Las convulsiones de la UD Las Palmas, el renacer de la ilusión en el CD Tenerife o los títulos de CB Canarias, Granca, Rocasa y Haris marcan el 2017.
El deporte canario transitó por 2017 entre la dulce resaca polideportiva de los Juegos de Río, los sobresaltos de una UD Las Palmas que combinó fichajes galácticos con sonadas decepciones; el fallido ascenso del CD Tenerife, no sin antes resucitar la ilusión de un tinerfeñismo hasta entonces maltratado por más varapalos de la cuenta; el doblete del Iberostar Tenerife en la Basketball Champions League y la Copa Intercontinental, la Supercopa Endesa del Herbalife Gran Canaria y el cada vez mayor protagonismo del deporte femenino, con títulos y hazañas de mucho mérito de Rocasa, CV Haris, Michelle Alonso o Iballa Ruano, entre otras.
No fue un año nada fácil para Las Palmas, que despidió el ejercicio 2016/17 con la amarga salida de Quique Setién para dar paso a un curso rocambolesco que, tras la frustrada incorporación del italiano De Zerbi al banquillo, deparó un carrusel de inquilinos interminable e infructuoso: Márquez, Ayestarán, Ortiz, Jémez… La llegada de fichajes de relumbrón como Jesé o Vitolo no tuvo tampoco el efecto deseado, más allá del bombazo mediático, y el equipo amarillo entró en una peligrosa dinámica que le precipitaría a un duro abismo al inicio de 2018, camino de Segunda. En mitad de la tormenta, un par de soplos de aire fresco: el debut de Jonathan Viera con la selección y el ascenso del filial a Segunda B.
Un ascenso fallido
En la otra orilla, el CD Tenerife revivió a finales de la temporada 2016-17 el renacer de una ilusión dormida por momentos que tuvo en José Luis Martí a su principal despertador. En su segunda campaña en el banquillo, el balear, antaño ídolo sobre el verde del Heliodoro, llevó a los blanquiazules hasta la promoción de ascenso a Primera tras remontar un mal inicio de curso. Aparcados los conflictos de intereses de un entorno siempre complicado, el Tete acarició el tan ansiado regreso a la élite, eliminando primero al Cádiz de Cervera y cayendo in extremis, de manera dolorosa, ante el Getafe, en el mismo zaguán de la Liga Santander.
Mientras, el deporte de la canasta siguió malacostumbrando a sus aficionados con méritos muy por encima de sus posibilidades reales en sendos ejercicios de irreverencia. Ganó el Herbalife Gran Canaria la Supercopa Endesa 2017 e hizo lo propio el Iberostar Tenerife con la Basketball Champions League y la posterior Copa Intercontinental en un año inolvidable para la entidad aurinegra, que trajo consigo también un histórico quinto puesto en la ACB y la clasificación para la Copa del Rey de Vitoria. Números en mano, solo el Real Madrid y el Valencia superaron el porcentaje de triunfos de los aurinegros en todas las competiciones: 36 triunfos de 56 posibles en 2017 para un 64,29% de alegrías.
2017 fue también el año en que Sergio Rodríguez echó el cierre a una nueva aparición por la NBA, en pleno proceso de reconstrucción de los Sixers, para luego fichar por el CSKA de Moscú, trasatlántico por excelencia del baloncesto europeo. Entre medias, el Chacho se colgaba el bronce con el equipo nacional en el Eurobasket, durante un verano que deparó también alegrías en féminas, gracias a los éxitos con la selección absoluta de Leonor Rodríguez y Leticia Romero, campeonas de Europa en Praga. Por contra, el año tuvo también una triste noticia, la del descenso del Islas Canarias a la Liga Femenina II, tras 33 años consecutivos en la élite.
Poder femenino
Igual que venía sucediendo en los años anteriores, 2017 propició méritos múltiples en el deporte femenino de las Islas, que trascendieron incluso más allá de los títulos y la dichosa medallitis, ese mal que se ceba especialmente con las disciplinas polideportivas y que tantas historias de superación esconde. Hubo éxitos palpables en forma de trofeos, como la meritoria Copa de la Reina en voleibol del Haris, digno heredero del histórico CV Tenerife; o el también título copero del Rocasa Remudas de balonmano, otro proyecto que lleva años brindando alegrías de carácter nacional e internacional.
Pero más allá de las copas, las féminas dieron varios pasos al frente en la reivindicación de reconocimientos y derechos históricamente vetados. Sin ir más lejos, en el fútbol, donde el Granadilla se ha consolidado en una Liga Iberdrola, cuya repercusión ha vivido un gran salto cualitativo. No ha sido tarea fácil la de luchar por un profesionalismo condicionado hasta no hace mucho por prácticas injustas (jugadoras sin seguridad social y otras condiciones prehistóricas de trabajo). Por ahí, en pleno transitar aún hacia un deporte más justo e igualitario, el 2017 vivió un derbi tinerfeño en la élite entre el citado Granadilla y el Tacuense, con más de 7.000 personas en el Heliodoro, algo antaño impensable.
También tuvieron nombre de mujer otras comparecencias de canarias en citas de nivel con la selección. La consagración de la realejera Eli Chávez en el equipo nacional de balonmano vino acompañada de la convocatoria de las grancanarias María Núñez, Almudena Rodríguez y Senabou Mbengue para el Mundial de Alemania 2017 en plena etapa de renovación de Las Guerreras. Fue solo un botón de muestra de la trascendencia internacional que alcanzaron las deportistas canarias. Volvió a brillar Iballa Ruano, campeona del Mundo de windsurf por octava vez; o las nadadoras paralímpicas Michelle Alonso y Judith Rolo, que se vinieron del Mundial de México con varias medallas al cuello.
Más internacionales
Brillaron también con la selección el gomero Cristófer Clemente, subcampeón del Mundo de Trail; el atleta palmero Samuel García, 5º con el relevo español de 4×400 en el Mundial de Londres; el jugador de balonmano, Daniel Sarmiento, 5º con España en el Mundial de Francia; los halteras Andrés Mata, Atenery Hernández y Alejandro González, presentes en el Mundial de California; la taekwondista Rosanna Simón, que acudió al Mundial de Corea; o el triatleta Vicente Hernández, plata en la Copa del Mundo de Japón y 13º en el ranking de las WTS. Rafa Cabrera Bello, ganador del Abierto de Escocia de golf; o la importante presencia de regatistas y técnicos canarios en el equipo preolímpico de vela (Blanco, Reino, Rodríguez…), fueron otro fiel reflejo del valioso tesoro de logros polideportivos acumulados en 2017.
El ascenso a la élite del waterpolo español del CN Echeyde, el noveno título liguero del Tenerife Marlins Puertos Cruz en la División de Honor de béisbol; los apuros para sobrevivir del histórico CV Aguere en la máxima categoría del volei femenino, la misma que vivía la llegada del CV Arona, un proyecto íntegramente formado por mujeres en lo que sus distintas áreas de gestión y staff técnico se refiere, fueron el reflejo de las alegrías y sinsabores del siempre difícil hábitat de los clubes del polideportivo canario, acostumbrados a remar contracorriente amparándose en la vocación y sacrificio de directivos, entrenadores y jugadores.
Batallas en los despachos y eventos internacionales
El deporte canario vivió también varios episodios significativos fuera de las canchas en 2017, capítulos acontecidos en el laberinto burocrático de turno y batallas legales con mucho en juego, para paliar, entre otras cosas, el alto coste de la insularidad. La inclusión o no de los eSports en la nueva Ley Canaria del Deporte deparó también horas y horas de un debate aún vigente. Pero, más allá de la moqueta de los despachos, el Archipiélago fue otra vez escenario de eventos de primer nivel mundial. Asentada ya como paraíso del trail, Canarias vivió nuevas carreras de ultrafondo de altísimo nivel; al tiempo que repetía como destino elegido por deportistas de élite (Froome, Contador…), gracias a sus privilegiadas condiciones orográficas y climatológicas. Además, las Islas demostraron su capacidad para organizar también eventos bajo techo de máxima exigencia y relevancia. Fue el caso de la Final Four de la Basketball Champions League; el Mundial de Kárate, que acogió a las próximas generaciones que disfrutarán de la inclusión de esta disciplina en los Juegos Olímpicos; o un torneo amistoso previo al Eurobasket masculino pocos meses antes de que la FIBA confirmara a la Isla como sede del próximo Mundial femenino.