El año 2009 ha sido hasta ahora el más duro de la desfavorable coyuntura económica internacional y, sin embargo, han sido muchos los objetivos que se han alcanzado en este ejercicio, en el que tal vez las dificultades del día a día nos hayan impedido ser conscientes de los logros obtenidos gracias a la tenacidad y constancia en el trabajo. La Gomera ha crecido pese a la crisis, porque las mujeres y los hombres de la Isla siempre ha sabido hacer frente a las adversidades y convertir los obstáculos en ventaja. Formamos un pueblo luchador, como lo es toda Canarias, aunque tal vez esta realidad sea más evidente en islas pequeñas como La Gomera, donde ha habido que superar barreras impuestas por la dimensión territorial y geográfica.
De sobra es conocida la armonización entre el progreso y la conservación de recursos naturales o tradiciones. Prueba evidente de ello es el Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad por conservar la mejor y mayor muestra de laurisilva del Planeta, pese a haber servido también de almacén o despensa para la población. Y meritoria e ingeniosa resulta asimismo la forma en la que se han salvado las dificultades orográficas, no sólo con la apertura de caminos y carreteras, sino además a través de un lenguaje singular que se ha transmitido generación tras generación desde la época prehispánica. Se trata, claro está, del silbo gomero, que también es Patrimonio de la Humanidad y que constata de forma clara que en 2009 hemos avanzado.
En el año que está a punto de terminar el nombre de La Gomera y sus valores se ha extendido por todo el mundo y lo ha hecho gracias al reconocimiento de la Unesco, realizado el 30 de septiembre en Abu Dabi. Se dio así un paso muy grande en la protección de nuestros tesoros, que comenzó con el posicionamiento de las instituciones y los colectivos insulares, y al que se pueden añadir otros importantes aciertos como la culminación de la recuperación del Espacio Natural de Puntallana o las normas de protección de otros lugares como la Fortaleza de Chipude o el Lomo del Carretón.
Un tercer éxito al que es posible aludir es el compromiso estatal y el arranque de la Reserva Marina de La Gomera, una de las dos únicas que se crearán en todo el país, y cuya finalidad será no sólo potenciar la pesca, sino también conservar los recursos ecológicos. Los primeros pasos que se han dado para la declaración de otra Reserva, en este caso de la Biosfera (que pone en valor el trabajo realizado para la preservación medioambiental y la actividad económica tradicional) es un cuarto dato positivo del balance del ejercicio, que comenzó con el Plan Insular de Dinamización contra la Crisis.
Consciente de la necesidad de las familias, el Cabildo diseñó y acometió actuaciones dirigidas a la contratación de desempleados, el apoyo a las empresas y las ayudas para los más necesitados, que sumó más de nueve millones de euros y benefició a unos 900 trabajadores. No podemos olvidar tampoco que en 2009 se incentivó la licitación pública, que ha permitido iniciar obras como la que será la primera Biblioteca Insular o el primer Centro de Dependientes, con los que, además, se recupera el patrimonio arquitectónico. Y esto no es todo. Así, se han sacado a concurso actuaciones como la canalización del Barranco de Hermigua, presupuestada en más de cuatro millones de euros; se han aprobado iniciativas como la mejora de las redes de suministro de agua potable Igualero-Las Nieves, Raso del Almuerzo-Los Aceviños; y se ha dado luz verde a la Red insular de Senderos, Miradores y Albergues, que cuenta con cinco millones de euros de inversión.
Además, en este 2009 se ha concluido el encauzamiento de los barrancos de La Junta y Cañada del Herrero; se renovó la póliza de decesos, que con una inversión plurianual de 1,6 millones de euros cubre los gastos de sepelio a todos los gomeros y gomeras; se construyó la explanada del muelle y comenzó la ampliación del dique de atraque para cruceros y el nuevo edificio terminal en el puerto de San Sebastián; se puso en marcha la Oficina de Información al Consumidor y se creó la marca Alimentos de La Gomera; se inauguró la casa de nuestro pintor José Aguiar; se mejoró el transporte público; o se abrieron nuevos mercados para atraer nuevos turistas, entre otras acciones. Y todas acometidas sin relegar el apoyo a mayores, menores y colectivos necesitados de la Isla.
Cierto es que nos queda mucho por hacer, pero juntos podemos lograrlo. Los hechos dejan bien a las claras la proyección de un pueblo que genera ilusión con acciones tan novedosas como Los Carteros de las Flores y cuyo carácter solidario le impide olvidarse de sus hermanos del otro lado del Atlántico, tal y como se constató en el 50 aniversario de las Jornadas Colombinas o las bodas de plata de la Regata Oceánica Huelva-La Gomera. Un pueblo, en definitiva, que ha mantenido y mantiene la siembra para recoger hoy y hacerlo también mañana.