A las puertas del último año de legislatura podemos hablar, naturalmente de modo provisional, de compromisos cumplidos y objetivos alcanzados, dentro de un propósito general, expresado en julio de 2007, de abrir el Parlamento de Canarias a las inquietudes y preocupaciones de los habitantes del Archipiélago, de facilitar las tareas parlamentarias mediante una reglamentación adecuada a los tiempos que corren, y de restaurar el núcleo central del complejo parlamentario para garantizar la seguridad de las personas y de los bienes artísticos que atesora la Casa de todos los canarios. Tres años después, podemos manifestar, sin pecar de triunfalismo, que nuestro Parlamento está más cerca de todos los hogares canarios y, por tanto, de todos los ciudadanos a quienes tenemos el honor de representar.
En esa tarea se empeñó la Mesa del Parlamento y cuantos trabajamos cada día en la primera institución política de las islas. Tal y como ocurrió en los dos años anteriores, durante el pasado 2009 se celebraron más de ciento setenta actos, entre los que se incluyen conmemoraciones, recepciones y visitas institucionales del más alto rango (representantes diplomáticos y consulares, autoridades de la economía, la ciencia y la cultura), encuentros con colectivos artísticos, sociales y vecinales, actividades específicas para los escolares de todos los niveles, presentaciones de libros del más variado tenor, convenios con entidades culturales y filantrópicas, y exposiciones artísticas y temáticas.
Esa apertura pasa también por la implicación del Parlamento en la promoción y apoyo de todas aquellas actividades que posibilitan que la sociedad canaria mantenga su ritmo de constante evolución en áreas de estudios relativamente nuevas como la informática, íntimamente ligada al desarrollo de las comunicaciones y al intercambio de tecnologías; y, además, para impulsar a nuestra comunidad científica a la vanguardia en materias que trascienden las fronteras de este mundo, como la astrofísica. En nuestros cometidos centrales de elaborar leyes y controlar la acción del gobierno, la actividad ha sido igualmente intensa, a niveles que, hasta la fecha, jamás se habían alcanzado y que, prácticamente, han colapsado nuestra actual aplicación informática por el ingente número de iniciativas de todo tipo que, desde el verano de 2007, se han presentado para su tramitación.
Con la aplicación del nuevo Reglamento, elaborado y aprobado en esta Legislatura con la participación y el consenso de todos los grupos políticos y mediante el Plan de Modernización, aprobado por nuestros órganos de gobierno, que contempla la aplicación de las nuevas tecnologías a nuestras actividades, y con la aplicación del nuevo Reglamento elaborado con la participación y consenso de todos los grupos políticos, se apuesta decididamente por la mejora del funcionamiento de la Cámara, que debe ser una institución moderna, cercana al ciudadano, eficaz y respetuosa con los nuevos parámetros de ahorro y conservación medioambiental exigibles en los tiempos que corren.
Por último, a la Mesa actual le tocó la difícil decisión de acometer la restauración integral del Salón de Plenos y dependencias anejas, que no admitía demora por la gravedad de los problemas estructurales, los riesgos para la seguridad y para su valiosa dotación artística. Durante el periodo de obras, ocho meses, continuamos con el desenvolvimiento de todas nuestras actividades dentro del complejo parlamentario. Gracias también al ejemplar comportamiento de los diputados, los funcionarios de esta Casa y los medios que cubren la información parlamentaria, las sesiones plenarias (once fuera del hemiciclo) se celebraron en nuestro Salón de Actos; mientras, la eficaz actuación de los técnicos y trabajadores permitió también que, junto a lo proyectado, se mejoraran los sistemas de votación informática y de megafonía del local.
Afrontamos el tramo final de la VII Legislatura, de notorio protagonismo dentro de la etapa democrática, con el ánimo con que la abrimos hace más de tres años; respondemos con nuestra mejor disposición al mandato de nuestros electores que, en horas difíciles, nos reclaman esfuerzos conjuntos y voluntad de entendimiento para garantizar el futuro.
