Tres años después de la devastadora erupción del volcán Tajogaite, El Paso continúa enfrentando importantes desafíos, pero no podemos perder de vista los avances alcanzados. Aunque la burocracia ha ralentizado los tiempos más de lo esperado, el esfuerzo del Ayuntamiento ha sido incansable. Desde el primer momento, se ha trabajado para no dejar a nadie atrás, acelerando trámites, transformando incertidumbres en certezas y luchando para que cada persona afectada reciba una solución digna. La reconstrucción sigue siendo, por encima de todo, un compromiso inquebrantable con nuestra gente y con el futuro del municipio.
No existe un problema de planificación; sabemos bien lo que se necesita y las prioridades están claras, abarcando varios frentes como la habitabilidad, infraestructuras, conectividad y revitalización económica. Sin embargo, el principal obstáculo continúa siendo la lentitud en la capacidad de respuesta, que exige mayor flexibilidad y rapidez en la distribución de recursos. La prórroga de los Presupuestos Generales del Estado y la demora en el Convenio Estatal de Empleo son factores que afectan a la gestión de las corporaciones locales y complican tanto la atención social inmediata como los proyectos a medio plazo.
La crisis habitacional es, sin duda, uno de los problemas más urgentes. Desde el inicio, esta situación ha sido una prioridad para el gobierno local, que ha implementado diversas medidas para apoyar a los afectados. Se han puesto a disposición viviendas de propiedad municipal, aprobado cerca de un centenar de licencias urbanísticas y comenzado la rehabilitación del antiguo Edificio de Correos. Además, el Ayuntamiento ha realizado un importante esfuerzo económico para adquirir suelo, cedido al ICAVI y al Cabildo de La Palma, con el objetivo de facilitar la construcción de nuevas viviendas. El desafío es ahora acelerar estos procesos. Paralelamente, se ha trabajado en la instalación de servicios básicos como suministros de agua y electricidad para quienes han podido regresar a sus hogares, además de rehabilitar accesos y caminos que resultaron inoperativos tras la erupción. En este ámbito, el consistorio ha destinado más de 5 millones de euros.
Otro de los grandes retos que enfrentamos es la rehabilitación de infraestructuras por la vía de emergencia. Hasta ahora, hemos logrado avanzar en la restauración de carreteras y comunicaciones esenciales como las conexiones Corazoncillo–San Nicolás y Cabeza de Vaca–Pista Lomo del Piojo, además de mejorar el sistema de abastecimiento municipal con un nuevo depósito en Las Manchas, ubicado en Romanciaderos a mayor altitud que el desaparecido en El Frontón. Dentro de estos proyectos, también destaca la restauración del Terrero de Lucha Federico Simón, un símbolo histórico para el barrio, cuya renovación contribuirá a revitalizar la zona. En conjunto, estas iniciativas representan una inversión de más de 26 millones de euros y se verán complementadas además con la vía LP-2, una obra crucial para garantizar la conectividad de nuestro municipio, que afronta ya los últimos trámites para ser una realidad.
La reactivación económica es otro pilar fundamental de este proceso. Trabajamos para diversificar la economía y fortalecer nuestro tejido productivo, impulsando sectores como el primario, el comercio, la industria y el turismo, con una visión clara de sostenibilidad e innovación. En esta línea, se han gestionado ayudas directas para apoyar a los negocios locales, así como numerosas mejoras en la Zona Comercial Abierta (ZCA), generándose un entorno favorable para atraer inversiones y facilitar la creación de puestos de trabajo. Buscamos establecer una base sólida para el desarrollo económico y social de un municipio cada día más fuerte y competitivo.
En este sentido, nuestro enfoque de la reconstrucción es integral, no ocurre de forma aislada, está respaldada por proyectos estratégicos iniciados previamente y que ahora son más relevantes que nunca. El Hotel Escuela Monterrey, la transformación del centro urbano, el Museo Forestal Macaronésico y la Hacienda del Pino o incluso el Centro Volcanológico Nacional, si finalmente logramos su sede en el municipio, son piezas clave que nos ayudarán a garantizar un crecimiento sostenible y generar empleo. No dejaremos escapar ni una sola oportunidad para que nuestras familias puedan construir su futuro aquí, sin tener que abandonar la isla.
Sé que queda mucho por hacer. Como alcalde, mi misión sigue siendo estar al lado de nuestros vecinos, escuchando sus preocupaciones, asegurándome de que la reconstrucción se cumpla y que todos encuentren en El Paso el lugar para rehacer sus proyectos de vida. A pesar de la larga travesía, nuestra gente ha demostrado una fortaleza extraordinaria para sobreponerse a las adversidades y no tengo ninguna duda de que, juntos, saldremos adelante.
Agradezco profundamente a todos aquellos que han puesto su entrega y corazón en esta ardua tarea. Los cimientos de la recuperación están en marcha, y estoy convencido de que, con el esfuerzo colectivo, El Paso resurgirá más fuerte, con mayor calidad de vida, siempre con la mirada puesta en el bienestar de las personas. Lo que logremos hoy marcará nuestro mañana, seguiremos construyendo un municipio de oportunidades para las generaciones actuales y futuras. Lo merecen, y no descansaremos hasta conseguirlo.