Unidad para ganar el futuro de Tenerife

Gobierne quien gobierne, la cosa pública sigue tan empantanada como antes, es decir, en un encefalograma plano y una falta de liderazgo evidente

Tenerife adolece de salud y economía. La sensación de parálisis provocada por la pandemia del coronavirus no se diluye y dibuja un camino empedrado hacia la recuperación. Observar nuestras zonas turísticas del Sur y del Norte casi vacías es una realidad difícil de digerir. En unos meses, quizás en la temporada de invierno, los hoteles volverán a cobrar vida, las playas se llenarán y los paseos volverán a vibrar y a sonar. Falta el turismo, motor, nos guste o no, de la economía de la Isla. Porque el turismo y los subsectores que alimenta emplea al 50% de la población.

Decía que falta salud. Sí. Es el mayor de nuestros problemas. El covid-19 ha acabado con la vida de casi 800 canarios, ha afectado a cerca de 64.000 y aún mantiene 4.500 casos activos. La pandemia encerró durante tres meses a la población, el Gobierno estatal se equivocó al levantar el estado de alarma y al permitir rostros sin mascarillas al aire libre y la población, en líneas generales, se relajó. Pese al empeño de las autoridades regionales por inventar restricciones y nuevas medidas de control, los canarios decidieron olvidar las normas y distraerse de un coronavirus que se cuela por la menor de las rendijas. Y esta actitud ha arruinado la campaña de verano en Tenerife y en el resto del Archipiélago. Canarias ya no cuenta los turistas por millones (14, 15, casi 16), sino por unos pocos puñados de miles. Sin salud, no hay economía. Si los países emisores siguen comprobando los altísimos niveles de contagios y observan el mapa en rojo, los turistas no vendrán y la economía languidecerá.

Sin turismo no hay economía porque no hay empleo. Y más vale que la fórmula de los ERTE (aún quedan 51.000 isleños en sus casas) ha salvado del hambre y de la pobreza a miles de familias. La buena noticia es que los ERTE permanecerán más allá del 30 de septiembre; la mala, que muchas empresas no van a poder sobrevivir y quebrarán, dejando a miles de trabajadores en el paro. El desempleo, con los datos de junio en la mano, sigue golpeando a las Islas. Aunque el oxígeno llegó para 2.942 personas el mes pasado, el Archipiélago soporta 12.761 desempleos más que hace un año. Es la realidad: Canarias registró en junio un total de 274.475 parados. Por provincias, Las Palmas cuenta con 143.401 parados y Santa Cruz de Tenerife, con 131.074 desempleados, lo que da idea de la tragedia del mercado laboral.

Es tan solo una sensación, pero no cabe duda de que la Isla solo saldrá adelante y vislumbrará un futuro de liderazgo dentro del Archipiélago si caminan de la mano políticos, empresarios y, por supuesto, todos los tinerfeños

Es tal la situación que el Cabildo de Tenerife y la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife han tenido que lanzar el novedoso Programa 45+. Se trata de una apuesta para dotar a las personas paradas de larga duración con entre 45 y 60 años de unas competencias digitales que sirvan para mejorar su empleabilidad y posibiliten su incorporación al mercado laboral. Es una consecuencia directa del drama laboral que sufre este sector vulnerable de la población. Así, el 52% de los 118.778 desempleados registrados en la Isla en junio estaban dentro de esta franja de edad.

Este interesante programa, ejecutado por la Cámara y cofinanciado por el Fondo Social Europeo y el Cabildo, pretende paliar la grave situación económica en la que se encuentra el colectivo de personas mayores de 45 años a consecuencia de la crisis actual derivada de la pandemia del coronavirus. Una crisis, además, que ha provocado un gran salto hacia la digitalización por parte de las empresas, que ahora demandan profesionales cualificados con conocimientos que hace un año no resultaban tan imprescindibles. Estas dos realidades, la del gran número de mayores desempleados en la Isla y las nuevas necesidades tecnológicas, son las que pretende unir esta iniciativa. Por el momento carece de una ficha financiera exacta a la espera de conocer cuánta gente se quiere sumar porque se trata de una convocatoria abierta.

Según datos del Observatorio de Empleo de Canarias y el Instituto Canario de Estadística, junio finalizó en Tenerife con un total de 61.572 personas desempleadas que forman parte de este colectivo. Esta cifra supone 5.111 más que en el mismo mes de 2020. En datos relativos, este segmento poblacional supone el 52% del total de parados de la Isla. Otro dato demoledor, dado a conocer durante la presentación del proyecto por la directora general de la Cámara, Lola Pérez, es que en apenas año y medio se ha casi duplicado la cifra de desempleados de esa edad. De 38.000 en 2019 a los 61.571 actuales.

Esta es la situación de Tenerife: desempleo, ausencia de turistas, falta de infraestructuras, parálisis en obras y proyectos y, por si fuera poco, lentitud en la vacunación.

En el último Debate sobre el Estado de la Isla se habló mucho del pasado y poco del futuro. Reproches a las décadas de gobierno nacionalista y escasez de talante para afrontar los verdaderos problemas de Tenerife. Es tan solo una sensación, pero no cabe duda de que la Isla solo saldrá adelante y vislumbrará un futuro de liderazgo dentro del Archipiélago si caminan de la mano la clase política, los empresarios y, por supuesto, todos los tinerfeños. Ahora toca un mayor esfuerzo, es momento de trabajar con ahínco, de lograr una correcta gestión de los fondos europeos y estatales. Si bien se han gastado ya millones de euros en la Isla, sobre todo en atención social (aplauso), la reconstrucción exige bastantes más. Básicamente los que van a llegar desde el Estado o de Bruselas.

Tenerife necesita proyectos, desarrollo, futuro. Hace unas fechas leía al presidente de la patronal de la construcción tinerfeña (Fepeco), Óscar Izquierdo, que acostumbra a hablar alto y claro. Criticaba la parálisis de desarrollo de Tenerife y reconocía que en buena medida se debe a la falta de espíritu reivindicativo de los empresarios de la Isla. En su opinión, tienen “miedo a hablar públicamente”, mientras que eso es algo que no ocurre en la provincia oriental, donde la Confederación es muy activa a la hora de reclamar obras e infraestructuras, además de servir de aglutinante para poner de acuerdo a la sociedad y sacar adelante proyectos como la circunvalación o el tren.

De acuerdo. Izquierdo es consciente de que su organización, Fepeco, puede ser tratada de insularista, pero no le preocupa porque “cada isla tiene sus peculiaridades”. “Yo admiro la capacidad que tiene Gran Canaria, lo digo con franqueza”, explica, “pero lo que ocurre es que se está situando allí la capital económica de las Islas mientras que Tenerife se queda como un pueblo grande, bucólico y bonito”. Es la realidad y hay que evitarlo. Pero no para pleitear, sino para progresar.

Gobierne quien gobierne, la cosa pública sigue tan empantanada como antes, es decir, en un encefalograma plano. Sufrimos una falta de liderazgo evidente, que está profundizándose y parte de culpa ha tenido la pandemia, y falta culminar proyectos. ¿Dónde están los terceros carriles de las autopistas? ¿Y los trenes al Norte y al Sur? ¿Y el tranvía a Los Rodeos y Las Teresitas? ¿Y la Regasificadora del Puerto de Granadilla? Tampoco figura el Puerto de Fonsalía y languidece el de Santa Cruz. También lo dicen los empresarios: estamos asistiendo perplejos a un estudiado plan para debilitar el Puerto de la capital en beneficio del de Las Palmas. Se ve desde tierra y más claro desde el aire.

Falta reacción, falta unión. Vamos.

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