La financiación pública fue un importante pulmón apoyo para las empresas musicales, de sonido, de gestión de conciertos y también para los músicos.
El año 2021 en el ámbito musical y cultural de las Islas Canarias se puede catalogar como un periodo de resistencia e incluso de cierta resilencia. Evidentemente, después del descuelgue del año 2020, por las circunstancias por todos conocidas, en el 2021 se empezaron a ver ciertos brotes verdes, y hubo algún trazo de esperanza después del holocausto sufrido el año anterior. No se puede analizar con justicia un periodo como el año 2021 sin tener en cuenta su conjunto, y el 2020 influyó de manera notable en el 2021.
La financiación pública fue un importante pulmón – como suele pasar en esta tierra- para el respiro de las empresas musicales, de sonido, de gestión de conciertos y también para los músicos. Sin esta intervención pública no hubiera sido posible mucha de la agenda cultural que se celebraba cada semana.
Vayamos por partes.
Restricciones relacionadas con el covid.- Uno de los factores claves de 2021, y sin el que sería difícilmente entendible ese año, fueron las restricciones de aforo a todos los eventos culturales. Digamos que fue una constante que restringió la libertad para ir a los espectáculos como los conocíamos hasta entonces y sin ese elemento sería bastante complicado hacer un diagnóstico como el que pretendemos.
En diferentes periodos, y según como evolucionaba la pandemia (niveles varios; 1,2,3) fue cambiando la capacidad de incluir gente en los teatros y espacios tanto privados y públicos tanto en interiores como en exteriores.
Las restricciones iban cambiando a lo largo de todo el año. Era necesario ir con una mascarilla a los actos públicos, se vetaban las reuniones sociales o se imponían números en sus asistentes aunque éstas fueran privadas, los bares (que no olvidemos que son fuente de cultura musical también en actuaciones en vivo) se vieron obligados a abrir terrazas en vez de usar instalaciones interiores, con la colaboración de los ayuntamientos, hubo cierre del ocio nocturno y había restricciones al 50% de aforo e incluso mayores en cualquiera de los conciertos. Todo esto dicho con ánimo de resumen, pues afrontar una retahíla de fechas y de aforos puede ser muy engorroso en este artículo. Dentro de esas limitaciones había diferenciación entre aforos al aire libre e interiores, siendo éstos últimos mayores dado el comportamiento de la enfermedad en pandemia.
Paulatinamente y teniendo en cuenta la situación de presión hospitalaria y de urgencias, ucis, etcétera, la administración sanitaria competente, el Gobierno de Canarias, dictaba normas que debían ser seguidas. De repente, el programador musical y los gestores culturales se tenían que levantar de buena mañana con la lectura del Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma de Canarias para saber como afectaban las nuevas medidas a su labor.
Hay que recordar, que en 2021 ya se empezaba a administrar las respetivas dosis de vacuna contra la enfermedad, y que fue precisamente el 26 de diciembre del año anterior cuando la anciana Araceli Rosario Hidalgo fue la primera persona con la dosis en nuestro Estado.
Miedo en el público.- Insistimos, desde el mes de abril del año 2020 todo cambió y nunca nada fue igual. A pesar de algunas importantes acciones en las redes sociales como el recordado #culturasegura, muchos de los habituales de los conciertos y público de las actividades culturales dudaban si ir o no a los mismos porque no sabían si se podían contagiar de covid19.
Ese caldo de inestabilidad desde luego no era positivo para el empresario –que mayoritariamente tiene pequeñas empresas- que se dedica a la organización de conciertos.
Ese importante miedo contrajo la demanda e hizo bastante difícil atraer a una buena cantidad de público a los actos, cuestión que sucedió en varios sectores culturales. Y no sólo en la música. Sobre todo durante el primer tercio del año 2021, ir a un acto cultural constituyó un acto de adhesión a una forma de vida que no podía prosperar sin actividades sociales como las que estamos citando.
En una frase que lo resume, se podría decir que la gente prefería quedarse en casa viendo su serie favorita en las plataformas que hicieron su agosto, a ahondarse en un concierto con el respetivo roce social y riesgo sanitario. Todo ello a pesar de las vacunas.
Gestación y nacimiento de Mares.-En 2021 se gestó y se hizo seminalmente el proyecto Mares, programa del Gobierno de Canarias para la ayuda a la gestión cultural y musical. El Instituto Canario de Desarrollo Cultural (ICDC), organismo rebautizado por el Gobierno de Canarias en esta legislatura, gestionaba este proyecto para la creación y programación en espacios escénicos públicos. Según propios datos contaba con un directorio de 224 profesionales y 388 espectáculos y habilitó una web que fue mares.icdcultural.org.
Se marcó como finalidad potenciar la presencia de producciones canarias y su difusión en todos los escenarios del Archipiélago y consolidar las diferentes artes.
Una de sus actividades más reconocidas fue el pago del 50 por cien de los cachés de los artistas para el fomento de la música en directo.
Fue bien valorado por el empresariado en general y por la opinión pública, aunque hay que señalar que durante un buen tiempo de 2021, esta empresa pública se vio obligada a cambiar ciertas cosas para afinar y afilar la gestión pública de los ingresos y gastos de este proyecto. Normal, no hay nacimiento de un mecanismo de estas miras sin sufrimiento y tampoco instrumento sin afinación inicial.
Festivales.- En el año 2021 muchos de los Festivales que habían caído en el año anterior 2020 se atrevieron a afrontar las condiciones sanitarias y fueron realizados. Por lo contrario, otros que eran habituales en las Islas, sencillamente no se atrevieron o desaparecieron. Para muchas empresas este desierto de actuaciones, especialmente aquellas que estaban dedicadas a macroconciertos en el interior de pabellones, fue el final de una actividad. O algunas intentaron aguantar hasta el renacimiento, gracias a la financiación pública que se produjo tanto en el año 2021 como en el 2022.
Un caso paradigmático y positivo fue por ejemplo el Festival Internacional Canarias Jazz & Más que no se resignó con la realidad imperante y que en el año 2021 celebró su 30 aniversario con un cartel que rivalizó desde los nombres con el mejor de sus años.
Un año en el que se dieron cita en las islas artistas como Wynton Marsalis dirigiendo a la Jazz at Lincoln Center Orchestra, Snarky Puppy en sus únicos tres conciertos en Europa, Avishai Cohen estrenando su disco Two Roses con la Orquesta Sinfónica de Tenerife (probablemente el mejor directo del festival), a Benavent, Di Giraldo, Pardo con su Flamenco Leaks, Julian Lage, se contó con Cyrille Aimée, José James, Fred Hersch, Maria Joao o Patax, talentos como Ozma, Cimafunk, Jean-Paul Estiévenart, Liv Warfield, Chico Pinheiro, Óscar Peñas, The Black Barbies o The Buttshakers y 14 propuestas canarias.
Empezaron a animarse otros festivales como el Phe Festival, que ya es un fijo en el Puerto de la Cruz a finales del mes de agosto, sobre todo para los amantes del rock alternativo. Fue en la explanada del Muelle, con la participación de bandas como Mucho, Zahara, Ana tijoux, Rufus T. Firefly, Rigoberta Bandini o Mel Ömana, ésta última desde Gran Canaria.
Publicaciones de discos.- No cabe duda que uno de los periodos más prolíficos de producción cultural y musical fue el confinamiento en plena pandemia del año 2020. Muchos músicos encerrados que no podían actuar en directo, decidieron encerrarse a componer y testar a través de las redes sociales sus nuevos alumbramientos. Era el proceder más lógico y habitual en los mismos.
Se puede decir que los músicos inteligentes hicieron jugo de limón cuando del cielo caían limones. Hay que recordar que fue un periodo en el que las entradas monetarias se reducían a las clases a través de internet y que fueron pocas las administraciones públicas que se atrevían a contratar.
Premios Canarios de la Música.- El edificio Miller de Las Palmas de Gran Canaria celebró el 5 de junio de 2021 los Premios Canarios de la Música que seleccionaba lo mejor de la producción musical de esos tiempos y que lo ponía en valor. Fueron organizados, una vez más por Canarias Radio y por la Asociación Profesional de Compositores de Canarias. El sector profesional musical se reencontraba así con sus premios después de dos años de parón por la pandemia covid.
Se alzaron vencedores proyectos como por ejemplo el del rapero Gekah, con su Orgullo de Barrio, Beatriz Martín y su Aquí u Ahora, Cabritofrito y Piedras blancas, Inner fight de Carmela Visone y Ojalá Mondo de Sito Morales. Cada uno en varias de las modalidades, naturalmente.