La crisis, oportunidad de ganar el futuro

El 2009 en Canarias, como en el resto del mundo, ha estado condicionado por la crisis económica mundial que inició su camino en 2007. Siendo así, lo primero que habría que decir del pasado año es que no fue un periodo fácil y que exigió –nos exigió a todos– un sobre esfuerzo, un esfuerzo adicional. No es la primera vez que los ciudadanos del Archipiélago nos enfrentamos a dificultades. No es ésta la primera crisis económica que alcanza nuestras costas. Sin necesidad de remontarnos a la época en que el hambre, la emigración y el éxodo dibujaban la realidad isleña, décadas como la de los noventa nos recuerdan que Canarias ya ha pasado por esto.

Y quizás sea bueno recordar cómo fue Canarias en un tiempo ni mucho menos lejano, rescatar del álbum de la memoria la fotografía de nuestro antes de ayer, para convencernos de que, también esta vez, tenemos el coraje suficiente para sobreponernos a años tan duros como los que estamos viviendo. Sin duda, la economía canaria no podrá salir sola de la crisis, es imprescindible que, a su vez, España remonte. Imprescindible que el Gobierno del Estado demuestre también ese mismo coraje para adoptar medidas tan necesarias como el establecimiento de un nuevo marco de relaciones laborales, o unas profundas y contundentes reformas del sistema financiero y de la administración pública.

Sin esos pasos al frente, la salida de la crisis seguirá demorándose, y España seguirá en el vagón de cola en ese proceso que está llevando a Europa a encontrar la salida al final del túnel. En ese sentido, y a pesar de los lógicos condicionantes, todo parece apuntar a que Canarias podrá salir con algunos meses de antelación respecto a la economía española. Y ello, en parte porque en nuestra economía repercute la evidente dependencia del sector turístico, y por tanto, el hecho de que las economías europeas empiezan ya a vislumbrar datos positivos. Y en parte también, porque si algo hemos tenido claro desde el primer minuto, desde ese año 2007 que marcó el inicio de la crisis, es que no podíamos permitirnos quedarnos de brazos cruzados esperando a que las soluciones nos lleguen del cielo.

En consecuencia, fuimos los primeros en poner en práctica ese esfuerzo adicional al que nos obligan las circunstancias. Y desde el inicio de la crisis hemos impulsado y puesto en práctica una enorme batería de acciones gracias a las cuales estamos logrando suavizar algunos de sus efectos sobre los ciudadanos del Archipiélago. Más aún. Tal y como exigía la difícil situación que afrontamos, hemos impulsado también los acuerdos y consensos necesarios con sindicatos y organizaciones empresariales para abordar juntos, unidos, la crisis económica.

El Pacto Social por la Economía y el Empleo firmado en junio de 2009, y suscrito también por ayuntamientos y cabildos del Archipiélago, es un ejemplo de esa forma de trabajar unidos desde el diálogo y el entendimiento. El documento constituye en sí mismo una herramienta fundamental para luchar contra la crisis y está propiciando un ambiente de colaboración que aumenta la eficacia de la gestión de los recursos públicos en las políticas activas de formación y empleo. De hecho, más de 25. 000 personas se beneficiaron el pasado año de las oportunidades generadas directamente por los convenios establecidos entre el Servicio Canario de Empleo y las corporaciones locales y organismos públicos.

Fuimos la primera Comunidad en suscribir un compromiso tan importante como el Pacto por la Economía y el Empleo. Y ello, unido otros acuerdos, como el alcanzado en materia turística, o la estrategia industrial para Canarias, los acuerdos con el sector del transporte y el sector agrario, y otros –fundamentales para la formación de las nuevas generaciones– como los convenios con los libreros. Todos ellos hablan alto y claro de esa voluntad de diálogo como elemento imprescindible para avanzar desde la unidad, la suma de esfuerzos y la búsqueda de consensos.

No hemos querido conformarnos con vadear la crisis. Y aún cuando todas las acciones que podríamos llamar de carácter social (vivienda, sanidad, educación…) siguen estando en lo alto de nuestra agenda, hemos apostado también por consolidar un nuevo modelo de desarrollo en el que la innovación y la firme apuesta por la sostenibilidad y el respeto ambiental sostengan los pilares de nuestro crecimiento económico. Son muchas las acciones que estamos llevando a cabo para avanzar en ese objetivo que persigue hacer de la crisis una oportunidad para lograr un nuevo modelo de desarrollo para Canarias, en el que nuestra pertenencia a Europa y nuestra cercanía a África jueguen un papel preponderante.

Nuestro horizonte no termina con la legislatura. Queremos que la década que tenemos por delante sea la de la innovación social, una década en la que se impondrá –se está imponiendo ya– un cambio de cultura, otra forma de hacer y de pensar las cosas. Una década en la que dos procesos que se dan la mano, diversificación económica y transición del turismo hacia nuevos modelos, permitan que Canarias se vea reforzada y afronte con plenas garantías el futuro.

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