La proximidad periodística, como en todo, se hace cada vez más importante y exigente
Cuando mi estimado Juan Ruiz me llamó para este artículo y versarlo por la situación que vivimos, a día de hoy, generada por la Covid o el COVID-19, me vino a la mente algo que llevo defendiendo y peleando los últimos veinte años de profesión. Por un lado la autonomía de las empresas de comunicación, las oportunidades a los más jóvenes sin obviar los experimentados (uso el término para ambos géneros, lo especifico porque si no…) y por otro, la vital importancia de la información más cercana, más de tu zona, más de ti, algo que te preocupa, como también te preocupa y ocupa lo que ocurre en tu país y en el mundo, una información y comunicación cercana cada día más enlatada, sesgada y en la que los medios nacionales, sólo aparecen cuando es algo muy, muy , muy, amarillo. No es una crítica voraz hacia ellos, es una descripción de la realidad que les lleva a esa parte del tablero y con la que debemos plantarnos.
Las grandes empresas de comunicación sin socios locales (no crecen ni conocen la realidad sobre el terreno) y las locales o llamadas despectivamente provincias, tampoco pueden-podemos subsistir sin el apoyo de las nacionales. Es tan real como respirar.
Los gobiernos autonómicos (da igual el signo político) deben entender este axioma básico y fundamental para el correcto desarrollo de todos; también las empresas privadas, las magnas, las pymes y los autónomos deben implicarse y apoyar, pero no solo con un bocadillo y una coca cola, o para callar al pesado-a de turno que les llama para contratar, convencer, entablar la pertinente campaña publicitaria.
Sociedad moderna, opiniones y Twitter.- Una sociedad moderna que quiere crecer requiere de una información aséptica, una comunicación directa y basada en los hechos para una vez contados poder analizarlos y opinarlos. Eso sí, para opinar y sentar cátedra (no vale Twitter) aquellas y aquellos que se lo hayan ganado con el tiempo y con el trabajo de campo, deben-debemos pensar antes de emitir un juicio de valor que pesa y que luego trae sus consecuencias. El trabajo duro en las redacciones da la experiencia, errores y aciertos y para eso debemos dar oportunidades a los más jóvenes, aunque también tienen que ganárselas.
¿Cómo se consigue en una sociedad moderna? Como toda la vida, siendo aplicados, estando en la línea y con formación, una formación que no sólo debe ser la universitaria. Una formación que empieza en casa, sigue por la curiosidad del individuo-a y, al mismo tiempo, regada por dotar de más autonomía a los medios de comunicación, autonomía económica y así crear profesionales que sigan con este oficio. Un oficio de proximidad, y con inputs humanos, nunca para desprestigiar y sí para contar la verdad. Ojo, tampoco vale acuñar la frase: hago periodismo y no amigos, porque sin amigos, confianza, lealtad, fidelidad, no consigues amigos y por tanto, tampoco las noticias, que es la esencia y la base del periodismo.
El confinamiento.- La referencia de la información más cercana se hizo patente a medida que pasaban los días en el confinamiento. ¿Por qué? Porque una vez teníamos los datos, los hechos de la pandemia a nivel mundial y nacional, demandábamos la inmediatez de lo que ocurría en nuestra Comunidad Autónoma.
La proximidad periodística, como en todo, se hace cada vez más importante y exigente puesto que la lejanía, sobre todo de Canarias, con el resto del país es clara y rotunda -no estoy llevando a cabo un alegato político- sencillamente, describo mi vivencia.
La propiedad.- En mi visión, como comunicador, redactor y propietario de medios de comunicación he comprobado que los medios no pueden ser de empresarios que no se dediquen y conozcan el oficio y tampoco solo de un periodista, porque además, no son buenos gestores. Por desgracia, esto está comprobado.
Por tanto, esto nos lleva a una diatriba elemental que deben coexistir y convivir, pero sabiendo cada uno su rol. También el periodista, que debe saber que todo no se puede contar de un tajo. Las noticias llevan una maduración y un porqué.
El futuro.- Como veo las cosas, el futuro de este oficio pasa por varios caminos largos, pero sobre todo, en el equilibrio de poderes y por la capacidad de cada uno de llevar las críticas y ser autocríticos, de tener claro, por parte del gobierno central y regionales de la fuerza y necesidad de una información veraz y de cada lugar y sin los radicalismos que estamos viendo en los últimos años. Afortunadamente, el dictador murió en noviembre del 75.