Motor para el inicio de la recuperación

Las coyunturas económicas adversas representan un serio contratiempo que afecta al conjunto de las personas, tanto en su faceta individual como en su consideración social. Se trata de períodos en los que el desarrollo se ve frustrado y la inquietud sobre el futuro sustituye a las certezas que se abrigaban por un porvenir que se presumía provechoso. No obstante, ello no ha de convertirse en un obstáculo insalvable sino, al contrario, servir de acicate para agudizar la imaginación, elaborar nuevas propuestas y demostrar empeño en realizarlas.

El ejercicio de 2009, a nadie se le oculta, resultó ciertamente negativo en lo concerniente a la actividad económica. Fue, en definitiva, un período que continuó la tendencia iniciada en los anteriores, lo que se tradujo en una serie de consecuencias perjudiciales que se pusieron de manifiesto de manera significada en el incremento de los índices de desempleo.

Ese es, sin duda, el más evidente y grave efecto que motiva una situación de estas características y ha de ser, por consiguiente, la primera preocupación a la hora de emprender iniciativas dirigidas a la recuperación. Junto a ello, otra de las derivaciones provocadas por la crisis es la pérdida de estructuras económicas fundamentales, que en muchos casos tienen muy difícil volver a erigirse, como ocurre con las pequeñas y medianas empresas que se vieron en su momento abocadas al cierre.

Ante una situación semejante, el papel de la Administración ha de centrarse en dos aspectos primordiales. Por un lado, es preciso adecuar el escenario de tal manera que sea propicio para que la actividad se regenere mediante la puesta en práctica de medidas que apoyen y favorezcan la creación de puestos de trabajo por parte del sector empresarial. Por otro, los poderes públicos también han de asumir el protagonismo en el impulso de proyectos, generalmente de infraestructura, que coadyuven al logro del mismo objetivo.

El Cabildo de Tenerife es plenamente consciente de cuál es la realidad que todos hemos de afrontar y de las obligaciones que le corresponden como administración insular que carece de atribuciones impositivas, pero dispone de margen de maniobra para realizar acciones emprendedoras. Así, durante 2009 mantuvo su proverbial política orientada principalmente hacia las personas y ejerció una vez más el papel innovador que le ha llevado tradicionalmente a desarrollar iniciativas de gran significación social y económica.

En ese plano, hay que destacar que los capítulos de bienestar social y turismo ocuparon buena parte de los afanes, dado que, por lo que respecta al primero, se hacía muy necesario atender a todos aquellos que requerían apoyo institucional para paliar una situación muy desfavorable por la que atravesaban. En cuanto al segundo apartado, resulta evidente que se trata de la principal fuente de riqueza para la Isla, por lo que las actividades relacionadas con el fomento y la mejora de la oferta resultan imprescindibles. Ahí se encuadran los proyectos de regeneración de espacios turísticos, la puesta en marcha de programas dirigidos a resaltar los atractivos insulares, las gestiones para incrementar y mejorar la conectividad aérea o la constante tarea de promoción en los mercados habituales y en aquellos que se pretende abrir ahora para ampliar nuestras posibilidades.

A ello se añade otras actuaciones cuyos beneficiarios son igualmente los ciudadanos y sus intereses, como sucede con los proyectos relacionados con el transporte. Ahí se encuadran los tendidos de las líneas de tren hacia el Sur y el Norte, cuya gestación dio un importante paso en 2009 con el convenio suscrito con el Ministerio de Fomento para realizar una primera aportación económica. Además, también en este mismo terreno, entró en funcionamiento la segunda línea del tranvía, entre La Cuesta y Tíncer, con lo que este sistema continúa su implantación de forma muy exitosa en el área metropolitana.

Otro aspecto singular ha sido el de promover la instalación de un nuevo cable submarino que una la Isla con la Península. Esta iniciativa tiene como objetivo la reducción de costes para los tinerfeños y, al propio tiempo, la ampliación de las capacidades de conexión vía internet y telefónica. Asimismo, contribuirá de manera decidida al establecimiento de un nodo de comunicación internacional, el Napwaci, un destacado proyecto en el que llevamos trabajando varios años y que va a permitir a Tenerife adquirir verdadero protagonismo en el futuro de las telecomunicaciones entre Europa, África y América.

Las inversiones han alcanzado asimismo diferentes sectores, desde las infraestructuras hidráulicas hasta las culturales, pasando por las medioambientales y las de carreteras, además de las deportivas y aquellas destinadas a la creación de espacios de ocio. Junto a ellas figuran las propuestas para la puesta en marcha de los parques científicos y tecnológicos, que deberán ser auténticos polos de generación de actividad y riqueza de cara a un porvenir que ha de presumirse mucho más boyante que el presente que nos toca vivir.

De hecho, la actual situación será superada con la participación de todos, con trabajo, con ilusión y con esperanza. Ese ha de ser el motor que inicie la recuperación para que podamos alcanzar de nuevo la línea de desarrollo que habíamos logrado con tanto esfuerzo.

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