La lucha canaria vive sus horas más bajas desde que en 1983 fuese constituida estatutariamente en el ámbito regional. Esta manifestación deportivo cultural se desarrolla entre la vergüenza y el descrédito permanentes a los que la somete Germán Rodríguez Hernández, el peor con diferencia entre sus cuatro predecesores, por su manifiesta incapacidad para gobernar una disciplina noble.
Germán Rodríguez tiene el deshonor de ser el mandatario más improductivo, viajero y fotografiado de la historia de este fenómeno social traído a menos. Ya avanzamos en el anterior Anuario que “la crisis es una cosa y lo que le pasa al primer deporte de los canarios es lo siguiente a la crisis”. Pues bien, con el paso del tiempo y aquella advertencia interesadamente escondida en el saco del olvido, ahora observamos con preocupación que el estado de salud de este legado ancestral es crítico. Por unos, y con la anuencia y seguramente connivencia de otros. Bien distinto es que se venda, de manera tan rutinaria y pobre como inconsistente, una opinión contraria con el sello subjetivo del especialista para mantenerse en el cargo en tiempos revueltos que él mismo provocó.
También se dijo aquí entonces que “el apoltronado ha hecho que la lucha canaria retrocediese 30 años”. Con el paso del tiempo me quedé corto, porque en las últimas temporadas se ha permitido licencias, impensables para unos pero previstas por los que sabemos de sus carencias y debilidades, que han puesto al deporte vernáculo en el circo del disparate. Son las cosas de un osado que incluso firmó el antideportivo y bochornoso gesto de colar a luchadores mayores de 21 años en la última edición del Campeonato de Europa de Luchas Celtas sub-21. Actitudes como esa y la tradicional ausencia de explicaciones favorecen la puesta en escena chapucera de una versión de lucha canaria que espanta.
Como nombrar asambleístas de manera irregular; no celebrar obligadas asambleas anuales; clasificar luchadores obviando a la Comisión Técnica; reclasificar luchadores una vez declaradas las listas definitivas; permitir competiciones de liga insulares por el sistema de eliminatorias; consentir a luchadores que fichasen en dos clubes en la misma temporada e isla; nombrar miembros de una gestora con licencia en vigor con clubes pese a estar reglamentariamente prohibido; convocar asamblea electoral sin consentimiento de la junta electoral, además de no fijar el lugar de la celebración y encima alterar puntos del orden del día; permitir la participación de equipos sin licencias federativas al inicio de la temporada… o aceptar que clubes sobrepasaran el cupo de luchadores clasificados. Una peligrosísima regresión.
Está claro que Inés Rojas, consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias, no pensaba en la lucha canaria cuando dijo que las federaciones y clubes garantizan el desarrollo del deporte en las Islas; se impulsa el deporte base; y se lucha contra el dopaje. Nada de eso es así desde que a Germán Rodríguez lo condujeron hacia el sillón de la FLC. El desarrollo es a la baja y con tintes caóticos (competiciones fraudulentas e incompletas); el impulso de la base tiene el freno de mano puesto (menos licencias y desmarcándose de obligaciones con los noveles); los necesarios controles antidopaje pasaron a mejor vida unos años; y Germán Rodríguez incluso ha sido denunciado por asuntos de dinero.
Más de 20 equipos de categoría sénior de Tenerife han ido quedándose parados durante alguna parte de su desgraciado mandato. Y casi otros tantos terreros se mantienen cerrados por la inactividad de sus clubes. Lástima que al aire fresco que el preparadísimo Gonzalo Hernández, su antecesor, trajo a la lucha canaria, se le mezclase este olor impuro que viene dejando la gestión del nefasto mini presidente, quien encima lo expande con tanta rapidez como torpeza. Con Germán Rodríguez al frente de la FLC sabemos hasta dónde hemos llegado (tristemente), pero lo peor es que aún queda por saber hasta dónde vamos a llegar (desgraciadamente). Gonzalo acumuló éxitos y Germán entonga fracasos.
Ante el creciente desinterés de los medios de comunicación, no les falta algo de razón a los que piensan que la lucha canaria va camino a la clandestinidad. Como lo que no se ve en la tele no existe, en esa responsabilidad hay que colocar también a un grupo de gobierno político con mando audiovisual que apunta claramente para otro lado mientras silba el himno de una muestra de canariedad apartada y prácticamente ignorada. Están acercando a la lucha canaria al folclorismo; condenándola al olvido por permitir en el inmerecido cargo al autor de lo que ha sido un fracaso palmario y desalentador en la organización, puesta en escena y desarrollo de este deporte.
De los medios audiovisuales apenas quedan la constancia y la relativa continuidad de unos cuantos, por delante de los que están obligados a hacerlo pero renuncian. Por aplaudir, a Mírame Televisión, con el expresidente de la FLC José Miguel Martín al frente del interés local; a Lolo Díaz (ex notable gestor de la Tinerfeña), en un deambular que le ha llevado a la radio del Grupo El Día para hacer un carrusel de información con opinión el viernes de cada semana. Se mantienen el Campus de la Fundación CajaCanarias y la dedicación del Ayuntamiento de Candelaria por celebrar cada 13 de agosto la Luchada en Honor a La Patrona de Canarias, en la Plaza de la Basílica de la Villa Mariana. Poco más.
Por esa desgana institucional y la apatía mediática se ha llegado hasta el casi desinterés general. De ahí que, por primera vez en la historia de la lucha canaria, se mantengan al frente de grupos de gobierno seudo gestores que, como Germán Rodríguez, no dan la talla. Quiso, lo pusieron y no tardó en defraudar. El vernaculicidio continúa, pero menos mal que, pensando en este deporte, siempre habrá quien salga a silla para tumbar al peor presidente de la historia de la FLC. Incluso porque, como se sabe, periodismo también es desvelar lo que alguien, en algún lugar, no quiere que se sepa. No es casualidad que Germán Rodríguez haya llevado a la lucha canaria hasta el Callejón del Cementerio.
Campeones regionales
Los mejores equipos de la temporada 12-13 fueron el Santa Rita (categoría Femenina); Tegueste (Cadete); Rosario de Valle Guerra (Juvenil); Santa Rita (Tercera); Tao (Segunda) y Rosario de Valle Guerra (Primera), que se impuso al Victoria tras el 12-12 con el que acabó el encuentro y por el triunfo particular de Agustín González pollo de la Candelaria sobre Kevin Acosta en la agarrada de desempate. En cuanto a los distintos campeonatos de Canarias de selecciones, fueron proclamadas campeonas las federaciones insulares de Tenerife (no dio opción a Lanzarote en el Pancho Camurria destinado a juveniles: 12-9); La Palma (ante Tenerife en el Alfredo Martín el Palmero, de cadetes: 17-13) y Gran Canaria, que se mostró superior a La Palma en la final de infantiles por 24-11.
En la campaña 2013-2014 sobresalieron los equipos Santa Rita (categoría Femenina); Tegueste (Cadete y Juvenil), San Isidro (Tercera); Tao (Segunda) y Victoria (Primera), que finalizó la liguilla empatado a 24 puntos con los teguesteros… pero tenía mejor diferencia general de agarradas a favor. Por ello, el Tegueste se quedó a las puertas de hacer su segundo triplete regional tras el conseguido en 1988. Del apartado de selecciones, las mejores fueron Tenerife (superó a Gran Canaria en la final de juveniles 12-6 y también en la final de cadetes, por 21-12) y Fuerteventura, que se impuso a Gran Canaria en la luchada por el título de infantiles: 18-17. En ese curso se estrenó resolver el empate entre luchadores a favor del de menor peso. El desajuste es que la FLC no dispuso de báscula en el terrero en más de una ocasión.
Campeonato Absoluto de Canarias
Añaterve Abreu, entonces puntal A del Punta Brava portuense, fue el ganador de la primera edición de esta competición individual, que se celebró en el terrero Mencey Tegueste en abril de 2013. Abreu se impuso entre 16 participantes por eliminatorias y venció en la final a Óliver Gil, cerrando así un feo acontecimiento de organización privada, con ánimo de lucro, que desnaturalizó hasta enfermar la imagen de la lucha canaria y que no se puede considerar oficial porque la FLC no tuvo nada que ver en su organización, según versión propia. Un espectáculo alejado de la autenticidad de este deporte y puesto en escena en versión americanizada. En la segunda edición, disputada en Tazacorte el último fin de semana del pasado mes de julio, Álvaro Déniz tumbó en la final al lugareño Lorenzo Rodríguez Lorencito.
Álvaro Déniz (campeón del mundo) lo bordó. El grancanario, conocido deportivamente como pollo de Moya III (Moya, 19 de agosto de 1987), firmó en las dos últimas campañas éxitos relevantes a título individual y contribuyó de manera decisiva en la consecución de nuevas conquistas para el Victoria tinerfeño. En 2013, la selección canaria acudió a Seosan-Chungcheong (Corea del Sur) para disputar la segunda edición del Campeonato del Mundo de Lucha Ssirum del 12 al 17 de noviembre. Déniz quedó exento en la primera ronda y luego fue eliminando a Jonay Reyes, Ányelo López, su compañero de club Fabián Rocha (en cuartos de final), Elieser Gutiérrez (vigente campeón) y en la final a un representante de Mongolia.
Europeo de Lucha Celtas
Nuestros deportistas de las categorías Sub-21 y Femenina volvieron a dar la talla en esta competición internacional, que reunió en La Vecilla (León) a distintos representantes de Canarias, León, Francia, Bretaña, Islandia y Escocia en las modalidades leonesa, back hold y gouren, del 24 al 26 de abril pasado. Se consiguieron cinco medallas de oro y dos de plata en categoría masculina, junto a cuatro de oro y cinco de plata entre las mujeres. La grancanaria Estefanía Ramírez Perdomo (Las Palmas, 3 de abril de 1995) fue la más destacada al ganar la medalla de oro en las tres modalidades.