Las demandas de Canarias, que ha liderado muchas veces las de las otras regiones alejadas de Francia y de Portugal, han sido escuchadas, digeridas y convertidas en legislación
Este año se cumplen 30 años desde la plena integración de Canarias en la UE, en 1991, tras cinco años de largos debates en los que demandó un régimen intermedio, y las administraciones canarias siguen clamando en el vergel europeo, pero con un saldo en el que no se contabilizan mejoras tangibles en la vida de los ciudadanos, que se mecen en un mar de incertidumbres económicas y sociales, antes durante y después del COVID.
Esas reclamaciones han logrado, eso sí, un régimen aparentemente favorable y una legislación que produce cierta envidia para quienes no han vivido en una Región Ultraperiférica como Canarias. La conclusión es que se ha peleado, consensuado y conseguido mejoras y, sobre todo, ha habido una enorme capacidad para detectar los problemas, pero no para resolverlos. Responsabilidad compartida entre Canarias, Madrid y Bruselas, por simplificar.
Se ha acertado en los diagnósticos y en las demandas consiguientes ante la Unión Europea, y para ello han hecho falta no pocos expertos, desde las primeras consideraciones, cuando se negociaba ceder el régimen de puerto franco de Canarias por exenciones arancelarias.
Las reclamaciones, actualizadas mandato a mandato por nuestros leales representantes, hoy día han reverdecido en forma de economía azul, agricultura y desarrollo rural, biodiversidad, economía circular, cambio climático, transición energética, investigación, innovación, asuntos sociales, empleo, el emprendimiento, la integración regional y la migración, expuestas por el presidente canario en diciembre de 2020 y ratificadas estos días en Coímbra en un encuentro de vital importancia, dentro de la presidencia de un hermano RUP como es Portugal.
El síndrome de lejanía, insularidad, desempleo, escasas alternativas al monopolio turístico, y aplicación a la realidad canaria y de las regiones ultraperiféricas, continúa perviviendo de forma tozuda
A lo largo de la historia canaria de la Europa de los 27, las demandas canarias, que ha liderado muchas veces las demandas de las otras regiones alejadas de Francia y de Portugal, han sido escuchadas, digeridas y convertidas (con suerte) en legislación y hasta, muchas veces, dotadas económica, aunque no suficientemente. Los funcionarios de las instituciones europeas (algunos también canarios) mostraron flexibilidad e inteligencia a la hora de evaluar y aceptar realidades tan diferentes a las de otras regiones europeas rodeadas de medios de producción, de transporte, con historias comunes y con una calidad de vida muy superior incluso para los sectores más desfavorecidos de su entorno, que también los hay.
Pero el síndrome de lejanía, insularidad, desempleo, escasas alternativas al monopolio turístico, y aplicación a la realidad canaria y de las regiones ultraperiféricas, continúa perviviendo de forma tozuda. Y la enfermedad, más allá del COVID, nos sigue consumiendo sin que nadie le encuentre un verdadero remedio. Algunos son factores inamovibles, otros son inaceptables.
Debido a sus limitaciones permanentes, las regiones ultraperiféricas tienen niveles de desempleo muy elevados y niveles de Producto Interior Bruto per cápita muy por debajo de la media de la UE y de sus respectivas naciones. Su PIB oscila entre el 32% y el 76% de la media de la UE y el desempleo entre el 7,1% y el 30,1%. La proporción de la población de 15 a 25 años que no recibe educación, empleo o formación está igualmente por encima de las medias nacionales y de la UE, y oscila entre el 17% y el 32%. La crisis de COVID-19 ha agravado aún más esta situación. La interrupción de los viajes y el turismo fue especialmente dura para estas regiones remotas, en su mayoría insulares, muchas de ellas dependientes del turismo. Datos escalofriantes de la propia Comisión Europea.
Estos días saltan nuevos datos más que preocupantes: el paro en la Unión Europea es del 17,1%, mientras que en España es del 37,7%. Sin embargo, las cifras en Canarias y Tenerife se sitúan en un 61,3% y 58,6%, respectivamente.
Nuevas estrategias para las RUP cada cuatro años
En la nueva hoja de ruta que se iniciará en septiembre de 2021, con un acuerdo del Parlamento Europeo, se recuerda que desde 2004, la Comisión Europea ha adoptado cada cuatro o cinco años una Comunicación en la que se establecen las prioridades para el enfoque estratégico y la asociación con estas regiones.
Aunque los objetivos de la Comunicación de 2017 siguen siendo válidos, la Comisión afirma haber aplicado la mayoría de las acciones previstas y ha incorporado las especificidades de las regiones ultraperiféricas en más de 20 fondos y programas de la UE para el período 2021-2027.
En marzo de 2020, la Comisión adoptó un informe sobre la implementación de la Comunicación de 2017, que señala que la Comisión Europea ha cumplido sus compromisos, aunque este criterio no es compartido por el Gobierno de Canarias.
Todos están de acuerdo en que ahora existe un impulso político para renovar la Comunicación. Los presidentes de las Regiones Ultraperiféricas y el Comité de las Regiones adoptaron, respectivamente, una declaración y un dictamen en los que se pide que la Comunicación se adapte al contexto de COVID-19. El Parlamento Europeo debe aprobar un informe sobre estas regiones antes de septiembre de 2021.
Se encuentra en marcha, entonces, la Comunicación sobre las Regiones Ultraperiféricas como socios clave en una recuperación ecológica, digital y justa, cuyo calendario termina en el segundo trimestre de 2022, durante la presidencia francesa de las RUP.
Todos a una con Europa
En efecto. Todos los titulares de las hasta ahora diez presidencias canarias de la actual democracia han tomado el tema europeo como eje prioritario de sus políticas, entrecruzando las iniciativas con la consecución de logros, por lo cual nadie tiene la paternidad exclusiva de ningún acuerdo, pero todos, Gobierno y oposición tuvieron claro desde un principio que había que actuar unidos ante el gigante europeo.
Algunos hitos de interés: No sin discusiones, Canarias alcanzó el rango de Región Ultraperiférica en 1993 en el Tratado de Maastricht, recogido en el Tratado de Lisboa en 2007 y terminado de consolidar en 2015. Como hace constar el Gobierno de Canarias, esta legislación europea específica ha permitido el mantenimiento de los incentivos fiscales y económicos del REF, el Arbitrio sobre las Importaciones y Entregas de Mercancías (AIEM), la Zona Especial Canaria (ZEC), el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) y una serie de medidas particulares en el marco de las políticas de cohesión (Fondo específico RUP), agrícola y pesquera (el Programa POSEI), política comercial (exenciones arancelarias para determinados productos industriales y de la pesca).
Hace 34 años, en 1987, fue Jerónimo Saavedra quien inauguraba la oficina de Proexca en Bruselas, para promocionar en el exterior los objetivos comerciales de las Islas. Se negociaba la plena integración, porque Canarias había entrado en la CEE en 1986 por la vía del Protocolo 2, manteniendo las políticas fiscales, agrarias y aduaneras hasta la plena integración, en 1991, cuando se alcanzaba un modelo de adhesión específico, perdiendo el régimen de puertos francos, pero consiguiendo exenciones fiscales a través del REA.
Adán Martín abría la nueva sede de la ya Oficina de Canarias en la capital comunitaria y se preparaba para afrontar la crisis de los cayucos de 2006, persistiendo y convenciendo en Bruselas para que asumieran como propia la terrible situación humanitaria que se llevaba miles de vidas en el Atlántico.
La penúltima renovación de la estrategia para las RUP
La penúltima renovación de la estrategia para las RUP en general y para Canarias en particular fue planteada por el anterior presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y aprobada en pleno por el Comité de las Regiones a finales de enero de 2018. En un dictamen muy acertado, y previamente consensuado, Clavijo defendió la ponencia Hacia una completa aplicación de la estrategia europea renovada para las regiones ultraperiféricas, que lograba que se reconociera la riqueza excepcional de sus ecosistemas, su gran potencial para el desarrollo de las energías renovables y las actividades de investigación marina y marítima, medioambiental, aeroespacial, astronómica, vulcanológica, oceanográfica y agrícola, además del turismo sostenible y su rico patrimonio cultural.
La profesora de la Universidad de La Laguna María Asunción Asín Cabrera se refería a este documento y a otra de las instituciones que ocupan a los diferentes presidentes de las RUP: la conferencia de presidentes: “Así, una muestra de colaboración en la defensa de las singularidades ultraperiféricas ante las instancias nacionales y europeas, lo constituye La Conferencia de Presidentes de las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea, la cual representa la principal estructura de cooperación política y técnica entre los Presidentes de los órganos ejecutivos de estas regiones”. El resultado de las reuniones de la Conferencia se plasman en Declaraciones Finales dentro de las cuales, cabe mencionar, la adoptada en la Conferencia celebrada en las Palmas de Gran Canaria durante los días 22 y 23 de noviembre de 2018, bajo la presidencia de la Comunidad Autónoma de Canarias, la cual constituye un documento de singular relevancia para el avance en el diseño estratégico y de desarrollo del régimen especial de integración de estas regiones, previsto en la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo, al Comité las Regiones y al Banco Europeo de Inversiones, presentada el 24 de octubre de 2017 y que lleva por título Una asociación estratégica renovada y más fuerte con las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea.
Quién puede estar en contra de que la nueva Comunicación sobre las RUP se enmarcaba en la reflexión de la UE sobre su futuro y el diseño del próximo periodo de programación, y que nacía a la luz de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de diciembre de 2015, que aclaraba, definitivamente, el alcance del artículo 349 del TFUE como base jurídica autónoma y suficiente para la ultraperiferia.
La anterior Comunicación, que seguramente recogerá la que está en marcha, recogía el reto de una aplicación sistemática del artículo 349 del TFUE, conciliando en una misma orientación tres objetivos: igualdad de oportunidades, competitividad y proyección exterior, tres dimensiones inseparables que habrían de convertirse en indicadores de toda política pública ambiciosa para las RUP.
También abogaba por una asociación más fuerte entre las RUP, sus Estados miembros, las instituciones europeas, el BEI y los agentes del sector privado es una dimensión esencial aplaudiendo que la Comisión se comprometa a evaluar si se justifica una asignación específica dentro del FSE para las RUP, en base a la singularidad reconocida en el artículo 349 del TFUE.
Apoyaba, por ello, la solicitud del Parlamento y de las RUP para su inclusión en la próxima propuesta reglamentaria del FSE, y – alertaba sobre la importancia estratégica de la accesibilidad (transportes, energía y telecomunicaciones) para las RUP, esencial para el desarrollo endógeno de estas regiones, alejadas y aisladas del continente europeo, y para garantizar la igualdad de trato de sus ciudadanos.
Un paso más
Ahora, bajo presidencia de Ángel Víctor Torres, se afronta una nueva propuesta de renovación a raíz del impacto económico y social del COVID-19. Avalada por el Comité de las Regiones, donde se presentó en diciembre de 2020, la ponencia destaca la situación vulnerable de las RUP y vuelve a insistir en la necesidad de desarrollar la economía verde dentro del Pacto Verde Europeo.
Es un paso más, y otra vez la Comisión Europea decidió prestar atención a las RUP en el marco del Pacto Verde Europeo teniendo en cuenta su vulnerabilidad y sus activos excepcionales, como la biodiversidad y las fuentes de energía renovables. Se aboga por un enfoque y un apoyo específicos en el marco del Fondo de Asilo y Migración y el plan de recuperación de la UE, dada la fragilidad de estos territorios en diversos sectores.
“El nuevo presupuesto para 2021-2027 debe utilizarse para responder a la situación actual y evitar que la crisis social y la pobreza sigan empeorando en nuestros territorios. Hay que poner en marcha urgentemente un apoyo específico al sector turístico reactivando la conectividad a precios competitivos y unificando los criterios epidemiológicos para recuperar la movilidad de modo asequible y accesible. Además, como últimas fronteras de Europa, las RUP piden a la Comisión que elabore una política migratoria basada en la solidaridad con medidas específicas a través del Fondo de Asilo y Migración”, declaraba Torres recientemente.
Torres puso de manifiesto, con acierto, que el informe intermedio sobre la aplicación de la citada estrategia no incluía una evaluación en profundidad, y omitiera medidas esenciales como el desarrollo de la política de cohesión, pilar social de la UE, sobre todo en el marco de las RUP.
En el mismo pleno del Comité de las Regiones, el vicepresidente primero del CdR, el portugués Vasco Alves Cordeiro, clamaba quecon el sector turístico y el transporte aéreo devastados por la pandemia, las regiones ultraperiféricas necesitan más que nunca la solidaridad europea.
Llegamos a estos días con la celebración en Coímbra de una reunión informal de los 27 ministros de Asuntos Europeos, organizada por la Presidencia portuguesa de la UE. Las RUP, como laboratorios del futuro, estuvieron en el centro de los debates de la reunión de ministros, con el objetivo de la Presidencia portuguesa de concienciar mejor a los Estados miembros que no tienen RUP, de los retos y potencialidades que estas regiones ofrecen a Europa, así como las lecciones que se pueden aprender para preparar el futuro de la UE en áreas como la sostenibilidad, la resiliencia, la autonomía estratégica, la transición digital y la juventud.
En el marco de su reunión anual con representantes regionales, la comisaria Elisa Ferreira ha recordado los principales nuevos instrumentos con que contará la UE para relanzar y transformar la economía tras la pandemia de la COVID: REACT-EU, los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia, la Reserva de Ajuste para el Brexit y el Fondo para la Transición Justa. “La calificación de la Política Regional como rígida y compleja es cosa del pasado”, afirmó. ¿Acaso son vientos de cambio, cabe preguntarse? Durante el encuentro, Azores tomó la palabra para pedir que se tenga en cuenta la participación de las regiones con desventajas estructurales y de las RUP en la Conferencia sobre el Futuro de Europa.
Otra noticia de interés que atañe al Gobierno central: el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, confirmó que Canarias mantendrá de forma inalterada y hasta 2027 los fondos de la UE que ha recibido desde 2014 con cargo al Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de las Islas (Posei).
Nuevas comunicaciones para viejos problemas
Leemos este titular y queremos creerlo: “El vicepresidente y consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, afirmó que, pese a las reticencias de la oposición, él no tiene ninguna duda de que el ejecutivo será capaz de ejecutar entre 2021 y 2023 los 630 millones de euros que corresponden a las islas de los fondos europeos React EU”. Esperanza sí que tenemos en la nueva comunicación que se prepara y que se basa en hechos bien ciertos, aunque el calendario indicativo es para el segundo trimestre de 2022.
“Con casi cinco millones de ciudadanos de la UE que viven en los territorios más remotos de la UE, en conjunto, las regiones ultraperiféricas abarcan una proporción de la población de la UE tan grande como la de algunos Estados miembros. Una nueva Comunicación actualizaría, adaptaría y reforzaría la actual asociación estratégica con las regiones ultraperiféricas a los acontecimientos recientes y a las prioridades de la UE, centrándose en la recuperación sostenible, ecológica, digital y justa.”
¿Será un nuevo y acertado diagnóstico o aquí estará el anhelado remedio?