La rivalidad regional está de vuelta

El Archipiélago ha recuperado los derbis regionales en la élite. La permanencia lograda por el CB Gran Canaria en el penúltimo suspiro de un curso para olvidar, y el brillante ascenso del CB Canarias a la ACB marcaron el año 2012 en las islas dentro del mundo de la canasta. Este reencuentro ha permitido que se realce un deporte que casi siempre fue puntero en estos lares.

La 11-12 fue una temporada para borrar en el CB Gran Canaria. La fuga de Rasual Butler, llamado a liderar el proyecto amarillo, las apuestas fallidas de jugadores que no se adaptaron a la competición y otros que no terminaron de dar el nivel, sumado a un convulso cambio de cúpula directiva con la sorprendente salida del director deportivo Himar Ojeda, a punto estuvieron de generar un disgusto en el club claretiano. Así, tras coquetear durante muchas jornadas con los puestos de descenso, la solidez final en el Centro Insular, con triunfo épico en la prórroga frente al FC Barcelona incluido, permitió a los de Pedro Martínez escapar de la quema.

Vistas las orejas del lobo, el Granca 12-13 apostó sobre seguro. Refuerzo económico (gracias en parte a un patrocinador sólido como Herbalife) para realizar fichajes de campanillas (Scheyer y Toolson) y otros contrastados en la liga como Newley, Báez y Slokar. A ello se suma el liderazgo de Nelson, el salto de calidad de Tomás Bellas y hasta la recuperación para el baloncesto profesional de Roberto Guerra. Aderezos que, a pesar de varias lesiones (como la de Xavi Rey), han derivado en una primera vuelta de ensueño: 12 victorias para regresar a la Copa del Rey y, además, como cabeza de serie. Y la clasificación para las semifinales.

Por un motivo o por otro, el 2012 del CB Canarias tampoco estuvo exento de emoción y sensaciones contrapuestas. Dominador absoluto en la LEB casi desde el primer día, el cuadro de Alejandro Martínez conquistó, para abrir boca, la Copa Príncipe de Asturias. Preludio del plato fuerte que llegaría con un ascenso cantado. Encarrilado con un triunfo en La Palma y sentenciado tras ganar al Lleida en el Santiago Martín a tres jornadas de que concluyese la fase regular. Pero toda la superioridad que parecieron mostrar los jugadores aurinegros sobre la cancha se tornó en impotencia en los despachos. Allí, los denodados esfuerzos de la directiva canarista fueron en balde con el fin de hacer frente a las leoninas condiciones impuestas por la ACB (un canon de tres millones de euros) para entrar a formar parte de su selecto club.

Ni el empeño de Cabildo ni Ayuntamiento de La Laguna tuvieron sus frutos y a Félix Hernández y todo su equipo no le quedó otra que arrojar la toalla. Condenado en apariencia a vegetar en LEB Oro, el Canarias se sacó de la manga, sin embargo, un as tan sorprendente como inesperado. La delicada situación económica del Alicante permitió negociar un trasvase de plazas por una cantidad sensiblemente inferior a la que estaba previsto desembolsar inicialmente. Jugada maestra para que el conjunto aurinegro pudiera cumplir un sueño que ya se había hecho realidad sobre la pista.

Quizá por haber llegado más tarde que el resto, tal vez por la novatada de un grupo de jugadores sin experiencia en la categoría, o a lo mejor por la gran exigencia del calendario en el arranque, el Canarias se presentó en la Liga Endesa con un desolador 0-6. Sin embargo, un punto de inflexión, marcado con una victoria en Sevilla, hizo crecer a un grupo cada día más sólido y que ha sabido acertar ante todos sus rivales directos. La mejoría de los de Alejandro Martínez había sido tal que en el inicio de la segunda vuelta, y tras doblegar al Estudiantes, aventajaban en cuatro victorias a la zona de descenso. La permanencia, objetivo principal y único, estaba más que encarrilada.

Éxitos individuales

A nivel individual volvió a brillar Sergio Rodríguez. Olvidada ya por completo su irregular experiencia en la NBA y lejos del corsé que supuso para él estar a las órdenes del baloncesto control de Ettore Messina, el base tinerfeño afrontaba una ocasión de oro para recuperar la chispa que le encumbró a la popularidad. La llegada de Pablo Laso al banquillo del Real Madrid fue el impulso necesario para ello. Y aunque al Chacho le costó encontrar la simbiosis perfecta con su nuevo técnico, tras dar ambos por fin con la fórmula del éxito, sus últimos meses han sido de película.

El jugador lagunero firmó un final de Liga ACB 11-12 sencillamente magistral. Papel estelar que ayudó a que el Real Madrid se quedara a solo un paso del título, y catapulta para su regreso a la selección española. Reingreso para ser partícipe de la plata lograda por los de Scariolo en los Juegos de Londres. Una presea que añadir al oro conquistado en el Mundial de Japón y otra plata del Europeo de Madrid. La confirmación de que el mejor Sergio Rodríguez estaba de vuelva ha quedado patente en tramo inicial de la Liga ACB 12-13, especialmente coincidiendo con el final de la primera vuelta. Ahí, el de El Ortigal ha dado otro paso más adelante. Misma magia para entender el juego, e incluso un supino acierto desde el perímetro y la asunción de las bolas más calientes. Tanto en la ACB como en la Euroliga. Claro síntoma de haber alcanzado su madurez deportiva.

El pasado año también nos dejó algunas pinceladas dignas de mención fuera del baloncesto de élite. La más triste, la desaparición del primer equipo del UB La Palma, ya un clásico en la LEB Oro y convertido en sello de la Isla Bonita. La falta de apoyo económico y la decisión del Gran Canaria de no prolongar los lazos deportivos de formación que tan buenos réditos dieron a los blanquiazules durante dos temporadas, obligaron a Toni Acosta a cerrar el kiosco. El club claretiano prefirió tener a los suyos en casa y configuró un equipo en Adecco Plata en el que foguear a sus estrellas en ciernes.

Las penurias económicas también propiciaron el empujón definitivo para la unión del baloncesto femenino en Tenerife. A Isla de Tenerife-Aguere y Uni Tenerife, otrora enemigos casi irreconciliables, no les quedó otra que aceptar la oferta propuesta por el Cabildo Insular para formar un solo equipo en la Liga Femenina II. Una alianza tan forzada como necesaria y cuyos verdaderos resultados no podrán calibrarse hasta dentro de un tiempo. El sueño: alcanzar algún día la estabilidad de un CB Islas Canarias asentado casi sin apuros en la zona media de la Liga Femenina. Una recompensa al trabajo de cantera en el que sobresalen Leticia Romero (capaz de promediar 15 puntos pese a ser júnior), Vanessa Ble (MVP de la competición) y Astou Ndour.

El ejemplo de las féminas es, sin embargo, la espina que tiene atravesada del Cabildo tinerfeño en el plano masculino, donde el CB Tenerife y el CB Canarias parecen empeñados en no encontrar jamás un punto común. Con el ascenso del cuadro aurinegro a la ACB, la dilatación de un proceso ya eterno, impidió a los laguneros hacer uso del canon blanquiazul. Un revés que podría tener su continuación en breves fechas si la entidad canarista tampoco tuviera la posibilidad de aprovechar la Sociedad Anónima Deportiva de los tinerfeñistas con el consiguiente desembolso económico extra que ello supondría si desea mantenerse en la élite.

Solventada con nota la actuación de los equipos profesionales, la cantera demostró en estos últimos meses que también goza de una muy buena salud. La palma se la llevan las chicas, en concreto las del CB Islas Canarias. El club comandado por los sempiternos Begoña Santana y Domingo Díaz ejerció el pasado curso un dominio casi tiránico no solo dentro del ámbito regional, sino también en el plano nacional. Campeonas de España en infantil, cadete y júnior. Una tarjeta de presentación tan simple como abrumadora; y además, con efectos colaterales, toda vez que las selecciones regionales infantil (2012) y cadete (2013) también subieron a lo más alto del podio.

Entre tanto dominio global, dos nombres propios, el de Iris Junio y Maite Cazorla, aún cadetes, y llamadas a brillar en la máxima categoría en muy pocos años. Los chicos, por su parte, también apuntan maneras, como el tercer puesto de Canarias en el Campeonato de España Cadete (2013), o el segundo y tercer lugar respectivamente alcanzados por el Canterbury y el Islas Canarias Gran Canaria en el Nacional Infantil. Argumentos hay, y de sobra, para augurar un futuro glorioso.

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