Si 2020 pasará a la historia por el confinamiento y los estragos de un virus hasta ese momento desconocido, para el que ya había vacunas apenas nueve meses después de su identificación, 2021 será para las canarias y los canarios el año del volcán de Cumbre Vieja, en el Valle de Aridane, el año en que la tierra volvió a recordarnos nuestras raíces más profundas y naturales, las marcas que componen esa trilogía tan sentida: la de sol, lava y sal.
Desde el inicio, nuestro principal objetivo se centró en evitar muertes o heridos por la erupción y eso se consiguió tras una respuesta ejemplar de la sociedad civil, las fuerzas de seguridad y las administraciones públicas, sin olvidar a la ciencia, que impidió una tragedia mayor con sus precisas previsiones.
La recuperación total de La Palma tardará y nunca podremos devolver a los afectados lo que tenían, pero también hay pruebas de que la rápida reacción pública ante esa emergencia natural, apoyada en la óptima coordinación de medios y la unidad de acción, carece de precedentes en España. Sin duda, este ha de seguir siendo el camino ante esa catástrofe, ahora para seguir cerrando las heridas.
La Asociación de la Prensa de Tenerife me pide un resumen de 2021 y me resulta inevitable comenzar por un volcán que, como ha ocurrido con la pandemia y su efecto de turismo cero en las islas, casi ciencia ficción poco antes, marcará a esta generación de canarios y canarias.
Sin embargo, 2021 también pasará a la historia por otro gran triunfo de la ciencia: la eficacia de las vacunas contra la covid. Esto resultó clave para que, desde el segundo trimestre de 2021, cuando comenzaron a relajarse las restricciones, Canarias iniciara una paulatina recuperación económica que aún continúa con fuerza y que le ha permitido reducir el paro a cifras desconocidas desde 2008 en este 2022, retomar con fuerza la actividad turística y seguir con la decidida apuesta del Gobierno de Canarias por los servicios básicos y el estado del bienestar, por una economía más solidaria y por la transformación verde.
En ese camino, otro de los hitos de 2021, firmado el 2 de diciembre, fue el Pacto de los Jameos del Agua, en el que una amplísima representación de la sociedad civil, empresarial y política de las islas se comprometió con la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible 2030, en busca de un futuro mucho más verde que contrarrestree en lo posible el cambio climático. Una Agenda, no obstante, que no solo marca objetivos para Canarias más ambiciosos en sostenibilidad que los de la propia ONU, sino que sirve de guía para una sociedad más justa y equilibrada, con más igualdad de oportunidades y con una economía que redistribuya mejor la riqueza. Son metas, en definitiva, que trascienden a los gobiernos y nos interpelan a todos. Sin duda, un gran salto adelante que prueba la fuerza del diálogo y el consenso. También la apuesta decidida e irrevocable de este Gobierno por un modelo que aspire a la sostenibilidad integral.
La prioridad absoluta que la damos a la educación, la sanidad y los derechos sociales volvió a evidenciarse en los Presupuestos autonómicos de 2021, que subieron el 5% respecto a 2020 (hasta los 9.501 millones). Además, a finales de 2021, en una práctica asentada en esta legislatura, poco habitual antes, el Parlamento aprobó las nuevas cuentas para 2022, que siguieron en la senda del crecimiento, con el 7,3% más.
El Presupuesto es una de las normas más importantes de cualquier administración pública y, en los tres que ya hemos aprobado o en el de 2023 que estamos elaborando, la apuesta por los servicios básicos no solo resulta contundente, sino que se ha traducido, por ejemplo, en la contratación de 7.000 nuevos sanitarios y 3.000 docentes más, personal que se ha mantenido más allá de los picos de la covid y pese a incertidumbres actuales.
En 2021, Canarias demostró, otra vez, que la defensa firme de sus singularidades ante el Gobierno de España o la Unión Europea es perfectamente compatible con el diálogo y la negociación, con tender la mano y ser firmes sin lamentaciones. De hecho, en el pasado ejercicio se confirmaron logros sin precedentes, como la prórroga durante un año del periodo para materializar la RIC debido a los efectos de la pandemia o que, para siempre, exista el 80% de diferencial fiscal respecto al resto de España en las deducciones por inversiones en producciones audiovisuales (el llamado REF del cine).
También se encaminó la solución a reclamaciones sobre el convenio de carreteras, ya resuelto al cien por cien, y se avanzó en la siempre difícil transferencia de competencias en costas, finalmente firmada el pasado julio de 2022, con el objetivo de que ejerzamos estas nuevas funciones administrativas desde el 1 de enero de 2023.
En el complejo e inolvidable año del volcán, Canarias no solo asentó las bases de una robusta recuperación y consolidó su estado de bienestar, sino que consiguió unos hitos competenciales que nos harán mejores y que servirán de referentes.
Y en eso debemos seguir trabajando, en ser un modelo, un ejemplo, como así ocurrirá del 13 al 16 de diciembre de este año al acoger la Conferencia Ministerial del Comité de Política de Economía Digital de la OCDE, la primera vez que se celebra en Europa. También se refleja en nuestra aspiración, apoyada por el Gobierno de España, a ser sede de la Agencia Europea del Turismo, así como de la Agencia Espacial Española, lo que nos daría un salto considerable en nuestra posición mundial y reforzaría nuestro liderazgo turístico y la apuesta por la ciencia.
Esa es la Canarias que se está construyendo para el futuro; una Canarias que representa un ejemplo de gestión y compromiso, de diálogo y unidad; en definitiva, un modelo de liderazgo en el que hay que ahondar al máximo. Solo así, siendo propositivos, pasando del lamento a la acción, nuestras islas sabrán aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten.
