A aprender la lección: el único eje, la gente

Cuando Markku Markkula fue elegido presidente del Comité de las Regiones para dos años y medio, a lo mejor este finlandés pensaba en Canarias. Markkula fue criado al norte del círculo polar y conoce de cerca el privilegio de vivir en una región remota. Por eso, en su discurso inicial, recordaba la importancia de la colaboración europea y apostaba por cambiar la manera de hacer política para acercarla a los ciudadanos.

Acercar la política a los ciudadanos. Ahí está la clave. Hay que inventar los caminos. Canarias y las otras ocho regiones que conforman las Regiones Ultraperiféricas, hijas ellas de Francia, Portugal y España, ya han cumplido la mayoría de edad, se han reunido en los confines de la tierra más de veinte veces y han pedido con voces roncas por el ron y silbadas por los vientos infinidad de discriminaciones positivas. Pero no son capaces de darle vuelta a la tortilla por sí mismas. De coger los plátanos por los cuernos, de navegar con sus propias velas, de cambiar los destinos plasmados por los ejes de Bruselas. De carretear por sus propios pies.

Y al empleo me remito. El III Foro de las Regiones Ultraperiféricas (RUP) finalizó con sendos discursos de los presidentes de Guadalupe y Canarias en los que criticaron la falta de voluntad política de la Comisión y reprocharon a las autoridades comunitarias la ausencia de acciones concretas a favor de los territorios más alejados de la Unión Europea. Reclamaban el desarrollo de políticas precisas para programas orientados a la creación de empleo.

Más adelante, en sendas visitas a la comisaria de Política Regional, Corina Cretu, los presidentes canarios de 2015, Paulino Rivero (en mayo) y Fernando Clavijo (en septiembre), demandaban un impulso al empleo en las regiones que, como Canarias, presentan los peores resultados de España y también de la UE en esta materia, porque a una base de lejanía e insularidad se le sumó una gran crisis, aderezada con ceguera estatal y falta de decisión política de apostar por la gente en Canarias.

Si algo ha marcado el año 2015 han sido los acontecimientos de Grecia y de los refugiados, pero a Canarias le pesa en vivo y en directo el problema estructural del desempleo y del empeoramiento de los servicios, con una incidencia extraordinaria y preocupante. Entre los fondos europeos se cuenta el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que pretende contribuir a solventar los principales desequilibrios regionales en la UE. Canarias, junto con Andalucía, Ceuta, Melilla y Extremadura forma parte de las cinco regiones más beneficiadas con el FEDER en España. No en vano son las más pobres y sufren las mayores tasas de paro de toda Europa, superiores al 33%.

En 2013 la tasa de paro en Canarias alcanzaba el 33,1 % . Aunque en el segundo semestre de 2015 empezaba a notarse una bajada hasta el 30,3 por ciento, hay actualmente 337.000 personas sin empleo y la mayoría son jóvenes (el 56,8% son menores de 25 años). Una bajada muy pequeña y sin más perspectivas que contratos basura basados en el turismo, que reducen los porcentajes pero no la pobreza.

En anteriores períodos presupuestarios, siempre de siete años, ha habido críticas al manejo de los fondos comunitarios en Canarias por parte del Gobierno de Canarias, entre ellas las procedentes de la propia sociedad civil, porque se ha hecho, según dicen, una excesiva inversión en empresas del ámbito tecnológico e innovador, pero dejando a un lado las cada vez más amplias desigualdades económicas y sociales de la población. Y son voces que no conviene desoír.

Ahora, el Gobierno de Canarias se prepara para hincar el diente a unos 2300 millones de euros en siete años, millón más millón menos, sumando todas las ayudas (teniendo en cuenta también partidas como la agrícola o de pesca, fondos del FEDER, Programa de Desarrollo Rural de Canarias, Programa MAC y Fondo Social Europeo). Pero, ¿cuál será el criterio de distribución de los fondos, por parte de los canarios? ¿No será que se está atacando el cáncer con un antigripal o, peor, con una crema antiarrugas? ¿Quién y por qué establece que los ejes de gastos deben pasar por Torrelavega cuando tenemos que ir a La Graciosa?

Veamos. La Oficina Europea de Estadística de 2013 nos dice que los más pudientes de la UE se encuentran en Londres Interior, el Gran Ducado de Luxemburgo y en Bruselas capital y que las regiones con menor poder adquisitivo son la isla francesa de ultramar Mayotte y tres áreas búlgaras y que la mayoría de las regiones españolas no alcanzan la media comunitaria. Y Canarias está a la cola de las regiones españolas. Ergo, no estamos entre los ricos ni debemos asumir las prioridades de los ricos como propias.

Sin embargo, los fondos se van a repartir, nuevamente, en muchos gajos, la mayoría destinados a la innovación y sociedad de la información, pero sin hacer un eje central en el empleo, la inclusión social y la lucha contra la pobreza, lo que evidentemente es un error porque en plena convalecencia de una crisis sin precedentes en la democracia, no se ha sabido responder con eficacia a quienes han perdido casa y trabajo y, peor aún, a los que nunca pudieron trabajar. En todo caso, falta claridad y transparencia y los fondos se van gastando conforme a un reparto cruzado entre prioridades, consejerías y empresas, a través de convocatorias en las que falta mucha luz, información, tiempo y posibilidades concretas para la gente de la calle.

Las necesidades básicas

Aquí y en la China la pobreza tiene caras concretas: comida, vivienda, salud y educación. La famosa pirámide de Abraham H. Maslow aseguraba que cuando nuestras necesidades básicas están satisfechas podemos permitirnos que surjan otras más elevadas. La teoría recalca que las necesidades más altas son objeto de atención por nuestra parte sólo cuando se ha cubierto las necesidades inferiores de la pirámide. La pérdida del trabajo produce daños irreparables en toda la sociedad, pero especialmente en los jóvenes. El trabajo nos da un sentido de autoestima, reconocimiento y pertenencia y vínculo con los otros. No es sólo un mecanismo para cubrir nuestras necesidades básicas. El desempleo nos desvincula, nos aisla y empobrece nuestro espíritu.

Veamos qué pasa en otras comunidades españolas. El País Vasco, por ejemplo, tiene la misma población que Canarias y la mitad de paro. Andalucía presentaba en septiembre un nuevo plan de desarrollo rural en la Comisión Europea por la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta, asegurando que el programa generará 2.500 empleos en agricultura para jóvenes y se podrán intervenir casi 6.000 explotaciones agrícolas con el fin de mejorarlas. Al pan pan y cuando se trata de empleo, cifras concretas. Si Europa son los ciudadanos, está más que dolorida. Si son los hombres de gris o de negro, está impasible pero con una verborragia al tono de los acontecimientos. Si son los políticos está preocupada (a veces por ellos mismos y a veces por el invento que se va acabando). Se ha europeizado tanto el discurso que se lo ha vaciado, como un cuenco de sopa lleno de agujeros en forma de quince estrellas, tan democráticas ellas.

A muchos funcionarios europeos, tan bien pagados (de sí mismos y de arcas públicas) ya nadie les cree. Y a muchos políticos, tampoco. Se equivocan con demasiada frecuencia en los diagnósticos en las prioridades. Con impactantes discursos dictados por voces amables, doctoradas y empáticas son capaces de leer las demandas de los ciudadanos con medio ojo y pervertir la respuesta en objetivos tirados de los pelos. Cuando no en mentiras piadosas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker pronunció un discurso emocionante en su primer balance del estado de la Unión Europea, acabadas las vacaciones de agosto y en el paraje excepcional de Estrasburgo. Deletreó con sabor a menta la palabra solidaridad, le faltó hablar en griego, pisó en alemán, sedujo en francés y sonrió en español. Pero la conclusión siguió siendo la falta de liderazgo en Europa, la incapacidad de incardinar los discursos con los hechos, las palabras con las acciones, los objetivos con los presupuestos, los refugiados con el refugio.

A Canarias le pasa lo mismo. Se olvida de Maslow y del puchero de este mediodía, piensa en grande, sigue tocando a la puerta sin timbre de una Bruselas sumida en sus discursos y ¡hasta muestra con infantil alegría haber cumplido con los objetivos de la deuda impuestos por la UE y el Gobierno español! Canarias tiene encima un triste privilegio: con una bajada de más del 15%, fue la comunidad donde más descendió el consumo global entre 2007 y 2014.

Además, los canarios fueron los que más contrajeron su gasto en servicios y productos sanitarios. ¿Estamos orgullosos de este logro? A quién perjudicó está claro: a la gente. A quién benefició también: a las empresas privadas que emplean en peores condiciones a los despedidos y no contratados de la sanidad pública.

Aunque nos hagan soñar con una Europa unida, solidaria, innovadora, preparada, atenta a las necesidades de los ciudadanos y abierta y sensible al mundo, una Europa del conocimiento y de la seguridad, para creerlo hará falta pensar en las necesidades básicas de nuestros vecinos y mirar la innovación cuando decidamos darnos de comer con nuestros recursos y a nuestra manera. Dentro de Europa, de las RUP y de los ejes que quieran inventarse, pero pensando de verdad en nuestra región y en cómo usar los recursos disponibles para nuestra gente. Y la pirámide la hacemos nosotros, ajustada a nuestra voluntad, distribuyendo los fondos según nuestras necesidades, creando caminos apropiados para el empleo y la dignidad, aunque le pongamos el nombre que a Bruselas le suene mejor.

El dinero europeo en Canarias

A dónde dicen que se va a gastar el dinero europeo en Canarias. En este contexto, el Gobierno de Canarias ha dicho que “de acuerdo con el diagnóstico realizado sobre la situación socioeconómica de la Comunidad Autónoma de Canarias y en el contexto de las nuevas prioridades estratégicas de desarrollo que la Comisión Europea, el Programa Operativo FEDER de Canarias define varios objetivos finales de carácter instrumental”. Estos objetivos finales son:

  • Aumentar la competitividad del tejido productivo de la economía canaria mediante el fomento de los factores determinantes del crecimiento económico, tales como la innovación y la sociedad de la información, impulsando la internacionalización de la economía canaria.
  • Mejorar la dotación y calidad en la red de infraestructuras en transporte que interconectan las islas y el archipiélago con otros territorios comunitarios e internacionales.
  • Optimizar la oferta de recursos naturales básicos para el sistema socioeconómico en un marco de sostenibilidad ambiental.
  • Mejorar la calidad de vida de la población canaria, con especial incidencia en el proceso de cohesión social a través de la creación de empleo, de mejora de los niveles educativos y de la reducción de la tasa de pobreza.
  • Reducir y paliar los sobrecostes derivados de la situación de región ultraperiférica.
    La inventiva de la Comisión para hacer y deshacer es grande, pero el eje debe ser transversal a todas las políticas del Gobierno: la creación de empleo. Hay cinco años de oportunidad y muchos millones para que la prioridad sea la gente.
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