La ciudad de Santa Cruz de Tenerife vira hacia un nuevo rumbo. El rumbo de los cambios, de la actualización como metrópoli, de adaptarse a los nuevos tiempos y, al margen de si va tarde o temprano para ello, alcanzar los retos y desafíos de las ciudades del siglo XXI.
Por ello, en el último año y medio el municipio se ha dado a sí mismo un impulso hacia la modernidad y la sostenibilidad a través de proyectos de envergadura y pasos no tan grandes, pero sí con cambios suficiente o relaciones institucionales que han cambiado el formato de la ciudad, sobre todo en el ocio.
En este contexto, ubicada ya como potencia gastronómica, Santa Cruz ha querido dar un paso al frente retomando y reforzando a su vez la relación puerto-ciudad. Con los cambios institucionales en las últimas elecciones tanto en el Ayuntamiento como en la Autoridad Portuaria, ambas administraciones han retomado una relación con más fuerza que nunca y cargado de proyectos.
Ya sobre el papel destaca la apertura al ocio de grandes espectáculos de la explanada frente al Cabildo de Tenerife, donde en apenas 500 días se han sucedido grandes conciertos y festivales musicales, convirtiéndose en polo de atracción para los visitantes del resto de la isla, así como de fuera. Tenerife Music Festival, Cook Music Fest, Aventura o los próximos I love Reggaeton Festival o Love The 90s, son solo alguno de los ejemplos determinantes que han vuelto a poner el foco de la industria musical de grandes conciertos en la ciudad, añadiendo el colofón de Ed Sheraan en el estadio Heliodoro Rodríguez López.
Otro de los aspectos que ya mira de frente el municipio es el de la sostenibilidad. Y en este contexto, el proyecto de ciudad más importante y ambicioso del nuevo siglo: Santa Cruz Verde 2030, cuyo primer paso ha sido el comienzo del desmantelamiento de la refinería.
Santa Cruz Verde 2030 es una especie de ampliación de la ciudad. Es la conformación de un gran sistema de espacios verdes, dotaciones, equipamientos públicos, en el que también se habilitará suelo de uso residencial y turístico.
Según recordó el Ayuntamiento, el proyecto se constituye como una oportunidad única para completar y transformar la ciudad, con la ejecución de un proyecto de regeneración urbana que sea referencia internacional, a través de la reconversión de una refinería de petróleo en el nuevo pulmón verde de la ciudad.
Será, y es, una apuesta por la creación de nuevas zonas verdes y equipamientos públicos y privados, por el aprovechamiento y la generación de recursos y valores medioambientales sostenibles y por la dinamización económica y la creación de nuevos empleos directos e indirectos.
Específicamente, reordenación del PGO y más burocracia mediante, el proyecto prevé que, de los 573.000 metros cuadrados de superficie donde residirá, dos terceras partes quedarían como suelo público, mientras que la superficie restante sería residencial y terciario.
Entre las intenciones de la nueva miniciudad, al margen de las hectáreas verdes proyectadas, se habla de un megaproyecto de complejo deportivo, con un nuevo estadio de fútbol para el CD Tenerife, un pabellón de baloncesto, unas pistas de tenis y otras opciones que se barajan, de tal manera, que Santa Cruz Verde 2030 cambie completamente el sino de la ciudad.
Zona de Bajas Emisiones
El proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) es un enfoque que deben tener todos los municipios y territorios nacionales de más de 50.000 habitantes y cuya redacción fue adjudicada en diciembre de 2022 por un importe de 71.751 euros.
A pesar de que en un principio la fecha para su implementación era ese mismo mes de diciembre, el Ayuntamiento ha ido pidiendo prórrogas para poder ejecutarla y este mes de junio de 2024 se aprobó finalmente el proyecto para implantarlo en un máximo de 10 años, bajo una subvención europea de 1.278.000 euros
Así, Santa Cruz cuenta en el proyecto con la instalación de 26 puntos de control de acceso con cámaras de seguridad y la regulación del aparcamiento. Asimismo, se determina que los vehículos que podrán acceder, circular y estacionar en superficie en la ZBE deberán estar perfectamente rotulados e identificados, con carácter general, y sin necesidad de la autorización municipal los vehículos de los servicios públicos esenciales, como los equipos de seguridad y emergencias, grúas municipales, vehículos de seguridad privada y los vehículos que usen los profesionales del servicio de salud.
También habrá otras autorizaciones como la de vehículos de empresas y autónomos cuya actividad empresarial, profesional o comercial se ejerza en un local u oficina ubicada en el interior de la ZBE o los que accedan a consultas y tratamientos médicos y a centros veterinarios cuyas necesidades de movilidad así lo exijan, entre otras más especificidades.
Actualmente hay 10 estaciones de medición repartidas por el área metropolitana recogidas en la Red de Control y Vigilancia de la Calidad del Aire de Canarias y además se plantea la instalación de nodos de medición dentro del área de la ZBE. Asimismo, habrá indicadores de ruido y de eficiencia energética para evaluar el ahorro energético estimado, en términos de energía que supondrán cada una de las medidas que se acometen en el ámbito de la ZBE.
El perímetro de la ZBE estará limitado por el norte por la avenida Méndez Núñez; por el este por la Rambla de Santa Cruz a la altura de la calle San Isidro; por el sur por la avenida Francisco La Roche (avenida de Anaga) y la avenida Marítima; y por el oeste por el curso del Barranco de Santos.
Según señaló el Consistorio, dentro de la futura ZBE viven actualmente 16.369 personas y existen más de 5.000 plazas de aparcamiento, entre públicas y privadas.
Santa Cruz, destino inteligente
Otros de los hitos recientes del municipio (julio 2024) es alcanzar el nivel III como Destino Turístico Inteligente como designación de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes (Red DTI).
Proyecto impulsado por la Secretaría de Estado de Turismo, la Red DTI busca fomentar el intercambio de experiencias y conocimiento que contribuye al desarrollo inteligente de los destinos turísticos.
En este contexto, a Santa Cruz se le reconoció el esfuerzo realizado en el cambio de modelo turístico que responde a distintos retos, como el de ser un destino innovador consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia que garantiza el desarrollo sostenible del territorio turístico, que promociona la accesibilidad universal, la interacción e integración del visitante con el entorno, que incrementa la calidad de su experiencia en el destino y mejora la calidad de vida de los residentes.
Pero la ambición es seguir creciendo en este apartado. Por ello, el siguiente objetivo del Ayuntamiento santacrucero es alcanzar el nivel IV, donde actualmente sólo se ubican 11 de los 440 destinos que componen la Red DTI en España.
Para lograrlo, el municipio trabaja en distintas iniciativas pendientes, como la mejora de la señalética turística o la puesta en marcha de un sistema de inteligencia turística que permita al visitante interactuar con el destino antes, durante y después de su visita, mejorando su experiencia, así como el conocimiento que se tiene sobre quién y cómo visita el municipio.
La Ciudad de la Justicia en el debe
A pesar de todos los avances en proyectos relacionados con el devenir del siglo XXI y como crecimiento de ciudad, si algo hay que achacar en el estancamiento de la ciudad es la designación como lugar de construcción de la nueva Ciudad de la Justicia.
Planificada desde un primer momento en la zona de Cabo Llanos, desde 2022 el proceso está completamente parado después de que el Gobierno de Canarias decretase la suspensión temporal del PGO de Santa Cruz para la futura Ciudad de la Justicia.
Entre otras medidas, el documento -publicado en el BOC- que paralizó el proceso proponía realizar un cálculo de la huella de carbono de las nuevas actuaciones y edificaciones previstas, teniendo en cuenta los datos y proyecciones conocidas para Canarias, e incluir la previsión de espacios de sombra en toda la zona de Cabo Llanos para minimizar los efectos del calor en este ámbito.
Además, el texto reflejaba que el apartado de las Normas Sustantivas se localizaba fuera de espacios protegidos y que el entorno se encontraba altamente antropizado y urbanizado, por lo que no existen recursos naturales de relevancia ni especies catalogadas como vulnerables o amenazadas.
Un debe corregible, pero que está dejando una cicatriz en la línea marcada de desarrollo de una ciudad que avanza hacia el futuro, sin miramientos, y que ve cómo se queda rezagado, paradójicamente, uno de los proyectos más antiguos en el municipio.