El año posterior a una cita olímpica suele rebajar la tensión competitiva en los deportes que no sobresalen en las portadas de los medios. Un período de transición que apenas se percibe en las competiciones por equipos, metidos en una espiral de renovados objetivos cada temporada.
Pero la tenacidad suele ser una de las principales virtudes de los deportistas isleños. Tenacidad y talento. Una combinación que llevó a Rafael Cabrera a meterse entre los 20 mejores golfistas del mundo, con un triunfo de resonancia como el Abierto de Escocia, y a Carla Suárez para batirse con las estrellas del circuito WTA en las pistas centrales de Nueva York y París. La misma constancia de Iballa Ruano para sumar un nuevo título a los 27 que poseen las gemelas de Pozo Izquierdo en el mundial de windsurf y de Tara Pacheco para colgarse la plata en el campeonato del mundo de la clase Nacra 17 y ser elegida mejor regatista española por tercera vez. Hablamos de ese mismo afán y esfuerzo con los que Michelle Alonso ganó el oro en el mundial de natación adaptada en México o con los que se nutre Marta Marrero para compartir un espacio destacado en la élite del pádel mundial, una modalidad en pleno despegue.
Si bajamos un escalón y nos trasladamos a la Europa del deporte, nos encontramos con Atenery Hernández y sus 3 medallas en el europeo de halterofilia; a Leticia Romero y a Leonor Rodríguez con el oro en el Eurobasket; a Daniel Sarmiento, rescatado de la Liga francesa para dotar de experiencia a España en la conquista de un nuevo título europeo de balonmano; a las gemelas Noelia y Natalia Ramos, campeonas con la selección española sub 19 de fútbol, y a Sergio Rodríguez -siempre está el Chacho- para liderar el bronce de España en el Eurobasket y saldar su discreto paso por la NBA antes de convertirse en uno de los jugadores más valorados del continente con su millonario fichaje por el CSKA de Moscú. No están todos, pero sí los nombres de una notable cosecha y con una relevante cuota femenina. Porque sí hablamos de tenacidad, perseverancia, tesón y disciplina, ellas se llevan la palma. Y ya lo hacen con resultados. Dentro y fuera de las canchas. Como el caso de la vigente campeona de España de ajedrez, Sabrina
Vega, que renunció a disputar el Mundial en Arabia Saudí, un país que no se distingue precisamente por su defensa de los derechos de la mujer. Su gesto recibió el apoyo unánime de la Comisión de Igualdad del Congreso para instar al Gobierno de España a reconocerle con la Medalla al Mérito Deportivo. Con todo, la visibilidad de sus hazañas sigue siendo desigual con respecto a los hombres. El proceso, sin embargo, muestra avances significativos.
Fue un año también para la reivindicación de los equipos. Y en 2017, el Iberostar Tenerife CB Canarias destacó sobre el resto. La conquista de la Basketball Champions League y la Copa Intercontinental fue el techo histórico de un grupo humano que estrechó vínculos por su ambición ganadora. Ha recuperado el orgullo de la isla por su equipo de ACB, una categoría en la que brilló el Herbalife CB Gran Canaria, finalista de la Supercopa.
Un dato para la reflexión: la mejor temporada de los dos equipos canarios en la ACB coincide con la ausencia de jugadores de las Islas en toda la categoría, con la honrosa excepción del lagunero Álex López en las filas del recién ascendido San Pablo Burgos
Canarios en la Premier League
El éxito del baloncesto discutió protagonismo mediático con el fútbol, en especial en la provincia tinerfeña. Y eso que el Club Deportivo Tenerife se quedó a un paso de regresar con los grandes. Cayó ante el Leganés en la última eliminatoria del play-off por el ascenso mientras la Unión Deportiva Las Palmas terminó a mitad de clasificación en Primera, ese espacio indefinido al que suelen caer los proyectos sin perspectivas, sin objetivos. Las diferencias entre una y otra categoría las separa un abismo de millones de euros. Un dato: solo por derechos de televisión, la Unión Deportiva ingresó 44 millones y el CD Tenerife, 5,7 millones.
El éxodo de nuestras figuras en este deporte es imparable y ha sido el año de la Premier inglesa más canaria: Pedro Rodríguez (Chelsea), David Silva (Manchester City), Sandro Ramírez (Everton), Roque Mesa (Southampton), Jesé Rodríguez (Stoke City) y Ayoze Pérez (Newcastle). Aunque no a todos les fue bien en la experiencia.
Son muchas las evidencias para afirmar que el deporte canario mantiene el pulso en la alta competición. Y también son muchas las carencias que sufren equipos y deportistas de las islas para un desarrollo adecuado de su preparación. La Ley Canaria del Deporte, todavía en período de debate, podría ser el instrumento que contribuya a mitigar esas carencias, para planificar a largo plazo a los que dedican su vida a cumplir el sueño de ser el mejor en su deporte, a convertir al Archipiélago en referente para la preparación de figuras de primer orden mundial (sobran condiciones y escenarios naturales), a potenciar, en definitiva, el concepto global del deporte.
Desde mi condición de presidente de la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife nos ofrecemos para aportar. Los periodistas somos testigos directos de los vaivenes de nuestros equipos y deportistas, conocemos otra perspectiva del deporte que podría complementar el texto definitivo de la Ley. El ofrecimiento está sobre la mesa de los responsables, pero seguimos sin respuesta.
Como tampoco la encontramos en los Premios Canarias del Deporte: dos ediciones sin representación de los profesionales del periodismo deportivo entre los miembros del jurado. Pero seguimos insistiendo y hoy lo hacemos público. Sin nada a cambio y con el único propósito de aportar desde la convicción que tenemos por delante un futuro que invita al optimismo.
