La parte humana del cambio ha sido un factor extraordinario para reinventar un negocio que había iniciado la cuenta atrás de un proceso terminal, afortunadamente reconducido
La prensa no está obsoleta. Sin embargo, la inmensa mayoría de las compañías editoras de periódicos de nuestro país son empresas fallidas, con modelos de negocio anclados a la década de los 80 del siglo pasado y a un paso de la extinción. En los 90, los agoreros de lo probable aseguraban con rotundidad que el cambio de siglo provocaría, entre otras muchas cosas, la desaparición de los libros en formato impreso. Años más tarde, con la velocidad de internet y de los procesos globales de digitalización, los mismos seudoexpertos vaticinaron la desaparición de las ediciones impresas de los periódicos. Ni lo uno, ni lo otro se ha llegado a producir. Cierto es que prestigiosas cabeceras han desaparecido del mercado, pero no por la falta de interés de los lectores en consumir este tipo de producto, sino por la vetusta fórmula de gestión de estas empresas, totalmente incompatible con los parámetros de eficacia, rentabilidad y sostenibilidad que nuestra sociedad impone, no sólo a las firmas editoras, sino a todas las empresas que luchan por sobrevivir en un nuevo orden de negocios escalables y donde el uso de la tecnología impone los ritmos del crecimiento.
Hace dos meses, participé en un foro organizado por la Universidad Carlos III de Madrid, donde el moderador, Pedro J. Ramírez, con un bagaje de 40 años dirigiendo periódicos, se refirió a Diario de Avisos, el decano de la prensa canaria y uno de los diarios en castellano más antiguos del mundo, como “el precursor en España del nuevo modelo de gestión en la prensa escrita, que en poco más de un lustro, consigue aumentar ventas, duplicar ingresos, reducir gastos y consolidar beneficios año tras año, pero, sobre todo, ha logrado disparar el valor y la fuerza de su marca con respecto a su competencia, y especialmente en la intersección de un nuevo espectro de lectores”. Esta definición del actual Diario de Avisos, además de ruborizarme en público, presentaba la radiografía de un modelo de negocio editorial, que desgrané momentos más tarde, en el transcurso de mi intervención ante un auditorio repleto de futuros economistas y comunicadores. ¿Cuál es el secreto?, fue la primera pregunta a la que me enfrenté. Ninguno en particular. Simplemente, nos hemos empeñado a fondo en adaptar un modelo obsoleto de negocio a un esquema radical de empresa, basándonos en que ha cambiado nuestra manera de comunicarnos, informarnos y organizarnos día a día. Pero también es cierto que en este camino de cambio hemos otorgado el máximo valor y protagonismo a lo esencial, que resumía magistralmente el maestro Scalfari cuando se refería a la sagrada profesión del periodismo: ‘contarle a la gente, lo que le pasa a la gente’. Redescubrir una nueva forma de entender el negocio editorial en la prensa también implica enarbolar valores irrenunciables como la ecuanimidad, la independencia y la pluralidad informativa.
La Gestión del Cambio para facilitar y conseguir la implementación y los procesos de transformación de nuestra empresa editorial de cabecera a los que me he referido no hubiese sido posible sin la implicación de los profesionales que nos han acompañado durante este viaje. La parte humana del cambio ha sido un factor extraordinario para reinventar un negocio que había iniciado la cuenta atrás de un proceso terminal, afortunadamente reconducido.
Hasta el momento, nuestra evolución hacia el sentido común que exige el mundo de la empresa en la tercera década de este siglo no implica en modo alguno tranquilidad ni complacencia en un panorama tan caprichoso e inestable como el de la industria de la comunicación. Por ello nuestros esfuerzos se encaminan hacia acciones conjuntas en distintos vértices de negocio que fortalecerán una cabecera indispensable en este momento como Diario de Avisos, con 132 años de historia, arropada por el único canal privado regional de televisión (Atlántico Tv) y por una cadena radiofónica (Atlántico Radio), que, junto a los periódicos internacionales de Grupo Plató del Atlántico en Marruecos y Senegal, y a las nuevas adquisiciones que se anunciarán a comienzos de 2023, convierten a nuestro conglomerado de empresas editoriales y audiovisuales, en el mayor Grupo de Comunicación del Atlántico Medio. No asistimos a una época de cambios. Simplemente, estamos viviendo un importante cambio de época.