Canarias confirma en 2004 la anunciada recesión turística

El año 2004 estuvo marcado por la disminución en la afluencia de turistas a las islas, invirtiendo la tendencia al alza registrada la anualidad anterior. Durante esos doce meses llegaron a Canarias 9.427.265 visitantes extranjeros, frente a los 9.836.785 que visitaron el Archipiélago en 2003. Británicos y alemanes vinieron en mucha menor cantidad.

El receso se venía anunciado por los principales actores del sector turístico canario, y a él coadyuvan tanto causas estructurales como externas o del mercado internacional. En cuanto a las primeras, la renovación de la planta alojativa y la diversificación de la oferta, viejas reivindicaciones, siguen siendo asignaturas en buena medida pendientes. La moratoria turística no parece haber servido hasta el momento para contener la puesta en el mercado de nuevas camas. El hecho de que esta normativa permitiera construir a los empresarios que tuvieran licencia anterior a su entrada en vigor, en enero de 2001, facilitó que para finales del año pasado las camas turísticas hubieran crecido en 40.000 desde entonces, algo en lo que tiene no poco que ver la posibilidad de materializar en estas construcciones dineros de la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC). Así que, paradójicamente, el instrumento pensado entre otras cosas para la ansiada renovación de la planta ha permitido que ésta quedara postergada en favor de un crecimiento que es ya casi hipertrofia.

En cuanto a la diversificación de la oferta más allá del sol y la playa, es todavía más una voluntad expresada a menudo por los gestores turísticos que una realidad. El afloramiento de campos de golf pretende despejar un camino hacia el tan ansiado turismo de alto standing, esfuerzo que se verá refrendado por la celebración en Gran Canaria el próximo diciembre de la Feria Mundial del Turismo. Pero la construcción casi compulsiva de estos recintos deportivos que planea el Cabildo grancanario no está exenta de críticas adversas. A los inconvenientes alegados por los grupos ecologistas hay que añadir que la disposición de muchos espacios para el golf no garantiza una respuesta turística proporcionada. En todo caso, tanto el golf como otras ofertas alternativas, caso del turismo rural, otra vieja aspiración, no supusieron en 2004 un incentivo turístico de peso frente al sol y la playa.

Si es cierto que el modelo turístico canario muestra síntomas de agotamiento, el mercado internacional viene registrado movimientos que exigen respuestas de adecuación. Como explicó Manny Fontenla, director para el Reino Unido de Thomas Cook en el congreso celebrado por este turoperador en Gran Canaria el pasado diciembre, el alza del euro ha convertido a Canarias en un destino ya no tan competitivo frente a otros que vienen surgiendo con infraestructuras nuevas en lugares como Egipto o el Caribe… y que no trabajan con la moneda única europea. Al bajo coste económico suman unas infraestructuras recientes y la novedad, algo no poco importante a la hora de disparar la imaginación del que planifica unas vacaciones. En lo que Canarias sí parece seguir los pasos de los enclaves caribeños es en la implantación del denominado todo incluido, modelo que hace del complejo hotelero un microcosmos en el que el turista dispone de todos los servicios sin necesidad de abandonar el recinto.

La polémica en torno a esta opción siguió calentándose durante el año, de forma que defensores y detractores no dudaron en hacer públicos sus argumentos. En todo caso, sí parece claro que el todo incluido perjudica a una parte del sector de servicios periférico a las infraestructuras hoteleras, caso de los negocios de restauración. Uno de los críticos más contundentes de este formato, el presidente del Cabildo grancanario, José Manuel Soria, habla de que es propio de mercados poco maduros. Dado que un 11% de los turistas que llegan al Archipiélago ya lo hacen acudiendo a esta modalidad, parece más lógico incidir en fórmulas de cohabitación e integración con el modo tradicional.

El año 2004 fue también el de la creación de iniciativas como Getasa, que aglutina a empresarios de plazas extrahoteleras para centralizar su oferta en una plataforma común que además saque partido de las nuevas tecnologías como el Internet para la promoción. Y hablando de promoción, finalizando el año, el Gobierno canario dio luz verde a Promotur Turismo Canaria, una sociedad mixta que sustituye a la antigua Saturno con la idea de unificar las estrategias para captar visitantes. Eso sí, Canarias siguió durante el 2004, y sigue, de espaldas a un fenómeno que se está convirtiendo en fundamental en el desplazamiento de turistas, el de las líneas aéreas de bajo coste. El low cost se ha convertido en una opción que un destino como Canarias no puede desechar. Que nuestros políticos y Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) no lleguen a un acuerdo para que estas compañías puedan operar en el Archipiélago parece incomprensible.

En todo caso, no hay que obviar un último apunte, esta vez referido al empresariado. Lopesan y Satocan tantearon la entrada en el gigante de los turoperadores TUI, operación que finalmente no fraguó. Ambos empresarios finalmente optaron por crear su propio turoperador, Holiday Jack, junto al alemán TravelMaxx.

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