Un año ‘apocapolíptico’

El año 2012 se resume en dos huelgas generales, cinco elecciones autonómicas, recortes, erecciones laborales, trabajadores disparados al desempleo, rebeliones callejeras, primas de riesgo, primos desahuciados, cajas de ahorro en bancarrota, timos financieros, ciudadanos arruinados y, en definitiva, en una sociedad fracturada por las facturas impagadas de los excesos de la cultura de casino.

Año apocapolíptico donde los haya, de profecías fallidas y promesas incumplidas, 2012 es también el año de la austeridad -“Usted dirá, señora Merkel”- que dibujó una soga en el cuello de los españoles mientras sonaban las alarmas del rescate. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del periodo analizado constata que el paro, la situación económica, los políticos y la corrupción eran entonces -y lo siguen siendo- las cuatro principales inquietudes de la ciudadanía de este país. Como novedad, la encuesta de diciembre incluía una pregunta sobre la organización del Estado. Meses después de que el desafío catalanista pusiera una pica en la Diada, el 36% de los entrevistados se mostraba a favor de un único Gobierno central sin autonomías o con las comunidades con menos competencias.

En este tiempo también aumentó la preocupación por la sanidad, la educación y el deterioro de los servicios públicos en general. En contraste con 2011, cuando Mariano Rajoy llegó a La Moncloa, el 72,6% opinaba que la coyuntura económica era peor y solo el 4,3% la veía mejor. La desconfianza en los dirigentes políticos se tradujo en desafección. Aunque el 74% de la población desaprobaba la gestión de Rajoy como presidente del Gobierno, el índice era aún mayor en Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE): el 81%. El 88% (85% de votantes del PP y el 93% de electores del PSOE) consideraba que “los políticos actuales están más preocupados por sus propios problemas e intereses que por resolver los de nuestra sociedad”, y el 81% (73% del PP y 86% del PSOE) opinaba que “los políticos crean problemas en lugar de resolverlos”. El 95% (95% del PP y 96% del PSOE) interpretaba que “los partidos tienden a tapar y proteger a aquellos de sus militantes corruptos en lugar de denunciarlos y expulsarlos”.

La sensación de que los representantes institucionales están de vacaciones se ha visto compensada por el comportamiento positivo de la primera industria de España, que en 2012 recibió a casi 58 millones de turistas extranjeros. Esa cifra supone un incremento del tres por ciento en relación a 2011; una tendencia al alza que da alas al ministro de Industria, Energía y Turismo, el canario José Manuel Soria. El líder del PP regional y exvicepresidente autonómico en alianza con CC desquició a su otrora socio Paulino Rivero mediante una estrategia de acoso y derribo que alimentó el victimismo. La tensión se recrudeció hasta adquirir ribetes tragicómicos.

Promesas incumplidas

Las circunstancias obligaron a Rajoy a incumplir el programa de la mayoría absoluta. Después de marear la perdiz, el Ejecutivo subió el IVA y procuró otra vuelta de tornillo a las tijeras. La hebilla del cinturón de los ajustes golpeó a los contribuyentes. La presión fiscal asfixió a los paganos y, en cambio, la amnistía alivió a los evasores. La traducción electoral fue singular: el chasco del PP en Andalucía -ganó pero gobiernan el PSOE e IU- precedió al éxito de Alberto Núñez Feijóo en Galicia.

En Cataluña, el soberbio Artur Mas se pegó el batacazo al retroceder CiU en número de escaños y fracasar su proyecto soberanista. Pese a que la federación nacionalista liberal-democristiana sumó más diputados que sus adversarios, los que mandan ahora en Cataluña son los ideólogos de ERC. Con cara de no haber roto un plato, Oriol Junqueras se ríe a espaldas de la mayoría social -contraria a la secesión- y engorda su cuenta de resultados por gentileza del esquelético Mas, que cada vez es menos influyente. Emperrado como está en convocar un referéndum de autodeterminación, el presidente de la Generalitat muerde la mano que le da de comer con la cuchara del fondo de liquidez (FLA). Primero traga y luego vomita improperios, además de escupir el retrato del rey.

En el País Vasco, Íñigo Urkullu (PNV) relevó a Patxi López (PSE-EE) en el palacio de Ajuria Enea. Las urnas depararon un Parlamento de minoría constitucionalista en el que la izquierda abertzale (EH Bildu) ha regresado con fuerza. Sin la amenaza de las armas de ETA, la barbacoa está calentita. Por encima del desmantelamiento de las cúpulas de la banda, fue noticia -y todavía colea- la excarcelación por motivos de salud del terrorista Josu Uribetxeberria Bolinaga, el carcelero del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.

Francisco Álvarez Cascos cosechó las uvas de la ira. El exministro del PP y fundador de Foro Asturias sembró su derrota cuando disolvió la Cámara elegida en mayo de 2011 por incapacidad manifiesta para garantizar la estabilidad. Apenas duró diez meses en el cargo. Mientras, la Comunidad de Madrid dejó como hecho destacable la dimisión de Esperanza Aguirre, que le traspasó las llaves de la Puerta del Sol a Ignacio González. Entretanto, la alcaldesa de la capital, Ana Botella, se sacude la arena de un recinto municipal plagado de cascotes.

“Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Esta histórica e insólita frase la pronunció don Juan Carlos tras recibir el alta médica cuatro días después de ser operado en el hospital USP San José, de Madrid. El monarca se refería así a su polémico viaje de caza a Botsuana, invitado por un empresario sirio, en el que se rompió la cadera. Y bien podría decorar cualquier dependencia de La Zarzuela como leyenda ejemplarizante. En la república independiente de su casa, Iñaki Urdangarín empañaba la imagen de la familia de su esposa, la infanta Cristina. El jefe del Estado está hasta la coronilla del duque de Palma, que visitó un juzgado en condición de imputado bajo la acusación de urdir una trama para atraer dinero público y desviarlo a cuentas privadas.

En el plano judicial, también hubo mucho ruido mediático en torno al magistrado Baltasar Garzón, expulsado de la carrera por la forma en la que investigó el caso Gürtel: el Tribunal Supremo lo condenó a once años de inhabilitación por prevaricación. Por su parte, Carlos Dívar abandonó la presidencia del Consejo General del Poder Judicial debido a sus escandalosas escapadas a Marbella. Si Curro Jiménez se echaba al monte con un trabuco para tomarse la justicia por su mano, el currito Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y parlamentario de IU, asalta supermercados para repartir comida entre los parados. De los siete ponentes de la Constitución de 1978 ya solo quedan vivos tres. En 2012 fallecieron dos de ellos: Manuel Fraga (AP-PP) y Gregorio Peces-Barba (PSOE). Les acompañó en el tránsito Santiago Carrillo (PCE), otra figura clave en la transición.

Facebook
Twitter
LinkedIn
COrreo-e
Imprimir

Patrocinadores

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad