¿Cómo acabamos con las colas?

La ausencia de planificación y el crecimiento demográfico empeoran el ya conocido caos de tráfico en las autovías de Tenerife.

Hablando de conejo, de papas y salmorejo, me recuerda una amiga que tengo yo en Los Realejos, cada día se levanta a las 5 de la mañana porque la pobre trabaja justo en la Avenida de Anaga. A las 9 está amargada, la cola sigue trancada, suena el móvil como siempre, ya la está llamando el jefe: ¿dónde coño estás metida? En Guamasa todavía, no hay excusa que me valga, salga antes de su casa. El trabajo va a perder, hasta aquí está de obras. Realejos-Santa Cruz, tres horas chupando colas. Oye, que arreglen esto, hace ya tiempo que ni del Norte, coño, es un sufrimiento. Siempre parado, en Los Rodeos, esta es la cola de la que está hasta los…”.

Lo que acaban de leer es parte de una canción de la murga Los Bambones. Es cierto, pierde mucho transcrita; por eso les invito a la que escuchen (https://www.youtube.com/watch?v=QX3BHxvl6Tg). Pero lo curioso es que más de uno pensará que la cantaron en los Carnavales de este año. Pero no, se equivocan. Ya hace de esto 16 años. Fue un tema de la Final de Murgas de 2001, con el nombre “¿Y qué título le pongo?” Y además, ganaron aquella final. La canción deja muy claro que ya, en aquellos años, los conductores estaban “hasta los…” de las colas de la autopista del Norte (TF-5).

Y más de tres quinquenios después, la situación se ha complicado mucho más. Solo en población, la isla de Tenerife ha ganado más de 200 mil habitantes en este período. Y en turistas, se ha alcanzado una cifra récord de 5,7 millones. Si dividimos esta cantidad por doce meses, nos sale una media de 475.000 visitantes cada mes. Por tanto, sumando la población flotante, llegamos a la cifra de 1,4 millones de personas.

Ahora se añade también el colapso de la TF-1. Los turistas salen cuatro horas antes de sus hoteles en las horas punta para asegurar que llegan en tiempo a tomar el avión que los devolverá a sus países de origen. Una locura lo que estamos padeciendo: una isla colapsada en el Norte y en el Sur.

Falta planificación

Hay quien argumenta que lo que ha fallado es la planificación. Es evidente porque, por definición, se planifica para adelantarse a los problemas que han de llegar. Pero es que ni siquiera viendo lo que estaba ocurriendo nuestros dirigentes políticos fueron capaces de reaccionar. Y ahora nos encontramos ante una situación de colapso muy complicada de solucionar.

El proyecto que se plantea para la TF-5 pasa por añadir dos carriles bus-VAO, uno en cada sentido. Por estos carriles solo podrían circular las guaguas y vehículos de alta ocupación, es decir, con más de dos pasajeros. Se supone que esos carriles gozarán de una mayor fluidez y la gente se animará a subirse al transporte público o a compartir sus coches con más personas.

He dicho se supone porque quedan muchos asuntos por determinar que resultan vitales para que esta idea funcione: los intercambiadores en distintos municipios donde puedas dejar tu vehículo y coger la guagua, qué pasará cuando se registre una avería de un coche en esos carriles, qué precio tendrá el transporte público, cómo se motivará a los conductores para que se sumen al principio… Y un asunto más que no es baladí: ¿qué pasará mientras se estén realizando las obras?, ¿tendrán que salir de sus casas los sufridos conductores a las tres de la madrugada? Se encoge el estómago solo de pensarlo…

Aunque esto del carril bus-VAO lo pintan como la solución más eficaz para acabar con las colas, todavía (mayo de 2018) no existe proyecto, ni está claro qué le desean encargar a los ingenieros. Incluso se han escenificado diferencias importantes entre el Cabildo de Tenerife y la Delegación del Gobierno central. Un asunto este lamentable porque deja bien claro la poca prisa que se dan en la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias.

Ahora sí hay dinero

Y ya no tienen la excusa de que no hay dinero, al contrario, el año 2017 dejaron de ejecutar unos 100 millones de euros. Y en este 2018, se calcula que la mencionada consejería contará con más de 400 millones para realizar obras en el Archipiélago. Y según declaró recientemente su máximo responsable, ya dan por hecho que serán incapaces de gastarse todo ese dinero antes de que finalice el año. Tremendo.

Cuando nos recortó el Estado el Convenio de carreteras, nos decían que el poco dinero que venía tenían que dedicarlo a las obras que estaban en marcha. Y ahora que sobran los millones, no lo destinan a realizar al menos proyectos. Incomprensible, ¿verdad? Pues esta es la realidad que tenemos.

Así que la amiga de la murga Los Bambones que decían que era de Los Realejos debe estar ya está viviendo en la propia Avenida de Anaga o es Máster -de los de verdad- en higiente mental y técnica Zen. Y los demás, vayan practicando: dedo pulgar con el dedo índice y digan conmigo: ¡Ommm….!

En fin, perdonen que frivolice pero lo que está ocurriendo es realmente para desquiciarse: enfermos que no llegan a tiempo a la esperada cita en los hospitales, trabajadores que todos los días se juegan su trabajo porque se les hace tarde, pérdida de horas de sueño, accidentes, circuitos alternativos para evitar las colas, enfados constantes, etc. Hay que padecerlo todos los días –todos– para entenderlo de verdad.

El transporte público

Y por otra parte, me atrevo a decir que mucha gente, aunque les pagaran la guagua, no la cogerían. El transporte colectivo se chupa las mismas colas y tarda más que un coche particular. Hay que ser consciente de que nos costará mucho cambiar el chip de dejar nuestro coche aparcado y subirnos al transporte público. Pensar lo contrario sería de ingenuos. Incluso convencer a los conductores para que compartan sus coches con más ocupantes no será sencillo. Pero miren, todavía cargos públicos de la formación nacionalista continúan discrepando de cuál debe ser la solución. Dos ejemplos solo: Ricardo Melchior sigue pensando que solo puede cambiar esto el tren y José Manuel Bermúdez apuesta por la Vía Exterior. Cabe decir eso de ¡organícense!

Esto nos lleva a pensar que ni ellos lo tienen claro. Es cierto que esto no se resuelve dándole a una tecla, hay muchas variables en juego. Empezaba preguntándome en este artículo cómo acabamos con las colas. Y termino con que las colas acabaran con nosotros si no empiezan a revertir el colapso infernal ya. El movimiento se demuestra andando: por favor, pónganse a trabajar.

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