El camino hacia el éxito está lleno de dificultades. Muchos son los deportistas que ven en David Silva, Pedro Rodríguez, Carla Suárez o Dani Sarmiento un modelo a seguir, por no hablar de asturianos, argentinos o portugueses algo más idolatrados. Dar pasos en falso se castiga con un fracaso, buscado por la necesidad de querer ser algo que aún no se es; o por no respetar la travesía que va desde la formación de la base hasta el perfeccionamiento del deporte profesional.
En la decisiva fase de crecimiento del deportista, que también es persona, debe prevalecer un intercambio de actitudes entre padre(s)-hijo(s)-entrenador(es). No se trata, a través de esta vía, de hacer un juicio moral del comportamiento que algunos progenitores-maestros tienen con sus hijos o a favor de ellos. Pero en ocasiones, la (buena) aptitud de unos y la (mala) actitud de otros convergen en una mezcla de intereses que sólo va en perjuicio de la formación que, al fin y al cabo, es uno de los objetivos esenciales del deporte base. Por ello, parece indispensable que los responsables de la educación del menor mantengan una fluida comunicación, una misma línea, un objetivo común, que se clarifique cuál es el camino a seguir, sobre todo en lo que se refiere a la competición, ya que esta, a ciertas edades, debe presentarse más como un plus de motivación que como una demostración de cualidades.
Y todo debe acordarse a través de lo que se conoce por triángulo deportivo: entrenador-deportista-padre. La comunicación debe ser la base del trabajo, teniendo en cuenta que el principal beneficiado o perjudicado va a ser el niño. Un buen entendimiento entre todas las partes fomentará el desarrollo socio-deportivo y reducirá la aparición de problemas. En Canarias, algunos clubes apuestan por este camino, pero muchos otros están a años luz, sobre todo por falta de recursos económicos. Aunque para ello existen otras vías: internet, cursos municipales… En los últimos meses, en varias ciudades españolas se han ofertado cursos relacionados con la formación del deportista y muchos técnicos han optado por utilizar las nuevas tecnologías para estar cerca de los padres, para intercambiar opiniones y dar una nueva vía de comunicación.
Y todo esto para favorecer los intereses del deportista, para que los progenitores confíen en los profesionales y para que la motivación sea un pilar más en la formación del niño, porque no sólo debe valorarse la actitud, también la persona, el control emocional, el compañerismo, etcétera. Porque la práctica deportiva tiene muchos aspectos positivos para el niño: aprendizaje de los patrones motores básicos, desarrollo de cualidades, actitudes y habilidades psicológicas, diversión…. Además, se debe tener en cuenta que una práctica deportiva inadecuada podría arrastrar consecuencias para toda la vida: problemas físicos, sobre todo lesiones, desconfianza, falta de autocontrol, déficit en habilidades sociales, etcétera. Y todo esto no está tan lejos, lo tenemos en las islas. No sólo es teoría, también es realidad, a veces imperceptible, pero dañina. Por ello, es necesario un cambio, un paso hacia el futuro, el mañana de nuestros hijos.
Es evidente y estimable el esfuerzo que hacen muchos padres, más en tiempos de crisis. No podemos obviar que el deporte cuesta dinero, que las comunidades autónomas españolas redujeron su apuesta presupuestaria casi un tres por ciento y que en Canarias el gasto medio por habitante es de 5,66 euros, el menor de todo el país (por hacer una comparación, Navarra invierte diez veces más). Desde esta perspectiva se puede entender mejor la exigencia que tienen los padres con sus hijos, resumida en una fórmula: inversión = resultados, un método inequívoco del concepto que debe suponer el deporte base. Evidentemente, y a pesar de que no se debe valorar en demasía los resultados, no se puede olvidar lo que algunos clubes o deportistas canarios han conseguido a lo largo del 2009.
Algunos (buenos) resultados
Así, en el análisis de los más destacados éxitos de nuestros deportistas en proceso de formación, y comenzando por la histórica competencia entre fútbol y baloncesto, este último sale reforzado en cuanto a méritos se refiere. Al observar los resultados (buenos) de algunos deportistas isleños en competiciones profesionales, y en lo que a base se refiere, el mundo de la canasta deja esperanzas de futuro porque desde hace muchos años los logros son evidentes. Por citar algunos, durante los últimos meses el Archipiélago disfrutó de las medallas de oro conseguidas en el Campeonato de Europa sub 18 por medio de Leonor Rodríguez, Patricia Cabrera, Vanessa Ble y Elisabet Vivas; o la de plata que lucieron las dos primeras en el Mundial de Tailandia sub 19, junto con la entrenadora ayudante Esther Herrero. O el oro que también consiguieron Laura
Scantamburlo, Carla Rodríguez, Yurena Díaz y David Delgado, tras sus respectivos europeos. Sin desmerecer, por puesto, los logros obtenidos, sobre todo por las futbolistas canarias.
En cualquier caso, más mujeres que hombres entre los premiados, una tónica que también se mantiene cuando nos alejamos del fútbol o el baloncesto y miramos a otros deportes que han dado grandes alegrías al Archipiélago. Entre nosotros se encuentran varios campeones mundiales de deportes acuáticos: Tara Pacheco (vela clase 470), Alejandro Bethencourt (vela clase J80), Rafael Ruiz (vela clase Techno) y Bárbara Cuadrado (kayak), que lo han sido a lo largo del 2009. La natación y el salvamento y socorrismo también han dejado muestras de un gran trabajo de base, por los incontables éxitos conseguidos. El atletismo canario, por ejemplo, volvió a dejar nuevos títulos y récords nacionales. Y los deportes de contacto gozan de buena salud, con títulos mundiales conseguidos por Rosanna Simón (taekwondo) y Zeben Díaz (kickboxing), quienes ya han dejado de ser promesas a pesar de su juventud, o con el subcampeonato de España juvenil y cadete en boxeo.
Excelente también fue el trabajo de los halteras canarios, que al margen de obtener innumerables medallas, lograron inscribir el nombre de la comunidad autónoma como la primera que se adjudica tres ediciones consecutivas de la Copa de la Reina, lo que conlleva lucir de por vida el trofeo en sus vitrinas. De histórico también se puede calificar el Campeonato de España de categoría juvenil conseguido por el ciclista teldense Santiago Ramírez, al tratarse del primer título que se obtiene en la categoría desde que en 1984 lo consiguiera el tinerfeño Lázaro Fernández. Por su parte, el ajedrez mueve ficha sobre seguro, haciendo una apuesta por la cantera y consiguiendo recompensas al esfuerzo como las de Antonio Rodríguez, Jorge Cabrera, Nayeli Capote o la del Club CajaCanarias.
La relación es más extensa y sabemos que es injusto es dejar de nombrar a todos los isleños que han triunfado en el último año, porque en el deporte base, como indicamos, se busca reforzar aquellas actitudes que no tienen como único objetivo el éxito final. Y es que ser mejor persona prevalece a ser mejor deportista.
Éxitos con una raqueta
El mundo de la raqueta es especial en el deporte de base. Los premios multimillonarios que ofrece el tenis hacen que la ecuación inversión=resultados tenga en este deporte un sentido aún más perverso, porque los resultados se traducen pronto en dinero. En mucho dinero. Conocer los orígenes de los grandes campeones y campeonas que ahora dominan el circuito tenístico nos permite conocer los sacrificios que hicieron muchos padres y las elevadísimas sumas de dinero invertido en academias especializadas, muchas veces lejos del hogar familiar. Conviene aquí recordar que “muchos fueron los llamados y pocos los elegidos”. Y que detrás de la opulencia (aunque en muchos casos sin felicidad) que ahora rodea a los mejores del mundo hay miles y miles de historias similares de niños y niñas que también invirtieron horas, dinero y sacrificios, pero que se quedaron sin alcanzar la élite. Fuera del tenis, en el padel, el squash o el frontenis, también hay dinero. Pero las cantidades son menores. Por eso conviene relativizar los éxitos de nuestros jóvenes deportistas, aunque también sea importantes. Es el caso del subcampeonato del mundo Benjamín conseguido por Jorge Córdoba (padel); o de los subcampeonatos de España femeninos logrados en diferentes categorías por el Club de Tenis Gran Canaria y por el Tenis Tafira; o de las medallas obtenidas en la Copa del Mundo de Frontenis por parte de Pablo Peñate, María Medina, Miriam Aranaz y Elena Medina; o de la Copa de España sub 11 conquistada por María González Velázquez (squash).