Gloria olímpica y nuevas figuras

2012 fue el año de Pedro y Silva. Pero también fue el de los menos mediáticos, los que aprovecharon los Juegos Olímpicos de Londres, el Mundial o el Europeo de turno para reivindicarse en medio de esa eterna injusticia que sigue absorbiendo la rutina diaria de un país abobado con el fútbol. O mejor dicho, con lo que ocurre en torno al fútbol, pues cada vez importa menos lo que sucede con el balón.

España se ha convertido en un país en el que, desafortunadamente, la valía de muchos sigue midiéndose en banalidades y no en títulos; en parafernalia y no en méritos reales. No es el caso de Pedro y Silva, de los futbolistas de Abades y Arguineguín, que siguen siendo un soplo de sensatez y humildad entre tanto divismo. Un motivo de orgullo para el deporte canario. Sin embargo, más allá de su extraordinario papel con la España campeona otra vez de Europa (y ajenos al negocio diario de As, Marca, Sport o Mundo Deportivo), pero con tantos o más méritos que los inquilinos de la burbuja del fútbol, las principales figuras del polideportivo canario volvieron a dar otra lección de esfuerzo y sacrificio durante el 2012. Ellos, y no otros, hicieron valer su inmenso talento para abrirse paso en una crisis galopante que tambaleó los ya maltrechos cimientos económicos del deporte regional y continuó cebándose con los más débiles. A ellos, a los que asomaron la cabeza por encima y, a pesar de todo, ha de atribuírsele el mérito de triunfar en un deporte patrio cada vez más monotemático, un deporte patrio futbolizado y carente de la rica cultura polideportiva de otros países donde sí que hay vida más allá del ya cansino debate entre Messi y Ronaldo.

El escaparate olímpico.- Acostumbradas a pasar desapercibidas, a la sombra del planeta fútbol, las figuras canarias ajenas al balompié alzaron la voz en los Juegos de Londres. Cinco medallas, dos de plata y tres de bronce (una ejerciendo de reserva, la de Eli Chávez), más un diploma olímpico, encarnaron la mejor cosecha regional en la historia de los Juegos Olímpicos en la más numerosa de todas las ediciones: 16 deportistas isleños por los 15 que acudieron a Sydney 2000. Varias de las preseas de Londres tuvieron además un valor añadido. El bronce de Thais en sincronizada, junto con la plata que ya ganó en Pekín, la convierten en la única deportista de las Islas que ha subido al podio en dos citas olímpicas, junto al regatista Luis Doreste (oro en Los Ángeles 84 y Barcelona 92). Además, la plata de Sergio Rodríguez con el equipo nacional de baloncesto en la esperadísima final ante la potente Estados Unidos, le erigieron en el primer medallista tinerfeño de la historia, por las 13 metales que han llegado de la provincia de Las Palmas de Gran Canaria.

Fabrica de otros éxitos.- Curiosamente, la mayoría de los 16 olímpicos canarios en Londres residen habitualmente, o prepararon su participación en los Juegos, fuera del Archipiélago. En este sentido, las Islas continúan viviendo una curiosa contradicción. Los deportistas locales no acaban de encontrar las facilidades deseadas (becas, mejores precios y horarios, asesoramiento profesional…) para trabajar en altura en el Teide o en las instalaciones de élite que existen en distintas Islas, varias de ellas homologadas como Centros de Alto Rendimiento. Sin embargo, Canarias sí que sigue siendo un escenario habitual para varios núcleos foráneos de élite de varias disciplinas. Wiggins, Contador y Purito cocinaron sus éxitos en el Tour (1º), la Vuelta (1º) y Giro de Italia (2º) en Las Cañadas y sobre el asfalto grancanario. Igual que hizo Fernando Alonso y su cohorte de Ferrari, así como atletas (Gerd Kanter), triatletas (Iván Raña, Ainhoa Murua, Gómez Noya…) y nadadores (Mireia Belmonte, Yanik Agnel, Paul Biedermann…), cuyas ayudas institucionales, patrocinadores y mejores posibilidades económicas sí que les permitieron sacar todo el provecho al T3 de Adeje o al Club La Santa de Tinajo, por ejemplo.

Naturaleza, motor económico.- En esa línea de convertirse en destino habitual para deportistas de élite, Canarias sí que explotó al máximo durante el 2012 las mil y una prestaciones que ofrece su privilegiado entorno natural, un vergel con siete puertas abiertas a todo tipo de disciplinas de exterior. Por ahí, las nuevas modalidades del trail (ultrafondo, carreras verticales, medio maratones de montaña…) han encontrado en las Islas un paraíso de pruebas de primer nivel mundial. La consolidación de la Transvulcania de La Palma, la Transgrancanaria, el Tenerife Bluetrail o el K42 Anaga, entre otras carreras de mucho nivel, han servido de señuelo no sólo para especialistas de renombre a nivel internacional (Killian Jornet, Miguel Heras, Sebastian Chaigneau, Dakota Jones o Anna Frost), sino que también ha abierto una nueva ventana turística para los miles de runners anónimos que optan por elegir el cada vez más variado calendario regional para pasar unos días en las Islas.

Héroes de carne y hueso.- El auge cada vez más creciente del trail en el Archipiélago ha disparado el número de licencias y ha fabricado también nuevas figuras, aún desconocidas para el gran público pero que han ido ganándose el respeto de la élite mundial de su disciplina, en pruebas celebradas fuera de nuestras fronteras, caso por ejemplo de Cristofer Clemente o Paco Rodríguez, entre otros muchos. A poco que los medios abran los ojos y reconozcan su enorme valía, paulatinamente irán ganando aún más protagonismo junto a otros nombres destacados del polideportivo canario, que en los últimos años ya brillaron a nivel internacional, caso de las hermanas Ruano, eternas reinas del windsurf mundial; del golfista Rafa Cabrera Bello, que en 2012 acarició la llamada para la Ryder Cup y se impuso en un grande como Dubai; de los atletas Simón Siverio, Mario Pestano, Samuel García o Jonay Jordán; de los peleadores Zeben y Loren o del boxeador tinerfeño Ibrahim López, campeón de España del peso crucero en octubre pasado.

Eventos de primer nivel.- Precisamente, el título de Ibrahim y las galas de kick boxing y demás modalidades de contacto abrieron durante 2012 el abanico de eventos importantes celebrados en las Islas. El intento de recuperación de las grandes veladas de antaño entre las 16 cuerdas, cuando púgiles de máxima relevancia boxeaban por la corona europea o mundial en las Islas; o la celebración de macroespectáculos en el Santiago Martín y en Arona, hablan de la pujanza creciente de las citadas disciplinas. Más de lo mismo ha ocurrido con el pádel, deporte de moda que ha multiplicado hasta límites insospechados la organización de torneos y la aparición de clubes especializados en todas las Islas, que han surgido de la nada para recibir con los brazos abiertos el boom de licencias y practicantes. Pero más allá, de los fogonazos de las citadas disciplinas polideportivas, el deporte canario transitó por 2012 seriamente condicionado por la crisis económica que azotó a nuestro país y que tantos estragos hizo entre los divisionarios.

El año del básket.- Prácticamente, sólo el baloncesto desafió con suerte esos nubarrones para ganarse un sitio en la selecta planta noble del deporte profesional español. Lo hizo el CB Canarias para regresar 21 años después a la ACB, no sin sufrir antes un agónico episodio estival en los despachos. Y lo hizo el Granca, para sobrevivir al terremoto doméstico que supuso la salida en verano de Himar Ojeda, padre en la sombra de los éxitos de años anteriores, y la no renovación de Sitapha Savané, alma del vestuario. Pese a todo, el club amarillo lograba reinventarse nuevamente en un equipo pujante que amarraba en la transición de 2012 a 2013 la clasificación para la Copa del Rey como cabeza de serie. Y lo hacía a la par que el CB Canarias aguantaba desde la modestia fuera de los puestos de descenso en su feliz reencuentro con la categoría. Todo esto, con el Islas Canarias prolongando un curso más su milagro anual en la Liga Femenina y a dos años vista de que el Mundobasket regrese a las Islas 28 años después, no sin polémica de por medio a cuenta de la financiación del nuevo pabellón grancanario.

… y del fútbol sala.– También fue el año del fútbol sala, gracias al regreso a la élite del Gáldar y al ascenso a la División de Plata del Uruguay Tenerife. Peor lo pasaron otros, como el Playas de Jandía que desaparecía de la élite del atletismo español y varios clubes que tuvieron que tirar definitivamente la toalla, caso del Patín Tenerife o del Tres de Mayo. Incluso, el Echeyde Tenerife, que pese a ascender a la División de Honor de waterpolo, se vio obligado a salir un año más en Primera por falta de recursos económicos. Salieron en la élite pero con penurias mil Cuesta Piedra y CV Aguere en la Superliga femenina, donde también escapó con mejor suerte el Gran Canaria 2014; al tiempo que el Vecindario hacía lo propio en categoría masculina. Y el Rocasa, que a fuerza de cantera se permitió incluso el lujo de despedir 2012 al frente de la máxima categoría del balonmano femenino español. Excepciones aisladas en un clima generalizado de crisis que señaló además con el dedo al Gobierno de Canarias por el tremendo malestar de los clubes, desamparados a su juicio por el ente regional, una institución tan ahogada en los recortes, hasta el punto de no cumplir con sus contratos de Turismo y sufrir para mantener las subvenciones del transporte a tierras peninsulares, especialmente en citas de carácter escolar.

El efecto Lobera.- Las limitaciones económicas afectaron incluso a la otrora intocable burbuja del fútbol: CD Tenerife y UD Las Palmas se vieron obligados a recurrir más que nunca a su cantera. Con distinta suerte y distinta filosofía, eso sí. La apuesta amarilla, más decidida y sostenida en el tiempo, se tradujo en un noveno puesto en la temporada 2011/12; una consagración de campanillas, la de Jonathan Viera, que acabaría fichando por el Valencia; y el ilusionante inicio de una nueva era al son del loberismo. La llegada al banquillo de Sergio Lobera, alumno aventajado de la escuela de Guardiola, y una tremenda racha de resultados camino de 2013, permitió a los amarillos despedir el año en puestos de promoción, con la Primera División en el horizonte, y un puñado de alicientes locales muy valorados por su hinchada, la mayoría fieles exponentes de la refinada escuela canaria de toda la vida. Fue el caso de Vitolo, de los hermanos Suárez, de los también gemelos Castellanos y de la vuelta de Deivid, Momo o Nauzet Alemán, entre otros atractivos.

Nueva realidad blanquiazul.- El Tete, mientras, vivía un 2012 convulso y se daba de bruces con la realidad de la Segunda B, ésa que habla de rivales amateurs, de campos dejados de la mano de Dios, con líneas torcidas, graderíos poblados de arbustos o torres a media luz. Nada que ver con la opulencia del fútbol profesional que había vivido la Isla no hace mucho. En ese nuevo escenario, el Tenerife dio primero varios palos de ciego, con baile de técnicos y despropósitos varios (Amaral, Calderón, Tébar…) y estuvo a punto, incluso, de enderezar el rumbo con la llegada de Quique Medina al banquillo. Lo evitó la Ponferradina, que privó al tinerfeñismo del sueño del ascenso en la última y definitiva eliminatoria. Pero por lo menos tanto sufrimiento marcó el principio de un acertado cambio de rumbo: la apuesta por mantener a Medina como director deportivo y el fichaje de un hombre de su confianza con raíces tinerfeñas en su infancia, Álvaro Cervera, cuya sensatez y buena mano permitiría a los blanquiazules despedir 2012 como líderes de Segunda B. Por lo demás, el año supuso también el descenso del Vecindario a Tercera y la vuelta de un histórico, el Marino, a la categoría de bronce, título incluido en verano del Trofeo Teide ante su ahora (¡quién lo diría!) compañero de liga, el CD Tenerife.

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