueden abrir de par en par a lo que llega de fuera y menos si lo que entra convierte la superficie cultivable en Canarias en un campo de minas por efecto de plagas y enfermedades. Esto no puede ser, y habrá que lucharlo, también con el apoyo del Ejecutivo español, que debe defender con uñas y dientes que esa orden no se ampute por las instituciones comunitarias. De ello también depende el futuro de la agricultura local. Los intentos de suavizar los controles de entrada no cesarán.

— El consumo adecuado de productos locales por los turistas. En este aspecto está casi todo por hacer. O todo. Las culpas se hallan bien compartidas. El apoyo público no ha sido el adecuado, al menos en el ámbito de la promoción, y los agentes generadores de artículos agrarios y los receptores potenciales de éstos aún lo tienen que dar todo para que la convergencia, que es clave (12 millones de potenciales consumidores al año), se produzca de una vez y sin más demoras. Hay que definir un programa de actuación y llevarlo a cabo con total seriedad y exactitud. ¿A qué esperan el sector empresarial agrario y las instituciones públicas de las Islas?

— El apoyo público de origen comunitario. En este capítulo hay varios asuntos esenciales: la consolidación presupuestaria del nuevo Posei dentro del septenio 2014-2020, que hay que seguir peleando a partir del buen trabajo hecho en la reforma de ese programa por el eurodiputado canario del PP, Gabriel Mato; la aminoración de todos los impactos que pueda generar la nueva PAC en el espacio agrario isleño, y la consolidación de los niveles máximos de apoyo a la inversión a través de los fondos estructurales, que parece que es posible elevar el listón hasta el 85% de la inversión aprobada. Todo esto es fundamental, como el trabajo que hay que seguir haciendo para afianzar al máximo la consideración de Canarias como región ultraperiférica, concepto que cada vez se entiende más y mejor en la UE y que, como consecuencia de ello, ha servido de percha, de anclaje, para defender apoyos públicos exclusivos, más intensos y algunas excepciones en la aplicación de las políticas comunitarias generales.

Si Canarias obtiene buenos resultados en estas líneas de actuación, dará un paso adelante: avanzará en el camino esencial y deseado por todos de consolidar sus actividades agrarias (con la mejora del autoabastecimiento), un elemento irrenunciable, clave y de futuro que seguirá convirtiendo a las Islas en algo más que turismo, en algo más que naturaleza… No será nada fácil conseguir el pleno, pero veremos.

“Caminante, no hay camino / Se hace camino al andar”… Ya se sabe.

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