El paro es actualmente, y lo seguirá siendo durante muchos años, el principal problema de la comunidad canaria. En los mejores tiempos de crecimiento económico, a comienzos de la década de los años noventa -una época en la que importantes ayudas europeas llegaban al Archipiélago por múltiples vías-, el desempleo afectaba en las Islas a unas 90.000 personas en edad laboral, en torno al 10% de la población activa.
Según datos oficiales, durante el pasado año 2013 Canarias registró un aumento de 2.700 empleos, el 0,24%, frente a la pérdida de 267.700 puestos de trabajo registrada en el conjunto del país. Estructuralmente, el paro está agarrado a unos factores de difícil modificación, como suele ocurrir en toda región insular y ultraperiférica, por la lejanía de los mercados, la gran dependencia exterior, la falta de materias primas, la singularidad climática, la orografía, el excesivo crecimiento demográfico, la falta de agua, la carencia de grandes industrias y producciones en cadena… Y todo ello condiciona la contratación de mano de obra.
Aun así, el desempleo está contenido e incluso crece ligeramente la creación de puestos de trabajo, pese a la crisis económica y al incremento de la población activa con la llegada de trabajadores foráneos procedentes de países comunitarios, incluida España. Según la EPA, en 2013 Canarias tan sólo perdió 600 puestos de trabajo, equivalentes al 0,06%, en tanto que el conjunto de España destruyó hasta 198.900 empleos, el 1,17%. El último trimestre del año la tasa de paro bajó en las Islas en dos puntos porcentuales, para situarse en el 33,2%, frente al 26,2% de la media estatal. Todo un indicio sobre los iniciales atisbos de mejora de la actividad económica.
Los datos de paro registrado confirman la contención del desempleo en Canarias: el año 2012 finalizó con 19.346 parados más (7,3%), en tanto que 2013 se cerró con 10.862 parados menos (3,8%). En el conjunto de España, 2012 acabó con 426.364 nuevos desempleados (9,6%) y el 2013 con 147.385 activos menos (3%). Un grave problema: los parados de muy larga duración (más de dos años) han aumentado en 51.600 (50,5%) en Canarias desde 2011 y en 880.800 personas (61,7%) en el conjunto de España. En el mismo periodo, en el que el salario mínimo interprofesional sólo aumentó cuatro euros, los trabajadores con contratos indefinidos cayeron un 5% en Canarias y un 6% en toda España.
También se redujo el empleo de jornada completa (33.200 empleos sólo en las Islas) y aumentó el de jornada parcial (18,6% en Canarias y 11,4% a nivel estatal). Y de forma simultánea, los hogares sin ingresos han crecido hasta llegar a finales de año al 6%. El sector turístico y, en menor medida, el comercial, son los principales impulsores de la actividad económica en Canarias, y por tanto de la generación de nuevos puestos de trabajo, mientras los demás sectores permanecen estancados, con algún repunte aislado, o en ligera recesión. La entrada de turistas en Canarias creció un 5% el año pasado y sigue creciendo en los meses transcurridos de 2014, lo mismo que el gasto de los visitantes, un 8,6%, las contrataciones en el sector (14%) y el número de ocupados, que se acerca a 200.000 (sólo 10.000 más que en 2012).
Las medidas oficiales canarias para favorecer la creación de empleo se mueven a través de la orientación, el asesoramiento y la formación, así como mediante acuerdos específicos con los sectores público y privado, incluso a través de formación a la carta. Desde la Administración central se favorecen además distintos acuerdos para primar, vía impuestos, las nuevas incorporaciones al mercado laboral. Aun así, la situación no avanza lo suficiente y es bien seguro que no podrá cumplirse, ni en Canarias ni en el conjunto de España, el objetivo comunitario fijado en la Estrategia 2020, de modo que ese año se encuentre ocupada el 75% de la población entre 20 y 64 años de edad.
En el Archipiélago aproximadamente el 65% de la población está englobada en dicho grupo de edad, de modo que haría falta crear 30.000 empleos para cumplir el objetivo que propone la Unión Europea. Las proyecciones de población fijan para Canarias un aumento del 1,2% hasta ese año 2020, mientras en toda España se registrará un descenso del 2%. Sin considerar el efecto migratorio, las personas que hoy tienen entre 13 y 19 años (127.280 en total) en los próximos siete años se incorporarán al grupo de 20-64 años, en tanto quienes hoy tienen entre 58 y 64 años (152.028) saldrán del mismo; es decir, saldrán del mercado laboral unas 25.000 personas más que las que entren en él.
Todo apunta a que el turismo, que acapara el 27% de la oferta de puestos de trabajo, seguirá siendo el principal generador de empleo en las Islas, si bien cada vez será mayor la demanda de personal especializado y con dominio de varios idiomas. Las energías renovables, las actividades de ocio, la gestión de residuos, la conservación de la naturaleza y de los recursos naturales y la atención a las personas dependientes o discapacitadas están llamadas a crear nuevos nichos de empleo en los próximos años, sobre todo por el progresivo envejecimiento de la población: en el año 2020, el 17% de los habitantes de las Islas tendrán 65 años o más, unas 65.000 personas más que a día de hoy.
De momento, la Consejería de Empleo está volcada presupuestaria y políticamente con la idea de incentivar la creación de puestos de trabajo en la industria, el comercio y el sector primario. Tiene en marcha la reedición del Plan Extraordinario de Empleo Social con carácter plurianual 2014-2015, la puesta en marcha de la garantía juvenil, la continuación de los programas de formación y empleo y la implantación del cheque-trabajo, que trata de incentivar la contratación de desempleados y promover la búsqueda proactiva de trabajo. Aun así, soplan malos vientos para la creación de empleo en las Islas en cantidad suficiente para rebajar hasta un relativamente aceptable 10% el alto porcentaje de paro.