La Euroliga, un premio envenenado

El balance de la temporada 18/19 para el Herbalife Gran Canaria pasa inevitablemente por el exigente debut en la máxima competición continental

El CB Gran Canaria afrontaba en la temporada 18/19 uno de los retos más importantes de su historia: el debut en la Euroliga, la máxima competición continental. Este hito, como hemos podido comprobar con el paso de las jornadas, se convirtió en un premio envenenado para los claretianos, afectando sobremanera a su rendimiento en la Liga Endesa.

A pesar de que los amarillos hicieron un papel más que digno en la Euroliga, consiguiendo un balance de ocho victorias y 22 derrotas, codeándose e incluso superando a equipos de la talla del Khimki, Budocnost o Darussafaka, y acabando en la decimocuarta posición, la tendencia irregular del Granca en Liga Endesa es lo que ha marcado el devenir del equipo para disgusto de los aficionados a final de temporada. Y es que, para un club y una afición acostumbrados a clasificarse y competir en las citas más destacadas de la temporada, quedarse fuera de la Copa del Rey y del play-off por el título suponen un trago difícil de digerir. Finalmente, los claretianos cerrarían la temporada en la 12ª posición, con un balance de 14 victorias y 20 derrotas, a tres victorias de la disputa por las eliminatorias por el título.

Causas de una temporada aciaga

Elección del entrenador.- A nadie se le escapa que la controvertida elección de Salva Maldonado, después de la negativa de Joan Peñarroya, ha sido uno de los mayores errores cometidos en la configuración de un equipo que, a priori, debía aspirar a contratar a  entrenadores de mayor entidad o experiencia en la máxima categoría del basket europeo.

La deriva negativa en ambas competiciones, además del aire derrotista en la atmósfera del Gran Canaria Arena, propiciaron el cese de Maldonado en diciembre. Inesperadamente, el elegido para sustituirle fue Víctor García, hombre de la casa y con amplia experiencia como entrenador ayudante.

Sin embargo, las circunstancias, junto con la dinámica negativa del equipo y su falta de experiencia como primer entrenador en la élite no permitieron mejorar la trayectoria del equipo. Coqueteando con el descenso y en medio de un ambiente enrarecido, Víctor García y la dirección deportiva acuerdan que éste se aparte de las labores de primer entrenador y el club apuesta por uno de los entrenadores más exitosos de la historia amarilla: Pedro Martínez.

Bajo la batuta del catalán y no sin sufrimiento, el equipo logra revertir la mala dinámica consiguiendo la salvación a base de defensa y juego rápido, ingredientes clave en la consecución de éxitos en temporadas previas.

Lesiones.- Por otro lado, las lesiones han sido otros de los factores que han propiciado la irregularidad imperante en el juego amarillo han sido las lesiones. La baja de uno de los referentes ofensivos, Marcus Eriksson, operado de la rodilla antes del comienzo de temporada, sumada a las prolongadas ausencias en la crucial posición de base –Clevin Hannah y Luke Nelson– hicieron que el equipo iniciara esta complicada temporada con el pie izquierdo, sobrecargando de minutos al veterano Albert Oliver y teniendo que recurrir a Nico Radisevic, un jugador polivalente, aunque sin llegar a ser un base puro.

Configuración de la plantilla.- Objetivamente, es justo reconocer la más que exitosa labor de Berdi Pérez como director directivo durante todos estos años, con aciertos en los fichajes año tras año que han permitido elevar el nivel de exigencia del club, llevándolo a competir con los más grandes de España y de Europa, a pesar de contar con presupuestos ajustados y de haber padecido la fuga de las figuras más importantes. Sin embargo, no deberíamos obviar algunos errores, a priori poco relevantes, pero que si hacemos balance corresponde señalar.

En primer lugar, los desaciertos en la posición de base, apostando por Oliver, Hannah (azotado por las lesiones) y Luke Nelson (lesionado indefinidamente), teniendo que recurrir a Radisevic y Josh Magette, quienes pasaron sin pena ni gloria con la temporada ya en curso.

En segundo lugar, la sustitución de Kim Tillie, que venía de una seria lesión y al que le costó meses adaptarse, por un jugador consolidado como Pablo Aguilar.

En tercer lugar, el corte de Chris Evans, uno de los jugadores más inspirados en ataque hasta el momento, por motivos supuestamente extradeportivos. Y por último, la falta de concordancia entre el estilo de los jugadores incorporados con el del entrenador, Salva Maldonado, partidario de un juego abierto necesitado de tiradores, algo que a priori aportaba Marcus Ericsson y que por lesión no se pudo incorporar hasta bien empezada la temporada.

No todo han sido desaciertos.- Por un lado, la incorporación de Pedro Martínez, cuando el equipo más lo necesitaba, supuso un cambio en la dinámica negativa en la que se encontraba el equipo, principalmente a través de su defensa, de un juego rápido y de una obsesión por el orden y los espacios en ataque estático, aspectos que han convertido a Pedro en uno de los entrenadores más cotizados del panorama nacional y que, a su vez, han sido señas de identidad en los mejores años del CB Gran Canaria en la élite. De este modo, se logró la permanencia a falta de dos jornadas, un objetivo que parecía olvidado para el Granca, pero al que se tuvieron que adaptar y enfrentar de manera inesperada.

Igualmente, el fichaje de Jacob Whiley, un jugador a priori desconocido ya que provenía de los Adelaide 36ers de la NBL. Sin embargo, más allá de sus números (más de 16 puntos y una media de 16.5 de valoración), supo trasmitir a sus compañeros y a la afición una espectacularidad e intensidad fuera de lo común. De hecho, su llegada no solo influyó significativamente en el cambio de dinámica del equipo, sino que logró ganarse el corazón del Gran Canaria Arena.

En definitiva, a pesar de los sinsabores de una temporada en la que no se cumplieron las expectativas, el CB Gran Canaria continúa creciendo y, sin duda, la exigencia y la experiencia de haber competido en la Euroliga contribuirán a que siga rompiendo barreras y alcanzando nuevos hitos.

Una temporada irregular de principio a fin

En términos generales, se podría decir que la temporada 18/19 del CB Islas Canarias ha sido lo más parecido a una montaña rusa desde sus inicios. Una temporada en la que tuvieron que hacer frente a la marcha de su entrenador, Maikel López, a Rumanía tras recibir una suculenta oferta. Por si fuera poco, sufrieron una importante reducción de presupuesto al no haber conseguido el ascenso la temporada anterior, a lo que se unió una dudosa planificación de la pretemporada, iniciando los entrenamientos prácticamente sin jugadoras de la primera plantilla.

Precisamente el hecho de no haber ascendido la temporada anterior, donde quedaron a un paso del ascenso a la Liga Día y, como consecuencia, la considerable reducción de presupuesto y de aportaciones de las instituciones públicas, fueron en gran medida los causantes de la inestabilidad de la temporada:

Por un lado, la marcha del entrenador principal, Maikel López, al no poder igualarle el salario de la temporada anterior. Nauzet Alvarado, su segundo, le sustituyó temporalmente hasta la positiva llegada de Samuel Sosa, entrenador que sacó al equipo de las posiciones bajas de la tabla, cambiando drásticamente la dinámica negativa en la que se encontraban y a punto de obrar el milagro de clasificarse para las eliminatorias por el ascenso. Pero más allá de esto, lo más destacable es la recuperación del espíritu competitivo y del gen ganador que ha caracterizado a este club a través de los años.

Por el otro, la marcha de la hasta el momento capitana, Estela Royo, sumado al comienzo de la pretemporada prácticamente sin efectivos de la primera plantilla, hicieron que el comienzo no fuera el esperado.

A pesar de una temporada irregular, las amarillas finalmente se clasifican en la novena plaza, con un balance de 13 victorias y 13 derrotas. Las dificultades vividas durante esta complicada campaña deben servir a las amarillas para consolidar los valores en los que históricamente se han fundamentado sus éxitos, y que quizás el club no fue capaz de mantener durante gran parte del curso: estabilidad, cantera y un gran acierto en los fichajes. Además, es importante realizar un llamamiento a las instituciones para que no dejen de apoyar un proyecto que, a base de trabajo y buen hacer, no ha parado de dar alegrías a la afición grancanaria, desde las canchas del Rodríguez Monroy hasta el pabellón de La Paterna.

Facebook
Twitter
LinkedIn
COrreo-e
Imprimir

Patrocinadores

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad