Llegar hasta Ítaca: defensa de las Humanidades Clásicas en las Islas Canarias

El área de lenguas clásicas y sus culturas es la única de todo el sistema educativo preuniversitario que no tiene una presencia obligatoria general en la ESO o el Bachillerato

Sensibilidad para amar y asombro para aprender. Solo dos capacidades bastan para que un ser humano dé sus primeros pasos conociendo el mundo. En realidad, tú ya lo has vivido: alguna vez admiraste el azul de los océanos, la caricia del alisio, la belleza en las palabras de tu madre o, quizás, la ternura de un beso lento en la mejilla. Ese saber que accedió por los sentidos y llegó directo a tu corazón es atemporal. Daría lo mismo que fueses humano hoy o hace miles de años para sentirlo y atesorarlo. Incluso los antiguos griegos –impecables fabricantes de palabras–, inventaron para su pueblo los verbos Θαυμάζειν (thaumázein, “sorprenderse”) y μανθάνειν (manthánein, “aprender”), porque desde muy pronto entendieron que todo acto de conocimiento implica emoción y razón, sin importar la disciplina artística o técnica que se adquiriese. Gracias a esa honrosa manera de pensar, Grecia vio nacer a muchos de los sabios más notables de Occidente.

Aprender con la admiración y la sensibilidad de los helenos sería un logro maravilloso, y lo sería aún más si modeláramos el ecosistema educativo actual desde este criterio pedagógico. Pero para ello habría que ser exquisitos en dos aspectos: el primero, que los aprendizajes no sean “valorables” ni “medibles” en función de su fin práctico o empleabilidad; el segundo, que exista un compromiso real para que esa sensibilidad humanística fuera trabajada en todas las etapas, niveles y alumnos que pasan por nuestras aulas. Sin embargo, la frustración aflora cuando vemos que la educación española –y la canaria en particular– no hacen una apuesta decidida por las Humanidades. De hecho, asignaturas como Latín y Griego, Filosofía, Historia o Arte se están expulsando silenciosamente de la escuela contemporánea.

Miremos más allá de nuestra geografía para saber si lo estamos haciendo bien. En la década de los años cincuenta, el insigne filósofo andaluz Emilio Lledó era un joven de apenas 26 años. Todavía anónimo y con una licenciatura en Filosofía bajo el brazo, se trasladó a Heidelberg para ensanchar sus ideas. Allí, en tierra alemana, sintió el prestigio de las Letras, el valor social de las Humanidades. Lo percibió en detalles tan sutiles como en sus primeras visitas a los museos, donde niños de apenas ocho años, sentados en sillas diminutas, contemplaban sin parpadear a su maestro, que les explicaba un cuadro mitológico de Botticelli al más puro estilo “cuentacuentos”. También en aquella época el latín y el griego podían ser estudiados, de manera optativa y obligatoria, hasta cinco años en total durante las enseñanzas medias, y la filosofía ocupaba un lugar estratégico en los planes de enseñanza como herramienta para el espíritu crítico. Italia, Francia, Inglaterra y otros países nórdicos también planteaban estructuras educativas similares que han mantenido o mejorado el estudio de las Humanidades hasta la actualidad. ¿El caso español? Como de costumbre, difiere.

La realidad nacional nos enseña que cada renovación de Ley Orgánica ataca a las Humanidades en España, dejándolas como un débil castillo de naipes. Dentro de las materias propias de los Estudios Clásicos, la LOMCE no nos trataba tan mal: con ella, un alumno podría elegir la asignatura de Cultura Clásica desde 2º de ESO (solo en determinadas CC.AA.), aunque la oferta se consolidaba en 3º y 4º de ESO (con el agravante de competir entre un mare magnum de optativas sin garantías de alcanzar la ratio mínima). El estudio del latín se iniciaría en 4º de ESO como materia optativa, y su continuación en Bachillerato como materia troncal quedaba asociada al itinerario de Humanidades. El griego nunca gozó de presencia en la ESO, pero sí en el Bachillerato humanístico en forma de optativa.

Con la llegada de la LOMLOE y su reciente concreción en el ámbito canario, se confirman nuevos golpes: Cultura Clásica solo se ofertará como optativa en 3º de ESO, es decir, se destierra la esperanza de una Cultura Clásica tan necesaria en 2º de ESO y, como estocada final, se eliminará la materia en 4º de ESO desde el próximo curso 2023-24. Quizás sea tiempo de rectificar… El latín sobrevive en este último nivel de Secundaria, pero lo hará con el temor de que sus alternativas rivales prometan más salidas, más proyectos y futuro en este mundo “hiperdigital”. El Bachillerato de Humanidades en Canarias parece quedarse como está: Latín como troncal en los dos cursos, y Griego en forma opcional. Resulta interesante señalar aquí la inclusión de una exótica optativa llamada “Taller de Etimología Grecolatina” para 1º de Bachillerato que ya nos tocará dinamizar. Por supuesto, la amenaza de las ratios mínimas sigue siendo una constante para que toda esta oferta pueda hacerse realidad.

En pocas palabras, el área de lenguas clásicas y sus culturas es la única de todo el sistema educativo preuniversitario que no tiene presencia obligatoria general en ningún curso de la ESO o el Bachillerato. Y sobran motivos para hacerlo: al estudiar latín y griego se alcanza una mayor conciencia cultural, una importante madurez lingüística en favor de la lengua española y la adquisición de otras tantas lenguas europeas, un incremento de las habilidades analíticas, reflexivas y de espíritu crítico, un talento creativo, sensible y con grandes dimensiones estéticas, etc. Quienes transitan por el Mundo Clásico en la escuela son capaces de evaluar su entorno y actuar en favor de los grandes ideales humanos, de la sostenibilidad del planeta y de la conservación de la Cultura. Sin embargo, parece que ese perfil de ciudadano no figura entre los intereses del Ministerio o la Consejería de Educación.

Ante tal panorama, el papel de los Centros y de sus responsables es crucial para la pervivencia de estas materias. ¡Vaya desde aquí mi aplauso para aquellos equipos directivos que sí defienden un modelo educativo integrador y de calidad! La clave está en proporcionar una formación que atienda a la futura realidad laboral, sin olvidar el cultivo de la persona y sus manifestaciones culturales, muchas de ellas de origen clásico.

Ahora bien, llegados a estas alturas del análisis también vale la pena hacer cierto “examen de conciencia”. La ley y el utilitarismo nos maltratan, sí, pero también nos hemos dejado devorar. En muy pocos años, las ciencias exactas y aplicadas se han renovado en un mundo que pedía a gritos hacerlo. Tomó fuerza el campo de la divulgación científica a través de las conocidas TEDx talks, y así la ciencia se acercó a la sociedad. Se establecieron días del calendario escolar para celebrar efemérides científicas. Son ahora comunes los museos y las ferias de las vocaciones científicas, y no digamos las modernas pedagogías basadas en el modelo STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics). Y mientras tanto en Humanidades vivimos, por así decirlo, una “inquietante simetría”.

Esta revolución no hay que detenerla, sino sumarse a ella. ¿Cuándo empezamos? ¿Qué líneas de futuro trazamos para las Humanidades en Canarias? ¿Cómo lograr una divulgación de altura contada desde el suelo? Concedamos un espacio de reflexión a estas inquietudes, porque si no las resolvemos a tiempo, ocurrirá lo que los griegos llamaban, en su más puro sentido etimológico, un desastre: cuando estos surcaban los mares en la oscuridad de la noche, su ruta era marcada por las estrellas, pero si el cielo se cubría, se producía eso, un des-astre (literalmente, en griego, una “pérdida de estrella”). No perdamos esa guía, la luz que nos dan las palabras y las artes.

Quiero pensar que hay un bello camino por delante. Así lo pensaría Ulises, ese héroe griego que desde la lejana Troya se marcó una utopía y finalmente la alcanzó: llegar hasta Ítaca. Serán muchos los cíclopes y lestrigones que nos aterren, las sirenas que nos confundan con sus engañosas melodías, o los lotófagos que busquen el olvido de nuestros propósitos. Pero valdrá la pena cualquier odisea por salvar Grecia y Roma.

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