Casa África es un consorcio público atípico, dedicado a una disciplina particular denominada diplomacia pública y en el que confluyen el ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, el gobierno de Canarias y el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad donde se sitúa su sede. Su lema es África y España, cada vez más cerca y su labor se resume en promover este acercamiento entre pueblos y culturas, favorecer el conocimiento mutuo y fortalecer las relaciones y redes de trabajo entre africanos y españoles, de nuevo, con un interés particular en poner a Canarias en el centro de estas relaciones. Esta última condición es algo inevitable, porque Casa África se ubica en Canarias a raíz de la denominada crisis de los cayucos y se inserta en el tejido sociocultural de las islas como espacio abierto de debate, encuentro y participación ciudadana. Para lograr este objetivo y desde su nacimiento en el año 2006, Casa África organiza una enorme variedad de actividades económicas, sociales, culturales, institucionales y políticas tanto en territorio español como en países africanos.
Casa África se enfrenta, desde 2006, a un trabajo ingente en lo que se refiere a la comunicación y las relaciones con los medios, desafiando un panorama en el que se une a la palabra África una enorme cantidad de estereotipos, clichés, desinformación, miedos, ignorancia y, en general, mala prensa. Abonada habitualmente a la sección de sucesos y marginalmente en internacional, África es noticia por enfermedades, guerras, hambrunas, pobreza y desastres de todo tipo, transmitiendo una imagen pasiva, desvalida, monolítica y terrible. Las dramáticas imágenes de cayucos y pateras que arriban a las costas de Canarias crean en la ciudadanía la percepción de un continente sin esperanza, abandonado a su suerte y del que hay que huir.
Ante este falso marco general, injusto y reduccionista, Casa África se embarca desde hace ya casi veinte años en la promoción activa de narrativas disidentes sobre África y los africanos, con la misión autoimpuesta de que los medios de comunicación españoles hablen más y mejor del continente y sus habitantes y de que nuestra opinión pública se informe adecuadamente sobre las realidades africanas. Lo hacemos porque es de justicia: los estereotipos negativos y simplistas contribuyen a una percepción distorsionada del continente y tienen consecuencias reales para su desarrollo. Pero también lo hacemos porque nuestra visión inexacta y sesgada del continente tiene consecuencias negativas para nuestra propia comprensión del mundo y nuestro propio desarrollo, alejándonos de oportunidades y sinergias potenciales.
Nuestro trabajo en este sentido adopta formas diferentes: organizamos en colaboración con el ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y otros socios, como la Fundación Anesvad, el Encuentro de Periodistas África-España, una iniciativa que pretende crear redes de colaboración y conocimiento de periodistas africanos y españoles. Casa África también pone en valor el trabajo de periodistas especializados y corresponsales españoles en África a través de ciclos de conferencias como #ÁfricaEsNoticia y el premio Saliou Traoré de periodismo en español sobre África, organizado en colaboración con la agencia EFE desde 2019. Además, y conocedora del impacto de la desinformación en el contexto global, una realidad de la que no escapa África, Casa África ha convertido la lucha contra los bulos en uno de los pilares de su trabajo con periodistas. En 2020, la institución centró su III Encuentro de Periodistas en la Desinformación, reuniendo a los principales medios españoles de verificación y algunas contrapartes africanas en Nairobi, Kenia. Esta iniciativa derivó en una formación especializada para periodistas africanos y españoles, ahora en colaboración con las embajadas de España sobre el terreno, que aborda temas como la verificación inversa de imágenes, búsquedas avanzadas en internet, elaboración de desmentidos y técnicas de manipulación utilizadas por los desinformadores. Hemos llevado esta formación a Nigeria, Namibia, Kenia y Ghana y pronto viajará a Mali, centrándose en las migraciones. También pretendemos trasladar la iniciativa al formato de un taller #PeriodismoAfrica diseñado para los periodistas canarios que se interesan por el continente y quieren profundizar en su conocimiento y mejorar la información que reciben y producen de la mano de expertos africanos y españoles.
Todo este trabajo forma parte del quehacer del área de Medios de Comunicación de Casa África, conformada en este momento por los periodistas Joan Tusell Prats y Ángeles Jurado Quintana, y se añade a labores cotidianas como el enlace con medios de comunicación y periodistas que buscan fuentes, información y apoyo en su trabajo; la elaboración de un dosier diario de noticias que se distribuye gratuitamente por correo electrónico y el diseño y lanzamiento de publicaciones específicas como la Guía para los periodistas españoles que cubrieron el Mundial de Fútbol de Sudáfrica en 2010 o el cuaderno africano titulado Si hablas de nosotros…, que incluye reflexiones de once periodistas africanos y propuestas para mejorar la información que en Occidente se elabora sobre su continente. Una labor, como ven, inconmensurable y variada, que busca siempre nuevos socios y formatos para expandirse y llegar a más públicos.
Casa África también es consciente de que la labor de alfabetización mediática empieza en los hogares y las familias, así que trabaja con instituciones educativas para acercar formaciones sobre la desinformación para promover la identificación del discurso de odio contra los migrantes y los bulos racistas, su desmentido y la promoción de otro tipo de narrativas y enfoques entre ellos. Lo hacemos de la mano de especialistas como Maldita y en contacto directo con profesores, bibliotecarios, documentalistas y alumnado.
Esta inquietud divulgadora y de acercamiento a la ciudadanía va, sin embargo, más allá de desinformación, medios sociales y medios de comunicación y se plasma en una iniciativa pedagógica, Enseñar África, que surgió ante la evidencia del escaso conocimiento sobre África por parte de los adolescentes españoles. Tras la realización de estudios previos, en el seno de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, sobre las percepciones del alumnado de secundaria acerca de África y sobre la presencia de África en los manuales escolares, creamos este proyecto educativo, cuyo principal objetivo es trasladar a los estudiantes españoles una visión plural y diversa de África mediante la incorporación en su formación de una unidad didáctica que aborda diversos temas relacionados con el continente vecino. Se contó con universidades africanas para diseñar esta unidad didáctica, que aborda ocho temas de gran interés para la comprensión de la realidad africana, la más cercana a Canarias y sin embargo tan distorsionada por el desconocimiento y los estereotipos. Se trata de un proyecto en continua evolución y adaptación a los tiempos que corren, ofertado por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias a los centros de todas las islas y que goza de una creciente popularidad.
Desinformación en África
Algunos expertos sostienen que la desinformación, o la propagación de información falsa o engañosa, presenta desafíos únicos en África. Sin embargo, lo cierto es que la desinformación que conocemos y sufrimos en Occidente no es tan diferente de la que está presente en África: las elecciones o la migración son temas propicios a la confrontación y la expansión de bulos, además de amenazar la convivencia y la cohesión social. Aquí como allá, hay quienes instrumentalizan la diversidad, convirtiéndola en un terreno de batalla en el que las tensiones socioeconómicas y políticas se tintan con los colores de la etnia o la pertenencia a una comunidad. Las campañas de desinformación a menudo explotan estas divisiones, exacerbando conflictos y socavando posibles esfuerzos conducentes a la paz y la reconciliación, en muchos casos informales, desde la sociedad civil y, sobre todo, en manos de jóvenes y mujeres.
Hay expertos que estudian la influencia de actores externos en la desinformación en África. El profesor Dani Madrid Morales, con el que hemos trabajado en diversas ocasiones, estudia fundamentalmente la que se genera desde China y Rusia y en el contexto de cuatro países africanos. Opina que la percepción negativa de Estados Unidos en algunos países facilita la aceptación de narrativas desinformadoras provenientes de China y Rusia. Lo mismo se podría afirmar de las narrativas antifrancesas en el contexto del Sahel y sus antiguas colonias africanas. Los expertos saben que el continente africano no es ajeno a la tendencia global a diseñar narrativas desestabilizadoras, con la intención de promover los intereses geopolíticos de determinadas potencias, y que pueden socavar la confianza en las instituciones democráticas y dificultar la gobernanza. Aquí añadiría que es muy importante recordar el rol histórico de los medios occidentales y de nuestra cultura popular en la perpetuación de estereotipos negativos sobre África, lo que a su vez puede contribuir a la vulnerabilidad del continente a la desinformación y a campañas de bulos en las sociedades occidentales.
La desinformación en África es un problema complejo que requiere soluciones adaptadas a sus contextos específicos, como fortalecer la infraestructura digital, promover la alfabetización mediática, apoyar a los medios de verificación independientes y fomentar la colaboración entre periodistas africanos y de otros territorios. Además, es crucial abordar las causas subyacentes de la vulnerabilidad a la desinformación, como la pobreza, la desigualdad y la falta de acceso a la educación.
Casa África intenta poner su grano de arena en la promoción de voces africanas en los medios, la proliferación de historias diversas, la contextualización de la realidad, la creación de redes de trabajo trasfronterizas y toda una batería de iniciativas y proyectos destinada a, como escribía en las primeras líneas de este texto, mejorar y ampliar la información sobre el continente que aparece en nuestros medios.
José Naranjo, Juan Manuel Pardellas, Nicolás Castellano, Salvador García, Txema Santana y Laura Gallego son algunos nombres de periodistas que han dedicado sus carreras (o parte de ellas) a cubrir el continente africano y que son originarios de nuestra tierra. Entre los nuevos nombres que figuran en páginas y ondas están los de Martina Andrés, Oscar Gelis o Nicolás Orozco, todos en prácticas en comunicación de Casa África en algún momento de sus trayectorias profesionales y que se añaden a otros jóvenes valores como Èlia Borràs o Jaume Portell.
Este incremento en la especialización se ve impulsado en parte por el trabajo de instituciones como Casa África, que se dedica a promover el conocimiento mutuo y fortalecer las relaciones entre España y los países africanos y a favorecer que se perciba a los africanos como fuentes, recursos y expertos por los periodistas españoles, además de proponerlos como colegas con los que trabajar, firmar e investigar. La llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha revolucionado el periodismo en general y el periodismo africanista en particular e internet abre un espacio para que se cuenten historias africanas que antes no tenían cabida en los medios tradicionales. Nos enfrentamos a desafíos comunes ante los que todos tenemos granitos de arena e información que aportar.
No puedo dejar de ser optimista y reseñar que se da una evolución positiva en nuestro panorama mediático en relación con África en los últimos años: los futuros profesionales del periodismo no tienen miedo de especializarse en el continente y están dispuestos a cuestionar la imagen estereotipada que se ha fosilizado durante tanto tiempo. Tampoco temen cooperar con contrapartes africanos, con horizontalidad y relaciones de igual a igual, para construir una comprensión más precisa y matizada del continente africano.
Nuestra labor da frutos, pero también remamos a favor de un contexto donde nos cuestionamos formas de saber, informar y estar en el mundo. La de la desinformación es la última batalla, que nos afecta globalmente, y la labor de Casa África, en este sentido, se centra en compartir experiencias y herramientas para favorecer la circulación de información veraz y contrastada, luchar contra los bulos y combatir los discursos de odio, siempre aprendiendo mutuamente y apoyándonos en redes de trabajo hispanoafricanas que trascienden fronteras.