Retos para el periodismo del futuro

El escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, hizo un llamamiento en Madrid hace unos meses a una movilización en defensa de los periodistas amenazados en distintos lugares del mundo. Para Vargas Llosa, el periodismo es “la mejor indicación del grado de libertad” de la sociedad.

Mario Vargas Llosa también dijo que el periodismo “en esta época, es más importante que en ninguna otra, por la complejidad de los problemas que vivimos y porque, por primera vez en la historia, esos problemas los compartimos todos los países del mundo y todas las culturas sin excepción”. Asimismo, dedicó unas palabras a aquellos periodistas que ejercen su profesión poniendo en riesgo la propia vida.

Mirar al futuro y determinar cómo va a ser el periodismo es arriesgado. El cambio constante y la complejidad del mundo en el que vivimos no ayuda a este ejercicio de prospectiva

“La libertad es el fundamento mínimo de la civilización. Si se lesiona o deteriora es la civilización la que está amenazada”, afirmó Vargas Llosa.

Pero mirar al futuro y determinar cómo va a ser el periodismo es arriesgado. El cambio constante y la complejidad del mundo en el que vivimos no ayuda a este ejercicio de prospectiva. El único camino para vislumbrar este escenario es identificar los retos a los que se enfrenta el periodismo en nuestros días y por ello hay que vislumbrar las claves hacia dónde se puede encaminar.

No es fácil, claro que no. Hay que fijar un punto de partida que se concretaría en una perspectiva múltiple para analizar las diferentes dimensiones del ejercicio del periodismo y cómo se conectan entre ellas. La doctora en Ciencias de la Información y profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, autora de un interesantísimo trabajo sobre la materia en esglobal.org, Carmina Crusafon, traza una radiografía de los retos que determinarán el futuro del periodismo. Crusafon ha escogido varios ámbitos que tienen que ver con los profesionales de la información, las empresas periodísticas y el impacto del periodismo en la sociedad. Su selección consigna asuntos de máxima actualidad.

Por ejemplo, combatir la desinformación y las noticias falsas. Hay que hacerlo para recobrar confianza y credibilidad. Los datos y la comprobación de noticias falsas publicadas son herramientas principales. El periodismo de datos y los llamados fact-checkers o verificadores de hechos son ya una pieza central del ejercicio periodístico en la actualidad y seguirán teniendo un protagonismo creciente en un futuro próximo. La profesora Crusafon opina que la tecnología puede ser crucial en esta tarea gracias a nuevas aplicaciones de inteligencia artificial que permitan comprobar los datos en tiempo real y hacer de la verificación un proceso de calidad obligatorio.

Pero lo que es más (y no nos cansaremos de defender esta idea): la necesidad de combatir este fenómeno no es solo vital para el periodismo, en tanto que supone una amenaza real para la democracia. Ya hemos visto el impacto en diversos procesos electorales en diferentes partes del planeta, y estos pueden ser solo la punta del iceberg. Hay que tener una vigilancia colectiva en este tema y promover la alfabetización mediática digital como materia obligatoria en la escolarización. Este ámbito será de especial relevancia y debe contar con una colaboración estrecha entre los medios de comunicación y las instituciones educativas.

Hay que saber posicionarse en el ecosistema tecnológico, otra de las exigencias. Internet ha cambiado muchas cosas, casi todo se diría. Hemos pasado de la escasez a la abundancia pero, paradójicamente, hay menos empleo y han empeorado las condiciones de trabajo. La clave está ahora en que los medios informativos se conviertan en un conector que es una pieza central de cualquier estructura de redes.

Según Crusafon, los gigantes tecnológicos (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) marcan las reglas de juego y los medios de comunicación deben definir su relación con ellos. “Hasta ahora la conversación la dirigen los primeros, pero ¿qué pueden aportar los medios en este escenario?”, se pregunta. “En el futuro –responde– deberán reforzar el papel de control del poder tecnológico en nombre de la ciudadanía. Esto se puede concretar en exigir más transparencia sobre los filtros y los algoritmos y reivindicar una tecnología con los aspectos humanos en el centro. Se puede resumir en solicitar un marco transparente para rendir cuentas sobre la nueva tecnología. Además, la importancia de tener un papel central en el ecosistema tecnológico está en poder preservar el protagonismo de la información de calidad elaborada por periodistas”.

La profesora catalana también alude a la formación del periodista. Coincidimos con su parecer: lo más necesario de cualquier periodista es su pensamiento crítico. Pero también contando con los fundamentos clásicos del buen periodismo. Por eso, hay que tomarse muy en serio la digitalización de las redacciones, que está demandando nuevos perfiles. Una formación de carácter más tecnológico y multidisciplinar (incluso para trabajar en equipo con profesionales de otros ámbitos) es esencial. De ahí al periodista ideal no hay más que tres pasos: periodismo+tecnología+modelo de negocio. Además, deben ser profesionales innovadores y que puedan abrazar el cambio de forma natural. Para conseguirlo, los medios deberían establecer vínculos más estrechos con las universidades para que les ayuden en la tarea de innovar; para que éstas les puedan aportar nuevas miradas sobre sus productos periodísticos y les permitan identificar a los periodistas jóvenes con mayor liderazgo.

Y ya que hablamos de modelo de negocio, tan socorrido para condensar la idea de cambio o transformación en el periodismo o la comunicación de nuestro tiempo. La fórmula está aún por determinar. Parece que se vislumbran algunos caminos para desarrollar un negocio viable. Están en el empeño, si bien no existen fórmulas de éxito como las de la era analógica. Muchas empresas afrontan un proceso de transformación. Ya es fácil hablar de multimedia.

La publicidad está explorando y desarrollando cambios trascendentales. La publicidad tradicional convive con la programática y el contenido patrocinado. Las emisoras habrán de experimentar con los denominados micromomentos. Los muros de pago empiezan a ser moneda corriente. El caso es que, tal como se dice en el trabajo de Carmina Crusafon, el reto se encuentra en diversificar las vías de ingresos. Agrega: “Además, lo que está claro es que ha cambiado la esencia del negocio: el periodismo ya no vende únicamente producto (información), sino que se ha convertido en un proveedor de servicios. Esto es, las empresas periodísticas tienen que hacer un cambio esencial y el futuro consolidará esta tendencia”.

Así como no hay periodismo sin lectores, oyentes o televidentes, se trata ahora de captar audiencias. Para bien o para mal, el riesgo de ser víctimas de las audiencias, para las empresas existe. Algunas están desbordadas con las métricas, sobre todo porque se palpan los cambios en los hábitos de consumir información.

Está claro entonces, siguiendo a Crusafon, que para afrontar el futuro del periodismo hay que preservar los valores clásicos del buen ejercicio periodístico, convertir a la tecnología en una aliada y conseguir que la ciudadanía mantenga y robustezca la confianza en los medios de comunicación para seguir ejerciendo el oficio de informar.

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